La atmósfera de inseguridad y violencia y el conflicto armado interno que azota a Perú llevó a los peruanos a adquirir y registrar 276 mil 999 armas, para uso personal, en las que gastaron 72 millones de dólares en el período 1988-2005, reveló un informe oficial.
Notimex accedió a documentación clasificada de la Policía Nacional de Perú que establece un crecimiento “explosivo” de 347.87 por ciento en el registro (legalización) de armamento para uso civil en los últimos ocho años.
Hasta 1988 habían registradas 79 mil 626 carabinas, escopetas, pistolas, revólveres, pero de ese año al 2005 se registraron otras 197 mil 373 armas, lo que revela la preocupación de los peruanos por el creciente clima de inseguridad.
Pese a que en el 2000, durante el férreo gobierno del ex presidente Alberto Fujimori, los grupos armados Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) estaban casi desarticulados, fue en ese año cuando más se legalizaron armas.
Con un total de 30 mil 329, el año 2000 cuando cayó Fujimori y se refugió en Japón, figura como el de mayor movimiento de registros ante la Dirección General de Control de Servicios de Seguridad, Control de Armas, Munición y Explosivos de Uso Civil (DICSCAMEC).
Datos de la DICSCAMEC revelan que los peruanos han reportado nueve mil 525 carabinas; 45 mil 442 escopetas; 55 mil 384 pistolas, 86 mil 912 revólver, aparte de las 79 mil 373 armas que ya habían sido documentadas hasta antes de 1988.
El clima de violencia que se vive en Perú ha generado la nueva y pujante “industria del miedo”, como se le denomina a todo lo que está relacionado con el tema de la seguridad.
En este país de 27 millones de habitantes hay registradas 348 servicios de vigilancia privada, 11 de protección interna, dos de transporte de valores, 34 de seguridad para áreas jurídicas, 664 para resguardar a personas, 180 para proteger el patrimonio y 15 que
brindan asesoría.
Ello significa que hay mil 254 empresas de servicio de seguridad actualmente operativas; en tanto 598 tienen el registro vencidas y mil 395 a las que se les ha cancelado el permiso, lo que totalizan tres mil 247, señala el reporte estadístico del año 2005.
En todo el país existen 91 casas que comercializan armas, una fábrica, siete talleres de reparación, 15 galerías de tiro, una empresa de recarga de municiones, y 30 coleccionistas.
A ello se suman las fábricas de explosivos Cipensa, Dyno Nobel Samex S.A., Exsa, S.A, Famesa, Nitratos y Yura.
Los peruanos han decidido hacerle frente a la delincuencia luego de que en el año 2004 se registraran 165 mil 398 delitos, cifra que ha sido rebasada en el 2005 cuando ya se registran más de 200 mil hechos delictivos.
Del total de ilícitos, unos 80 mil se registran en Lima y el puerto capitalino de El Callao que concentra a un tercio de los 26 millones 152 mil 265 peruanos.
Las cifras de las DISCCAMED dista sin embargo mucho de la cantidad de armas que realmente hay en Perú, pues se estima que por cada arma legal que está en circulación hay otras cinco que están en manos de la delincuencia.
De ser cierta esa aproximación habría casi un millón y medio de armas en poder del hampa o de personas civiles que no han querido legalizarlas por temor a ser investigados.
Eso se suman a otras 500 mil armas reglamentarias y de repuesto que tienen agentes de la Policía Nacional de Perú, guardias privados, miembros de las Marina de Guerra, Fuerza Aérea y Ejército, lo que convierte a Perú en un país bastante armado.
Notimex constató que la empresa AE Armas, con domicilio en la Jirón (calle) de la Unión 853, Oficina 214, en el centro de Lima vende armas de todo calibre, precio y contundencia.
La empresa ofrece revólver marca Ranger, modelo 61mm, calibre 38SPL, acabado color negro, capacidad de seis balas, cañón ventilado de 2.5 a un precio de 169.00 dólares.
Por una carabina semiautomática, marca Marlin, modelo 60, calibre 22 LR., acabado pavonada/madera, con capacidad 14 cartuchos pide 279.00 dólares.
Pero si el cliente quiere una carabina de cerrojo marca Marlin, modelo: 25N (925), calibre 22 LR cañón de 22 y capacidad de siete tiros el precio es de 328 dólares. La caja de 50 cartuchos marca Aguila, calibre 32 automática de 71 gramos cuesta 16.95 dólares.
En un recorrido por el mercado Las Malvinas, cerca al centro de Lima, Notimex constató que con facilidad se puede adquirir pistolas o fusiles “AKM”, llamados “cuerno de chivo”, a precios que van de los 150 a 450 dólares respectivamente o granadas de guerra, a 100
dólares la “piña”.
