El Departamento de Justicia de EEUU ha abierto una investigación oficial para saber cómo se filtró a la prensa un programa de escuchas dentro del país, que se lleva a cabo sin la aprobación preceptiva de un tribunal especial.
Un funcionario del Departamento de Justicia dijo hoy que ‘se ha iniciado una investigación sobre la divulgación no autorizada de materiales secretos relacionados con la Agencia de Seguridad Nacional’.
Esa agencia, conocida por su sigla en inglés NSA, es la encargada del espionaje electrónico fuera de EEUU, pero desde 2002 está autorizada por el presidente de EEUU, George W. Bush, que no pidió permiso para ello al poder judicial, a escuchar las conversaciones telefónicas y espiar el correo electrónico internacional de ciudadanos estadounidenses dentro del país.
La información sobre el programa de escuchas la publicó el pasado 16 de diciembre el diario ‘The New York Times’, que indicó que conocía esas actividades desde hace más de un año.
El diario señaló como fuente de su información a funcionarios y ex agentes vinculados con los servicios secretos de EEUU, algunos de los cuales expresaron dudas sobre la legalidad del procedimiento autorizado por Bush.
En una conferencia de prensa tres días después de que se publicara la información, el presidente Bush calificó la divulgación de algunos detalles de ese programa como ‘vergonzosa’ y perjudicial para la seguridad nacional de EEUU.
El mandatario insistió en que la ley que le autorizó a usar la fuerza en la lucha contra el terrorismo tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, también le dio potestades ‘inherentes’ para esquivar el trámite de un tribunal en la autorización de las escuchas.
Bush dijo asimismo que se trataba de un programa limitado que se había concentrado en personas que, estando dentro de EEUU, tenían contactos o podían tenerlos con la red terrorista Al Qaeda.
El diario de Nueva York publicó el sábado pasado otro artículo en el que, citando siempre fuentes que no identifica, afirmó que las escuchas y espionajes han afectado a miles de personas.
También se ha revelado que la NSA usó las llamadas ‘cookies’ -pequeños programas de computadora que se instalan en el sistema de cada persona que visite determinados sitios de Internet- y que quienes hayan ‘visitado’ la página de la NSA quedaron sujetos al espionaje de sus otras andanzas por la red informática.
La NSA, con un presupuesto de unos 7.000 millones de dólares anuales, tiene aproximadamente 30.000 empleados entre los que se cuentan criptógrafos, lingüistas, matemáticos, y expertos en diferentes medios de comunicación.
A comienzos de la década de los años 70 la administración del entonces presidente Richard Nixon usó a la NSA para espiar las actividades de opositores políticos y de grupos que protestaban contra la guerra en Vietnam.
Los abusos de los servicios de escucha y espionaje contra algo que los estadounidenses consideran casi sagrado -la intimidad de la vida privada- llevaron a la aprobación en 1978 en el Congreso de una ley que restringió las actividades de la NSA al exterior de EEUU y creó un tribunal secreto especial para los casos en los cuales el poder ejecutivo necesitara las escuchas dentro del país.
La revelación del programa secreto de control de la población causó críticas y denuncias tanto de demócratas como de republicanos en el Congreso, en medio de advertencias sobre la violación de la Constitución por parte del Ejecutivo.
El senador republicano Arlen Specter dijo que el Comité Judicial del Senado que él preside celebrará audiencias sobre este programa.
El Departamento de Justicia ya tiene en marcha otra investigación sobre la información publicada en noviembre por el diario ‘The Washington Post’ que reveló la existencia de ‘prisiones secretas’ operadas por el Servicio Central de Información (CIA) en diferentes países para la detención e interrogatorio de supuestos terroristas.
