San Andrés epicentro de la guerra contra las drogas

El paso del huracán Beta por el archipiélago de San Andrés y Providencia el 29 de octubre, reveló ante el país la capacidad de trabajo y el liderazgo de César Augusto James Bryan, alcalde de Providencia, quien trabajó hombro a hombro con los organismos de emergencia para mitigar los estragos del fenómeno climático y luego encabezó una campaña para promover el regreso del turismo a la isla.
Pero con el paso de los días, muchos notaron que James estaba preocupado, al tiempo que empezó a alejarse de los periodistas, con quienes mantenía una relación estrecha. La explicación de este cambio se conoció la semana pasada, cuando autoridades de Estados Unidos revelaron que el 14 de noviembre un buque de la Real Armada Británica capturó en aguas internacionales a cuatro individuos que transportaban cocaína en una lancha rápida.
Entre los detenidos estaba Damino James Bryan, hermano menor de James, quien fue entregado a la Fiscalía de Tampa, Florida, donde es procesado por cuatro delitos, entre ellos el de conspiración para introducir cocaína a Estados Unidos.
Este episodio se conoció una semana después de que las autoridades de San Andrés detuvieron en un retén, con 14 kilos del alcaloide, a José Britton González, esposo de la secretaria del Interior de ese departamento, Caterine Archbold, quien se vio forzada a renunciar.
Esta operación fue la última de una serie de acciones de las autoridades de la isla, que desde agosto pasado han incautado más de dos toneladas de cocaína y marihuana que tenían como destino el mercado estadounidense.
Las capturas y los decomisos muestran que las organizaciones dedicadas al tráfico de narcóticos se niegan buscar otro sitio para abastecer con combustible sus lanchas rápidas o para ocultar los cargamentos enviados desde el continente y que luego son enviados al exterior. «Desde hace cerca de 20 años, San Andrés es un lugar de tránsito de todo tipo de delincuentes –explica un oficial de la Policía Antinarcóticos–, pero en especial de los narcotraficantes, que están a medio camino de su destino final».
«Lo que ha ocurrido es que la Inteligencia policial y la Policía Antinarcóticos se han fortalecido –dice el coronel Carlos Mena, comandante de la Policía en el archipiélago–. Además, la reactivación de la red de cooperantes ha sido clave para explicar las recientes capturas y los numerosos decomisos de droga».

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