JOEL BRINKLEY / NYTWASHINGTONA lo largo de su campaña, a Evo Morales le gustaba decir que si era elegido presidente de Bolivia se convertiría en la pesadilla de Estados Unidos. Tras su elección, el pasado domingo, un funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos indicó que, en verdad, podría ser «potencialmente nuestra peor pesadilla».
La administración del presidente George W. Bush dijo que temía que Morales mantenga su promesa de unirse al presidente venezolano Hugo Chávez, como otro mandatario de izquierda opuesto a Estados Unidos. Al mismo tiempo, temen que Morales lleve a cabo una reducción de las restricciones sobre la producción de hoja de coca, principal ingrediente de la cocaína, buena parte de la cual se abre paso hacia Estados Unidos.
Morales lanzó un ataque tempranero el martes de esta semana, cuando declaró a la red de televisión Al-Jazira que Bush era »un terrorista» y que la intervención de las fuerzas armadas de Estados Unidos en Irak era «terrorismo de estado».
La postura pública de la administración de Estados Unidos consiste en esperar y ver qué estrategias pondrá Morales en marcha.
El martes, en la sesión informativa del Departamento de Estado, el portavoz Sean McCormack dijo que habían felicitado a Morales por su victoria y expresó su esperanza de que los bolivianos, «con esta elección, puedan empezar a superar un período difícil en su historia política».
»Y en cuanto al futuro, nosotros veremos qué tipo de políticas emprende el siguiente mandatario de Bolivia. Y la calidad de la relación entre Estados Unidos y Bolivia dependerá de qué tipo de políticas emprendan ellos», dijo.
Las elecciones podrían sumarse a una serie de dificultades para la administración de Bush, la cual es detestada en muchos países de América Latina.
Durante una visita a la región en este otoño, Robert B. Zoellick, subsecretario de Estado, describió a Chávez y a otros con enfoques y estrategias similares como «irresponsables líderes populistas».
Funcionarios del Departamento de Estado afirmaron que los discursos de campaña de Morales lo colocan en ese grupo, asumiendo que, una vez que ocupe la presidencia, siga el mismo rumbo. Los funcionarios se negaron a ser identificados.
Stephen Johnson, ex funcionario del Departamento de Estado y prominente analista estratégico de la Fundación Heritage, dijo con respecto a Morales:
«Le será difícil moderar su posición, ya que tiene una base política que es un poco más de línea dura y más populista que él».
Esa base es la población indígena de Bolivia, de la cual surgió Morales. Muchos de ellos son cocaleros en una región donde la costumbre de mascar hoja de coca y hacer té de coca son elementos profundamente arraigados en la cultura.
En Bolivia, con todo, la elección de Morales es vista como una potente indicación de que el país se ha cansado de los políticos tradicionales, a menudo corruptos, que han estado en el poder desde hacía largo tiempo.
Luego de afirmar que ellos estaban cansados de viejas fórmulas económicas, los bolivianos no solamente eligieron a Morales, sino que también votaron para eliminar a tres partidos principales de la prominencia nacional.
Zoellick, así como otros funcionarios estadounidenses, han criticado abiertamente a Chávez, cercano aliado de Morales, diciendo que está socavando las libertades democráticas en Venezuela. Morales no ha dado indicaciones de albergar intenciones de hacer tal cosa.
Con todo, Morales »ciertamente ha desatado grandes expectativas» en su base de apoyo, destacó Peter DeShazo, otro prominente ex funcionario del Departamento de Estado que actualmente dirige el Programa Américas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. «Si es visto como una persona demasiado moderada y acomodaticia, corre el riesgo de incurrir en la ira de estos grupos que buscan un cambio radical».
Varios funcionarios del Departamento de Estado dijeron que el desafío principal que Estados Unidos enfrentaba en América Latina era la fragilidad de gobiernos democráticos en la región, lo cual ocasiona que sean vulnerables a líderes populistas que eran casi por definición antiestadounidenses. Esos líderes, a decir de estos funcionarios, también tendían a roer las libertades democráticas.
Este lunes, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, en una entrevista con CNN, dijo:
«La cuestión para nosotros es, ¿gobernará de manera democrática el nuevo gobierno boliviano? Debido a que Bolivia no puede aislarse de la economía internacional, ¿están abiertos a una cooperación que, en términos económicos, ayudará indudablemente al pueblo boliviano? Así que, desde nuestro punto de vista, esto es una cuestión de conducta».
La oficina del Departamento de Estado que vigila el narcotráfico ha indicado que Bolivia produce la tercera cosecha más grande de coca en el hemisferio occidental, detrás de Colombia y Perú.
En un informe divulgado en marzo, el departamento dijo que Bolivia había superado sus objetivos de erradicación de coca en el 2004. No obstante, »el cultivo de coca registró un incremento general del 6 por ciento». Un funcionario del Departamento aseguró que la situación había cambiado muy poco desde marzo.
Durante una rueda de prensa en La Paz, efectuada este martes, Morales dijo que no permitiría una producción ilimitada de coca y que llevaría a cabo un referendo para precisar cómo se debería controlar. Prometió que combatiría el narcotráfico, pero no renegó de su promesa de brindarle apoyo al programa de erradicación de coca financiado por Estados Unidos.
El enfoque principal de esa campaña ha sido la erradicación de plantas de coca en la región de Chapare, de donde es originario Morales. Si se levantan las restricciones, »existe el potencial de una producción industrial en gran escala en el Chapare», dijo DeShazo. «Y eso sería una grave preocupación para Estados Unidos».
En el 2004, Estados Unidos invirtió $150 millones en programas de erradicación de coca en Bolivia, informó el Departamento de Estado. Sin embargo, Bolivia produjo, incluso así, 60,500 acres (24,484 hectáreas) de la planta de coca, suficiente para fabricar 72 toneladas de cocaína.
La administración de Bush indicó que, a pesar de todo, planea darle a Morales su oportunidad. Existen probabilidades de que un prominente funcionario sea enviado a La Paz para conocer y felicitar al nuevo presidente