El afianzamiento de la ley zanahoria y la restricción a la rumba para menores siguen dando buenos resultados.
Por segundo año consecutivo, Cali logra revertir la tendencia creciente en el número de homicidios que le venía dejando, en el último lustro, la guerra entre ‘machos’ y ‘rastrojos’, los ejércitos privados del cartel del Norte del Valle.
Las cuentas de la Policía Metropolitana dicen que el 2005 dejó 637 asesinatos menos que el 2004: se pasó de 2.402 muertes violentas a 1.765 . Las del Observatorio Social de la Alcaldía arrojan una reducción de 588 casos. Pero todos los estamentos coinciden en que las medidas de seguridad están funcionando.
El secretario de Gobierno de la capital del Valle, Miguel Yusty, aseguró ayer, durante un consejo de seguridad con altos mandos militares, que la ciudad bajó a la mitad el número de muertos diarios. De ocho homicidios pasó a cuatro cada día, según el Observatorio Social. Y la tasa de homicidios, que llegó a estar en 91 por cada 100 mil habitantes, ahora está en 48 casos por cada 100 mil personas.
En esa caída de los índices de violencia ha incidido el enfriamiento de la guerra entre ‘narcos’, pero también medidas de convivencia que hasta hace apenas dos años generaban resistencia en varios sectores de la ciudad.
Por ejemplo, se mantuvo durante todo el año la vigencia del decreto 0537 de octubre 7 del 2004, mediante el cual se reglamentó la ley seca y el control de menores y de motocicletas.
Salvo la temporada de Feria, la rumba de los domingos, el día más violento de la semana, sólo se permitió hasta las 10 de la noche.
El alcalde de Cali, Apolinar Salcedo, dijo que durante la temporada de fin de año la ley seca se suspendió para ayudar a los comerciantes, pero agregó que está considerando aplicarla nuevamente, como se lo ha pedido el Gobierno Nacional.
La Policía, por su parte, sostiene que en los buenos resultados se refleja el aumento de las capturas en un 22 por ciento. De 23.511 en el 2004 se pasó a 28.671 en el 2005.
Policía tendrá más plata
La Alcaldía anunció, además, que en medio de la precariedad de sus finanzas los organismos de seguridad recibirán este año 10.000 millones de pesos. Con esa plata se piensa crear 15 inspecciones de Policía con 27 inspectores, además de cinco nuevas comisarías de familia.
La Policía Metropolitana, que tiene apenas 5.170 agentes para una población que llega a 2 millones 400 mil personas, recibirá 8.000 millones de pesos. El aumento, si bien no alcanza a cubrir las necesidades, es de casi un 100 por ciento frente a las partidas del 2004, que fueron de 4.475 millones.
Los homicidios y el hurto siguen siendo las mayores preocupaciones para los encargados de la seguridad de los caleños, dijo el coronel Jesús Antonio Gómez, comandante de la Policía Metropolitana. Pero también hay inquietud por el aumento del homicidio en accidentes de tránsito, uno de los pocos indicadores negativos que crecieron en el 2005: pasó de 363 casos a 368.
Medellín más segura
De las 1.179 muertes violentas que ocurrieron en el 2004 pasó a 780, a corte del 31 de diciembre del 2005, según la Secretaría de Gobierno.
Pese a esto, persisten los cuestionamientos sobre si la disminución de los delitos se debe a la actuación real de las autoridades legítimas o a la mano de Diego Murillo ‘Don Berna’. Según la Personería de Medellín y varias ONG, en la ciudad se mantiene el control paramilitar, que se basa ya no en los homicidios indiscriminados sino en amenazas en los barrios y autoritarismo.
Para la Alcaldía, el incremento de la Fuerza Pública, el regreso de los Centros de Atención Inmediata de la Policía (CAI) y la llegada del Estado a varias zonas deprimidas, así como la desmovilización de 2.033 hombres de ‘Don Berna’, explican la mejoría.