Rospigliosi descarta que Sendero Luminoso vuelva a ser como en los 80s

El ex ministro del Interior es claro y directo frente al incremento de la subversión en la selva: hay que retomar el patrullaje y coordinar debidamente con las Fuerzas Armadas
Estamos en medio de un mar de cifras de terroristas liberados, de gente que se supone regresó a Sendero Luminoso, de policías asesinados…
Existe un caos completo en esta discusión. Hay temas que no tienen ninguna relación, pero se mencionan como si uno fuera consecuencia directa del otro.
¿Por ejemplo?
¿Qué tienen que ver los inocentes liberados, la mayor parte de los cuales fueron puestos fuera de prisión en la época de Alberto Fujimori, con los atentados en el Huallaga y los valles de los ríos Apurímac y Ene? No tienen nada que ver. Los que están en la selva se encuentran ahí desde hace quince o veinte años. Es su zona.
La tesis es que esos inocentes no lo eran y que los excarcelados se han incorporado a Sendero Luminoso.
Hay varios tipos de excarcelaciones. Ahí están los que cumplen la condena… ¿Pero qué cosa quieren? ¿Que se queden ahí para toda la vida? Si los sentenciaron a quince años y los cumplieron, tienen que salir. Por ejemplo, Alfredo Crespo, el abogado de Abimael Guzmán, ha salido luego de doce años de prisión. Otro grupo de liberados son los inocentes e insisto en que la mayor parte salió durante el gobierno de Fujimori. También están los que fueron absueltos por el Poder Judicial. Es verdad que entre estos hay culpables e inocentes. Mas lo que nadie ha demostrado es que estas personas tengan que ver con los atentados en la selva. No hay ni un caso. Que haya gente como Crespo que sale y se incorpora al movimiento pro liberación de sus presos es verdad, pero eso no es un delito.
Además, el Sendero del Apurímac-Ene y el Huallaga no tiene vinculación con el Sendero de Abimael Guzmán.
Así es. Que se conozca, no hay una vinculación directa. Son dos líneas políticas distintas, pero todo se mete en un mismo saco. La discusión es totalmente confusa. Y el efecto político es concreto: favorece a los fujimoristas que sostienen que la democracia es débil y que se requiere una dictadura que viole los derechos humanos para acabar con el senderismo. Cosa que es falsa, porque este grupo de la selva viene desde la época de Fujimori. También sacan partido de esta confusión los militares que están enjuiciados y los candidatos que buscan votos.
Pero ha sido el primer ministro Pedro Pablo Kuczynski quien ha sacado las cifras…
Él hizo bien al advertir hace meses que había un peligro terrorista, pues los hechos posteriores lo confirmaron. Sin embargo, los primeros que debieron estar atentos a esto son los miembros de su gobierno, del Gabinete que preside. Debió tomar con seriedad sus palabras.
Él ha mostrado cifras que demuestran que han salido diez mil acusados por terrorismo.
Ahí hay otra confusión. Son diez mil en veinte años. ¿Qué tiene que ver gente que ha salido en 1989 con el problema en el Huallaga y en el Apurímac-Ene. Y reitero: la mayor parte salió durante la época de Fujimori.
¿No hay un rebrote del terrorismo entonces?
Otra confusión más. Una cosa es un incremento de la actividad de los grupos que están ahí hace veinte años y otra que estemos frente al peligro de tener un Sendero como en la década de 1980: esta posibilidad no existe. Se acabó, nunca más va a ocurrir en el Perú eso.
Parece imposible combatir el senderismo del Huallaga y el Apurímac-Ene.
El problema es que en el último tiempo no se ha hecho absolutamente nada, incluida la época de Fujimori. En octubre de 1999 ocurrió la peor derrota del Ejército frente a la subversión cuando destruyeron el helicóptero del general José Fournier y mataron a cuatro oficiales. Nunca antes había ocurrido esto, pero no apareció en la prensa, solo en un diario, porque controlaban los medios.
¿La muerte de 13 policías el último mes fue puro descuido?
Esto no ocurría hace tres años. Había la estrategia de mantener la iniciativa, atacarlos en sus bases, hacer operaciones para tenerlos a la defensiva y evitar que se expandan. Los terroristas del Apurímac-Ene están metidos en medio de la selva, pero si no se hace nada, empiezan a salir, como ahora. Si nadie está a cargo del tema y no se ocupan del asunto, pues ni modo.
¿Qué hacer?
Realizar operaciones. No se hacen desde el año pasado. Si los tienes a la defensiva, haces que vuelvan al medio de la selva. Si los dejas, si no corren riesgos, salen y atacan a policías en la carretera.
¿Instalar más bases militares es necesario?
Al principio creía que sí, ahora ya no estoy tan seguro. De hecho se restablecieron algunas bases y se crearon otras de acuerdo con el plan antisubversivo que se hizo el 2001. El problema es que no tienen el número suficiente de efectivos y la mayoría no patrulla, cosa que sí ayudaría mucho. Los militares dicen que no tienen efectivos porque para patrullar se necesita, por lo menos, 60 efectivos por base. Veinte patrullan, veinte están de guardia y veinte descansan.
¿Por qué faltan efectivos?
De acuerdo con la versión de los mandos militares, como el servicio militar es voluntario no tienen suficientes efectivos. Lo cierto es que las Fuerzas Armadas no obedecen las órdenes del Gobierno. No hay un control civil sobre ellas. Las Fuerzas Armadas negocian con el Gobierno y hacen lo que quieren. Esa es la realidad, son autónomas. Hubo un intento de hacer una reforma y establecer un control civil, pero eso ya no existe. Ahora tenemos un ministro militar que está pintado en la pared y las Fuerzas Armadas hacen lo que creen conveniente.
