Miércoles 25 de enero de 2006
WASHINGTON.- Autoridades policiacas de Texas denunciaron ayer que hombres vestidos con uniformes del Ejército mexicano se confrontaron con unos 30 alguaciles el pasado lunes.
El nuevo incidente en la frontera común originó reacciones de los gobiernos estadounidense y mexicano.
Una fuente del Departamento de Estado señaló que los hechos son todavía «poco claros».
Por su parte, el Departamento de Seguridad Interior solicitó al gobierno mexicano una investigación cuidadosa y una respuesta completa del incidente ocurrido en el condado de Hudspeth, Texas.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) rechazó que las Fuerzas Armadas hayan tenido incursión alguna en Estados Unidos y consideró que dichas acciones tienen como propósito lesionar la cooperación entre México y Estados Unidos en la lucha contra el crimen organizado.
El portavoz de la coalición de sheriffs, Rick Glancey, informó que los hechos comenzaron cuando tres alguaciles de Hudspeth y al menos dos elementos del Departamento de Seguridad Pública del estado perseguían a tres camionetas que huían hacia la frontera con México.
El incidente ocurrió a las 14:30 horas locales en Sierra Blanca, unos 130 kilómetros al este de la ciudad de El Paso, Texas.
De acuerdo con la versión, un vehículo se atascó y un Humvee militar mexicano trató de remolcarlo sin éxito a territorio del estado de Chihuahua.
Presuntos narcotraficantes, vestidos de civil pero bajo la protección de los hombres armados, descargaron paquetes que de acuerdo con la descripción del incidente parecían contener mariguana, y prendieron fuego al vehículo.
El grupo, con uniformes militares, montó ametralladoras dentro de territorio estadounidense.
La vocera de la Oficina Federal de Investigación (FBI) en El Paso confirmó que se trató de individuos en tres vehículos. «Conducían Humvees, que parecían pertenecer al Ejército mexicano», dijo Andrea Simmons.