Espías e informantes afrontan problemas mentales por llevar dobles vidas

Tom Geoghegan y Dominic Casciani
Redacción BBC
La doble vida en la ficción parece emocionante, pero en el mundo real la cosa es más complicada.
Intentar vivir día a día como dos personas diferentes puede implicar una peligrosa existencia… y no solo para los espías.
La doble vida es un tema recurrente en el cine o las novelas, donde un error o cualquier señal que vuele la cobertura puede ser fatal.
En el Reino Unido hay numerosos casos de personas que han arriesgado el pellejo para espiar desde dentro a las organizaciones paramilitares.
Uno de ellos, Denis Donaldson, pasó más de 20 años como agente británico encubierto en el más alto escalón de la dirigencia del Sinn Fein, el ala política del IRA, el separatista Ejército Republicano Irlandés.
Hay tantas razones por las que un individuo se convierte en informante como gente hay en el mundo
Sean O’Callaghan, informante dentro del IRA
Un caso similar es el de Sean O’Callaghan, un integrante del IRA de quien se afirma ayudó a hacer fracasar varios ataques, incluyendo un supuesto complot contra el príncipe Carlos y Diana de Gales.
Desde que fue liberado de prisión por el asesinato de un policía vive en un domicilio que es mantenido en secreto en Gran Bretaña.
Pero ha declinado la oferta de unirse al programa gubernamental de protección de testigos y a menudo cuenta como su doble vida pasada estuvo lejos de ser normal.
Vivir en el límite
«Uno vive dentro de su propia cabeza, siempre consciente de que una palabra o acción equivocada te pueda llevar a la cámara de tortura», escribió una vez O’Callaghan.
«Hay tantas razones por las que un individuo se convierte en informante como gente hay en el mundo».
Denis Donaldson infiltró durante más de 20 años el ala política de los independentistas irlandeses.
«¿Quién lo sabe realmente? Dinero, un desprecio percibido, el temor, el deseo de evitar una condena a prisión o el salvar a alguien querido de ello, la desviada sensación de poder que viene con el jugar para ambos lados de la cerca o una combinación de cualquiera de estos factores».
«En algunos casos -como el mío- hay incluso la necesidad de reparar errores cometidos durante el servicio en una organización terrorista», explicó.
Las dobles vidas se dan en circunstancias muy variadas, y no siempre con versiones tan dramáticas como las de O’Callaghan o Donaldson.
Mundos separados
Se sabe que organizaciones como el MI5 británico o la CIA estadounidense regularmente intentan reclutar periodistas.
Si la insinuación obtiene una respuesta favorable, significará que a partir de ese momento la persona comienza a vivir una leve forma de doble vida: informando al público y a los espías, pero manteniendo esa relación oculta.
Pero el doctor Colin Gill de Psicological Solutions asegura que la red de engaños necesaria para llevar algo relativamente menos peligroso como una relación extramarital implica una colosal tarea en la mente del sujeto.
No es una buena elección de vida, pero aquellos que logran tener éxito se convierten en una suerte de creadores seriales de nuevas identidades
Colin Gill, científico de Psicological Solutions
«Hay muy poca investigación empírica sobre esto porque, por definición, aquellos que son realmente buenos en eso de tener una doble vida nunca son descubiertos».
«Llevar existencias separadas es como crear novelas diferentes con distintos repartos de personajes».
«El problema viene cuando el número de personas involucradas en cada vida comienza a agrandarse».
«La tarea de evitar superposiciones crece en forma exponencial, pues cada persona que uno conoce tiene a su vez un grupo de conocidos que pueden estar relacionados entre ellos, y uno necesita mantenerlos alejados unos de otros», explica Gill.
Ficción y realidad
Glenmore Trenear-Harvey, un analista de inteligencia quien también es amigo personal de Sean O’Callaghan, dice que el ex militante del IRA está siempre mirando por encima del hombro.
«Cada vez que nos encontramos, él se sienta en un rincón de lugares que tengan una puerta trasera además de una delantera, y está continuamente mirando para ver quien entra».
Frank Abagnale, personificado por Leonardo Di Caprio, vivió por años una existencia de engaños.
Pero no se necesita ser un agente secreto tomando decisiones conscientes para actuar de esta u otra forma para estar sometido a las presiones de una doble vida, como descubrió Frank Abagnale.
Él era el verdadero estafador representado por Leonardo Di Caprio en la película «Atrápame Si Puedes».
En el film, Frank deseaba inconscientemente que las autoridades lo atraparan, cansado de la vida que estaba llevando.
«En la mayoría de los casos terminan metidos en esta situación por accidente», dice Gill.
«No es una buena elección de vida, pero aquellos que logran tener éxito se convierten en una suerte de creadores seriales de nuevas identidades».
«Recuerdo un cirujano durante la Guerra de Corea que inventó un nuevo procedimiento para intervenciones torácicas».
«Él no era en realidad cirujano y sólo salió con la nueva técnica porque no tenía idea de lo que estaba haciendo».
«Cuando lo descubrieron desapareció. Ahora probablemente tenga unos 70 años y bien pudiera estar viviendo en la cuadra siguiente».
«Todavía no sabemos si era estadounidense, canadiense o británico, tal vez era las tres cosas».

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