Francia volvió a defender su política de disuasión nuclear. El presidente Jacques Chirac, dijo hoy que su país podría responder con armas nucleares a Estados que utilicen el terrorismo o armas de destrucción masiva en su contra, a la vez que planteó incluir los suministros estratégicos y la defensa de los aliados en los «intereses vitales» nacionales.
Si bien la disuasión nuclear «no está destinada a disuadir a terroristas fanáticos», «los dirigentes de Estados que recurrieran a medios terroristas contra nosotros» o que piensen en utilizar «armas de destrucción masiva» deben saber que se expondrían a «una respuesta firme y adaptada», que puede ser «convencional» pero también de «otra naturaleza (por la nuclear)”, advirtió.
Aunque no mencionó a ningún país en particular, Chirac pronunció estas palabras en medio de la grave crisis nuclear con Irán que insiste en continuar desarrollando su plan atómico.
Irán lleva a cabo un polémico programa nuclear y la comunidad internacional, con Francia, Alemania y el Reino Unido a ala cabeza, trata de obtener garantías de que sus actividades ligadas al enriquecimiento de uranio no son una fachada para fabricar armas.
En su discurso sobre la doctrina nuclear francesa en una visita a la base de submarinos estratégicos en Ile Longue -noroeste de Francia-, el presidente afirmó que «frente a las inquietudes del presente y las incertidumbres del futuro, la disuasión nuclear sigue siendo la garantía fundamental de nuestra seguridad».
«Nos da igualmente (…) el poder de ser dueños de nuestras acciones, de nuestra política» y del mantenimiento de «nuestros valores democráticos», declaró.
Chirac, por otra parte, planteó ampliar a los suministros estratégicos de Francia y a la defensa de sus aliados la gama de los «intereses vitales» protegidos por la disuasión nuclear gala.
«La integridad de nuestro territorio, la protección de nuestra población, el libre ejercicio de nuestra soberanía nacional constituirán siempre el corazón de nuestros intereses vitales. Pero no se limitan a esto», explicó.
Chirac señaló que «la percepción de estos intereses evoluciona al ritmo del mundo, marcado por la interdependencia creciente de los países europeos y la globalización».
Acto seguido añadió que «la garantía de nuestros suministros estratégicos y la defensa de países aliados son, entre otros, intereses que conviene proteger».
Indicó que le correspondería al jefe de Estado «apreciar la amplitud y las consecuencias potenciales de una agresión, una amenaza o un chantaje insoportables» contra estos intereses, un análisis que podría llevarlo a considerar que forman parte de «nuestros intereses vitales».
Tras indicar que Francia está en condiciones de causar «daños de todo tipo» a una gran potencia que quisiera atacar sus intereses vitales, señaló que «contra una potencia regional», las opciones no se limitan a «la inacción y la aniquilación».
«La flexibilidad y la reactividad de nuestras fuerzas estratégicas nos permitirían ejercer nuestra respuesta directamente sobre sus centros de poder y su capacidad para actuar», recalcó.
«Todas nuestras fuerzas nucleares han sido configuradas en este espíritu», insistió, al precisar que, con este objetivo, por ejemplo, el número de cabezas nucleares se ha reducido en «ciertos» misiles de los submarinos franceses.