La empresa brasileña Embraer aún confía en que podrá vender 25 aviones militares encargados por Venezuela del modelo ‘Super Tucano’ por unos 200 millones de dólares, pese al veto impuesto por Estados Unidos.
Estas aeronaves ‘no son de agresión’ y su finalidad es combatir ‘el tráfico de drogas y de armas’, dijo hoy el presidente de la compañía, Mauricio Botelho, quien se mostró confiado en que se alcance un acuerdo que posibilite la venta.
El presidente de Embraer aclaró en una entrevista que no existe una posición hostil de Washington hacia Brasil o hacia Embraer sino que se trata de un problema entre Estados Unidos y Venezuela.
El ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, dijo esta semana que ya había hablado con diferentes autoridades de Estados Unidos para intentar mediar un acuerdo que permita la venta.
Botelho se mostró firmemente convencido de que ‘habrá una evolución’ en esas negociaciones porque la función de los aviones es ‘hacer cumplir la ley’ (reprimir el narcotráfico), una cuestión que afecta y preocupa no sólo a Venezuela sino también a otros países como Brasil o Estados Unidos.
‘Eso es lo que nos anima a creer que habrá una solución’, comentó Botelho, que dejó claro que el Super Tucano ‘jamás será un avión de agresión’.
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, tildó de ‘absurdo y vergonzoso’ el veto estadounidense, en declaraciones que concedió el jueves tras la reunión que tuvo en Brasilia con sus homólogos de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y Argentina, Néstor Kirchner.
El veto de Washington a la venta de aviones militares con componentes tecnológicos estadounidenses a Venezuela también afecta a la empresa española EADS-CASA, a la que el Gobierno de Chávez encargó 12 aviones militares.