WANDA J. DEMARZOThe Miami HeraldEl 28 de febrero de 1997 es un día que la mayoría de los policías nunca olvidarán.
Dos ladrones de bancos, protegidos con chalecos antibalas y portando armas automáticas convirtieron un callado barrio del Valle de San Fernando en una sangrienta emboscada.
Los policías de North Hollywood, California, fueron obligados a huir para protegerse, en medio de una continua balacera. Actuando sin perder tiempo, un sargento sacó nueve fusiles de una tienda vecinal de armas para terminar la confrontación, pero cuando finalmente llegó a un fin, once policías y seis civiles habían sido heridos.
Después de ese notorio tiroteo, un creciente número de departamentos de policías en todo el país comenzaron a entregar armas semiautomáticas y chalecos protectores a sus policías.
Aunque un gran número de agencias en el sur de la Florida –Hialeah, Pembroke Pines, Hallandale Beach, Fort Lauderdale, Coral Springs, Boca Raton y la oficina del alguacil de Palm Beach– permiten que sus patrulleros lleven fusiles de alta potencia, otros –la Oficina del Alguacil de Broward (BSO) y los departamentos policiacos de Hollywood, Miami-Dade y la Ciudad de Miami– aún no han armado a sus policías con fusiles.
Los funcionarios señalan que los delincuentes pueden comprar fácilmente armas de alta potencia, lo mismo en la calle que por internet. Y crímenes recientes han suscitado preocupaciones entre la policía sobre su incapacidad para protegerse y proteger al público de delincuentes que portan armas más letales.
La mayoría de las pistolas que portan los policías, entre ellas BSO, tienen un alcance efectivo de 25 yardas, mientras que un rifle de alta potencia, como un AR-15, que puede equiparse con un cartucho de 40 balas, tiene un alcance efectivo de 300 a 500 yardas, dependiendo del largo del cañón.
Los alguaciles señalan a Ralston Davis como un ejemplo del peligro potencial que la policía puede enfrentar cuando no está adecuadamente armada.
Davis, acusado de asesinar a tres personas, envió un escalofriante mensaje a la policía cuando fue arrestado el 2 de diciembre con una versión del fusil AR-15:
»Devuélvanme mi rifle y una bala y los mataré a todos ustedes», afirmó Davis a los alguaciles de BSO. «Párense frente a mí y les pondré una bala en la cara».
Los alguaciles aseguraron que si Davis no se hubiera quedado sin municiones, los habría liquidado fácilmente antes de que ellos lograran derribarlo con sus pistolas Glocks, calibre .45.
»El tiroteo de North Hollywood mostró la razón del porqué los policías deben estar armados con fusiles de alta potencia», indicó el jefe adjunto de policía de Hialeah, Mark Overton. «Ese tiroteo fue una pesadilla. Los policías, atrapados, estaban siendo baleados a través de sus chalecos Kevlar».
No sólo los policías locales ven la necesidad de estas armas potentes.
Agencias federales, como la Agencia Contra las Drogas (DEA), han estado proveyendo a sus agentes con fusiles de alta potencia desde hace años. Afirman que es una necesidad porque los narcotraficantes que persiguen tienen el dinero para comprar ese tipo de armas para proteger su producto. Y las agencias alrededor de Broward están arrestando a los narcotraficantes que están equipados con armas de alta potencia.
»Les estamos confiscando sus AK-47», sostuvo el experto en tiro al blanco, Jim Decker, ex policía de Fort Lauderdale. «Están comprando cualquier arma que esté disponible».
Pero algunos expertos dicen que armar a los policías con fusiles es una reacción impensada [a un problema].
»Porque los delincuentes tienen esos fusiles de asalto, ¿también lo tienen que tener los policías?», comentó Tom Díaz, analista de política del Violence Policy Center, organización sin fines de lucro, con sede en Washington, D.C. que apoya el control de armas.
«No veo la lógica detrás de ese tipo de política. ¿Y qué viene después? ¿Policías en autos y tanques blindados? Esto va en dirección a una militarización de la policía».
Algunos departamentos cuestionann el dotar a sus policías fusiles de asalto.
»Las agencias policiales tienen que asegurarse de que no tienen un arma ofensiva para civiles o que sea demasiado militar», afirmó el experto en tiro de Miami-Dade e instructor de armas, sargento Steve Mesa.