Las autoridades brasileñas informaron que más de 200 personas fueron tomadas como rehenes por reclusos durante una rebelión en una prisión del estado amazónico de Rondonia.
Las revueltas son frecuentes en las cárceles brasileñas.
Los reos de la prisión Urso Blanco reclaman el regreso de uno de sus líderes, Ednildo Paulo de Souza, quien recientemente fue trasladado a una cárcel más segura.
El traslado del recluso, conocido como «Birrinha», se produjo después de que 14 presos murieron en abril de 2004 durante violentos enfrentamientos en la misma cárcel.
Los amotinados aprovecharon las visitas del día de Navidad en la prisión para tomar como rehenes a familiares de algunos de los presos.
Agentes armados de la policía brasileña rodean el edificio, pero aseguran que no tienen planes de ingresar en el penal.
Las autoridades iniciaron un proceso de negociación con los reclusos.
Revueltas frecuentes
Para cansar a los amotinados, las autoridades planean suspender el suministro de alimentos y de energía eléctrica.
Los corresponsales indicaron que las revueltas son frecuentes en las cárceles brasileñas porque reproducen los niveles de violencia y exclusión que existen en el país.
La cárcel de Urso Branco, que alberga a 950 presos, es considerada una de las más peligrosas en el país sudamericano.
En Brasil existen unos 330.000 presos, y la población penitenciaria casi se triplicó entre 1992 y 2004.
De ese total, unos 135.000 están en régimen de prisiones cerradas, y el resto bajo otras modalidades.
