EFEBUENOS AIRESUn puñado de valiosos manuscritos originales del escritor argentino Ernesto Sábato se encuentran entre las pertenencias robadas por unos atracadores de una sede bancaria de Buenos Aires, informó ayer la publicación dominical Perfil.
Los manuscritos se hallaban en unas de las 145 cajas de seguridad asaltadas el pasado viernes por cuatro ladrones de la oficina del Banco Río, del español Grupo Santander, en la localidad de Acassuso, en el extrarradio de Buenos Aires.
»No aparecen los escritos de Sábato, que tendrían un valor altísimo. No sabemos si eran originales de sus novelas o documentos. Posiblemente los asaltantes los hayan visto y no dudaron en llevarlos», indicó al periódico una fuente vinculada al caso.
Por su parte, Elvira González Fraga, esposa de Sábato, de 94 años, acudió el pasado sábado a la sede bancaria, al igual que numerosos clientes afectados, aunque optó por no hacer declaraciones a los medios.
Los asaltantes huyeron con un botín »millonario» por un túnel que conducía a un desagüe pluvial después de siete horas de tensas negociaciones, en las que mantuvieron como rehenes a 23 personas que fueron liberadas sanas y salvas.
El gerente de Comunicaciones de Banco Río, Juan Pablo Franco, indicó que los ladrones se llevaron 600,000 pesos ($200,000) de los fondos de la sede financiera, además del contenido de 145 cajas de seguridad que, según Perfil, pueden contener cerca de $50 millones.
La policía bonaerense calificó el caso como »el golpe más audaz de la historia» argentina, y admitieron que hasta ahora el plan montado por los delincuentes no mostró fallas.
De hecho, el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, León Arslanián, admitió que no se ha esclarecido aún el asalto, pese a que la actuación policial fue «correcta».
Arslanián también manifestó que hubo una »operación interna y otra externa» para que los cuatro ladrones pudiesen perpetrar el atraco, con lo que no descartó la participación de una persona vinculada al banco en el asalto.
El conducto por el que escaparon los cuatro hombres conecta la autopista Panamericana, a la altura de la localidad bonaerense de Villa Adelina, con el Río de La Plata, por lo que los oficiales buscan por tierra y agua a los asaltantes, con apoyo de buzos tácticos de la Prefectura.