Ley en Florida prohíbe regalos a legisladores

GARY FINEOUT / The Miami Herald TALLAHASSEELa época en que los cabilderos invitaban a cenar a los legisladores y los adulaban con fiestas suntuosas y les regalaban boletos caros para eventos deportivos llegará a su fin el 1ro. de enero, bajo una de las leyes más severas del país que limita mucho los llamados intereses especiales.
Ayer, el gobernador Jeb Bush firmó una ley que establece nuevas restricciones que la Legislatura encabezada por republicanos aprobó hace casi dos semanas durante una sesión especial de apenas cuatro días.
»Es un cambio drástico para llegar al camino correcto», declaró Bush. »Hoy es un día muy importante para la integridad en el gobierno, para la integridad en el proceso». La nueva ley le prohíbe a los cabilderos y a las compañías que los contratan que obsequien regalos, inviten a cenar o gasten ninguna cantidad de dinero en un legislador. La prohibición, que también se hace efectiva para el gobernador y otros funcionarios estatales, sustituye la prohibición actual que permite obsequios e invitaciones que no pasen de $100.
De igual modo, la medida le exige a los cabilderos que informen cuánto les pagan sus clientes y somete a las firmas cabilderas a auditorías al azar, para de este modo asegurarse de que la nueva ley se cumple.
La Florida se suma así a un grupo de estados que limitan severamente lo que los cabilderos puedan darle a los legisladores, y sus restricciones sólo están representadas por Wisconsin.
La nueva ley era una de las prioridades más urgentes del presidente del Senado, Tom Lee, quien hace más de un año se quejó de la forma en que los cabilderos invertían en los legisladores para de este modo influir en lo que ocurría en la Legislatura. Lee había propuesto obligar a que los cabilderos revelaran de una forma más exacta a quién invitaban a cenar y a beber, pero Allan Bense, presidente de la Cámara floridana, presentó una propuesta para prohibir todos los regalos e invitaciones.
Muchos cabilderos se opusieron al proyecto de ley, calificándolo de una invasión de la privacidad, toda vez que los obliga a informar lo que les pagan sus clientes. La nueva ley sigue una serie de artículos publicados por The Miami Herald que examinaron la cercana y a veces ambigua relación entre legisladores y cabilderos. Entre lo que el periódico pudo descubrir se encuentra lo siguiente: • Los cabilderos utilizaron los fallos de la ley vigente para poder esconder con gran frecuencia las exigencias de que informen cualquier regalo que hagan a los legisladores y que sea mayor de $25.
• La senadora Mandy Dawson, demócrata de Fort Lauderdale, le solicitó de urgencia a los cabilderos que desestimaran la actual ley que tenía que ver con los regalos y que en cambio le dieran dinero al Caucus Negro Legislativo para que éste pudiera pagarle un viaje de desarrollo económico a Sudáfrica. Eventualmente, Dawson fue sancionada por el Senado en pleno y sacada del Comité de Etica y Elecciones del Senado.
• Hay varios ejemplos de cabilderos que pagaban la cuenta de fiestas carísimas y de comidas caras en restaurantes exclusivos, entre los que sobresale un ejemplo en el que el senador estatal Victor Crist, republicano por Tampa, hizo una colosal fiesta de compromiso con el respaldo económico del cabildero de Miami Bob Levy. Uno de los clientes de Levy respaldaba nuevas regulaciones sobre grúas de remolque que Crist trataba de que fuera aprobada por la Legislatura.
• Cuatro poderosos republicanos, entre ellos el director del comité del Senado que supervisa los proyectos de ley relacionados con los juegos de azar, realizó un viaje a Canadá que le costó $48,000 y que pagó Magna Entertainment Corp., la compañía propietaria del hipódromo Gulfstream Park. Magna era de las empresas que buscaba que los legisladores aprobaran nuevas leyes que le permitirían a sistemas de apuestas del Condado de Broward instalar máquinas tragamonedas de juegos.
Este viaje se declaró como donación »amistosa» de servicios al Partido Republicano de la Florida. Sin embargo, posteriormente el partido dijo que el viaje nunca fue autorizado por los republicanos, y desde entonces le devolvió el dinero a la compañía. Ayer, una investigación del Senado llegó a la conclusión de que no se había hecho nada incorrecto.
De cualquier modo, este tipo de situaciones se terminará en un futuro próximo, ya que ayer el gobernador Bush también firmó como ley una medida separada que exige que cualquier donación »amistosa» de algún artículo o servicio que sobrepase los $1,500 deba ser aprobada con anterioridad. La medida también requiere que se detallen todos los documentos que tengan que ver con regalos.
Si bien las nuevas restricciones se hallan entre las más rígidas de todo el país, la prohibición ya ha sido atacada por las »consecuencias impensadas» que trae consigo, lo que ha hecho que algunos grupos, como los que patrocinan el evento llamado Dade Days, a cancelar la actividad anual por temor a estar violando la nueva ley.
Los líderes republicanos de la Cámara y del Senado dicen que tienen planeado poner en efecto nuevas leyes que dejarían fuera a las posibles excepciones de la nueva prohibición, pero los informes de que algunos grupos han cancelado los eventos que tenían organizado no ha hecho más que motivar aun más a los críticos de la ley.
El senador Steve Geller, demócrata por Hallandale Beach, que votó en contra de la nueva prohibición, señaló que los legisladores debían haber esperado hasta la sesión regular de la Legislatura para comprender cabalmente las ramificaciones de la nueva ley. Geller repitió sus críticas de que una medida semejante no hará más que forzar a los legisladores a no celebrar más reuniones con grupos, como las cámaras locales de comercio o los gobiernos locales, reuniones que habitualmente se celebran durante un desayuno, un almuerzo o una cena.

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