Alegan que si actúan serán objeto de procesos judiciales.
Eso es parte de la negociación: ellos dicen que no van a mover un dedo hasta que no haya la anulación de los juicios. Lo que están diciendo es que no se puede ganar una guerra antisubversiva sin violar los derechos humanos. No es verdad, pero eso es lo que dicen ellos y lo que hacen. Puede ser que haya errores en este tema, y para eso está el Poder Judicial, pero también es un hecho que se violaron los derechos humanos en la lucha antisubversiva. Es innegable.
¿Aún es difícil que las Fuerzas Armadas acepten el respeto de los derechos humanos?
Si en un combate mueren terroristas, nadie lo censura. Pero si se asesina a 69 ancianos, niños y mujeres como por ejemplo ocurrió en Accomarca, eso no es un combate, ¿no? Es simplemente un crimen y debe ser sancionado.
¿Falta inteligencia en el Apurímac-Ene?
Es muy difícil, porque están metidos en medio de la selva, la conocen mejor que nadie porque llevan quince años ahí y están adaptados al ambiente. Otra zona como la de Vizcatán es montañosa, siempre el cielo está nublado, no se puede usar ni aviones ni helicópteros, tienes que ir por tierra y es muy difícil entrar. Pero una cosa es que estén ahí y no puedan salir y otra que se muevan con toda libertad.
¿Cuántos son?
De lo que sé, son unos 120 armados en el Apurímac-Ene y cerca de 60 en el Huallaga. Ahí se están moviendo más porque están llegando hasta las inmediaciones de Tarapoto. Han ampliado su radio de acción y herido a varios policías. Si no actúas, se mueven ¡Es obvio! Hay cosas que se pueden hacer: existe un plan antisubversivo aprobado el 2001, pero si tienes siete ministros del Interior y ocho directores de la policía y cada cual cambia lo que hizo el anterior, entonces no hay continuidad en la política del Estado. Cada seis meses el Estado tiene una política distinta. Así no puedes trabajar. Además, los militares toman sus propias decisiones.
¿Fue un error grave del primer ministro decir que han muerto 30.000 policías?
Cometió un error (ríe). Según la Comisión de la Verdad y Reconciliación, son 680 los policías asesinados. No es el tema de Kuczynski, el problema es que nadie en el Gobierno sale a decir nada y él tiene que asumir. Por lo menos ha tenido la virtud de plantear el problema, ha tenido deslices, pero, bueno… Otro tema es que los órganos de inteligencia están en manos de militares, cosa que no debería ocurrir. Ellos tienen sus propios intereses y le hacen llegar a los políticos lo que quieren.
¿Se refiere al Consejo Nacional de Inteligencia?
A todos los órganos de inteligencia. Hay un sesgo y un interés en la información que dan. Por eso se ha armado toda esta discusión sobre la amnistía.
Enumere cinco acciones, no para destruir al terrorismo en la selva, pero por lo menos para que no mueran más policías.
Hacer operaciones helitransportadas para atacar las bases senderistas. Desde mayo del 2004 no se hacen. También ratificar las directivas que fueron dadas a la policía al inicio del 2004 sobre su movimiento en carretera, pues saben que son el primer blanco. Además, retomar los planes de presencia del Estado en las zonas donde hay terrorismo, narcotráfico y pobreza, donde se nombró comisionados para la paz y el desarrollo a fin de que coordinen con el Estado y que el senderismo no se expanda políticamente. Otra cosa sería coordinar de manera más estrecha entre la policía y las Fuerzas Armadas, cosa que es difícil. Los militares piden 200 millones de soles para instalar una base. Pero si no patrullan, no vale la pena.
¿Usted es totalmente contrario a la amnistía para militares?
¿Quién va a examinar eso? ¿Este Congreso de corruptos y violadores? No, pues. Sería un despropósito. Lo más sensato es que el Poder Judicial examine con celeridad estos casos. Aunque es cierto que este también hace barbaridades, como soltar a la senderista responsable del atentado al centro comercial El Polo porque faltaba un papel en el expediente. Había dos cabecillas, ella y un hombre, y este último sí fue sentenciado, pero a ella, a quien la policía le encontró explosivos y pruebas, ¡ la liberan! ¡A una criminal responsable del asesinato de diez personas! El Perú no aprende.
¿El debate sobre la amnistía para los militares forma parte de una estrategia?
Hay de todo, políticos que quieren votos e intereses de militares y fujimoristas. También los últimos atentados han provocado el debate. Curiosamente el único que no se pronuncia sobre esto es el candidato Ollanta Humala.
Ha dicho que le da asco que se manosee electoralmente este tema.
Por favor, pero no se pronuncia, se ha escondido. Esa declaración lo mantiene en la ambigüedad. Él sabe que no pronunciarse lo beneficia electoralmente. Estamos en lo mismo, pues no sabemos qué piensa sobre este u otros temas. Humala es un salto al vacío. Se pasó una semana del debate más intenso sin decir nada y ahora viene con evasivas.
Tiene apoyo.
Claro que sí, la gente está harta de los políticos. El apoyo que tiene es una mezcla del respaldo a las barbaridades que hizo y propone su hermano Antauro (fusilar a los generales, los políticos…) y las vaguedades que dice Ollanta. Está cosechando ambas cosas. Quien le ha hecho la campaña ha sido Antauro. Ollanta se ha beneficiado de él, ha venido de París y se ha regalado con lo que hizo el hermano. No ha dicho casi nada sobre nada. Las únicas cosas concretas son declaraciones antichilenas en el sur del país que han tenido acogida, declaraciones antimineras en Cajamarca y vaguedades de tipo velasquista. No ha sustentado un programa, pero eso a la gente no le importa.
Por Mariella Balbi
Periodista

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