El clima de inseguridad es real y ello se refleja en comentarios de los ciudadanos que ven cómo los 20 mil policías que patrullan las calles, son insuficientes, en tanto otros 40 mil se dedican a labores administrativas y a cuidar a políticos.
El 51.5 por ciento de 509 peruanos que fueron consultados para un estudio elaborado por el experto en temas de seguridad Carlos Basombrío considera la violencia delincuencial como el problema que más los afecta cotidianamente.
Según Basombrío los asaltos, secuestros, robos a mano armada ya forman parte de la vida de los peruanos, con incrementos más notorios las zonas depauperadas del sur y norte de Lima.
El problema radica en parte a la falta de presupuesto que ejerce el ministerio peruano del Interior y que este año es de mil millones de dólares y de ese monto el 95.86 por ciento lo ejecuta la Policía Nacional del Perú.
Todas las dependencias y organismos del Ejecutivo peruano ejercen en el 2005 un presupuesto de 15 mil 434 millones de dólares, según cifras oficiales.
En los gastos para compra de armas para uso particular no se contabilizan los 30 millones de dólares que desembolsó el gobierno para adquirir dos fragatas misileras italianas tipo “Lupo”, para resguardar el Pacífico peruano.
A los 90 mil agentes de la policía que resguardan la seguridad peruana, 38 mil 071 agentes privados custodian residencias, comercios y centros recreacionales, de los cuales 26 mil 924 están en la capital y el resto en provincias, según datos de la DICSCAMED.
Uno de los flagelos que más preocupación causa a los gobiernos y ciudadanos del mundo es la proliferación de la delincuencia organizada, lo que ha llevado a los peruanos a que adquieran armas en el mercado negro.
Para contener el creciente índice delictivo, generado principalmente por unas mil pandillas que tienen asolados los barrios periféricos de Lima, Perú cuenta con empresas que prestan servicio de seguridad privada, muchas al margen de la ley, las que resultan insuficientes.
El Centro para el Estudio y Fomento del Desarrollo (DESCO) investigó las causas del aumento en la delincuencia urbana en Lima, donde vive cerca de un tercio de los 27 millones de peruanos y detectó que los peruanos están «golpeados» por la violencia de la subversión.
Una práctica tradicional de la delincuencia en algunos puntos de Lima es el «arranchamiento» (arrebatar) celulares y bolsas, sin que nadie intervenga, según ha constatado Notimex en los cruces de República de Panamá y Angamos, en el populoso barrio de Surquillo.
El problema que impide combatir a los delincuentes es que las penas son leves y sólo se lleva a los tribunales a quien robe más de 500 dólares, en tanto si el monto es menor no son sujetos de sanciones.
La facilidad con que se adquieren las armas en los centros comerciales de Lima es otro factor que incide en el repunte de la violencia, señala un informe de la Policía Nacional de Perú (PNP).
En los centros comerciales «Polvos Azules», «Las Malvinas» y «Tacora» se puede adquirir fácilmente una pistola con 100 o 150 dólares sin que los vendedores pidan documentos a sus clientes, corroboró Notimex.
Las nuevas formas de delitos que incluyen el tráfico de drogas, formas elaboradas de asalto y robo, y la corrupción de los empleados públicos, la policía y las fuerzas armadas, han generado una creciente inconformidad entre los peruanos.
Frente a este fenómeno social, la PNP ha dispuesto intensificar el patrullaje con unidades de la Sub-Unidad de Acciones Tácticas (SUAT), Control de Carreteras y Patrullaje Motorizado que vigilan las zonas periféricas.
En los últimos meses se ha potenciado en forma especial el Sistema de Investigación Criminal para desmantelar a peligrosas bandas de asaltantes y secuestradores.
«Realizamos un trabajo permanente de inteligencia y se aplica modernas técnicas policiales», manifestó un alto oficial encargado de la seguridad de diplomáticos, quien no quiso abundar en detalles.
El ministerio del Interior se ha visto obligado a crear la Dirección de Participación Ciudadana, en la que ha involucrado a los alcaldes, para que presten apoyo directo a la seguridad pública.
Las juntas vecinales en zonas periféricas de Lima constituyen un buen sistema de alerta y apoyo mientras que el programa «Patrullero Cívico» conformado por los radiotaxis que laboran en Lima multiplican sus comunicaciones de ayuda, señala un informe.
A la fecha han sido desarticuladas 470 organizaciones criminales, entre ellas a las bandas «Los Naranjos», «Los Bancarios», «Los Injertos del Fundo Oquendo», «Los Elegantes», «Momón y sus sicarios», los «Aeropiratas».
Fuente: autor José Luis Castillejos
Fecha: Diciembre de 2005