Otros 750 "paras" entregan sus armas

Se desmovilizaron 750 miembros de las Autodefensas del Magdalena Medio, de Puerto Boyacá
Se trata de la entrega de armas de uno de los grupos contrainsurgentes más antiguos del país en esta población, considerada cuna de las autodefensas.
El acto, al que asistió el Alto Comisionado para la Paz de la Presidencia, Luis Carlos Restrepo, y autoridades civiles regionales, se llevó a cabo en la aldea El Marfil, en el municipio de Puerto Boyacá, en donde se gestó, en 1978, la primera de esas organizaciones armadas ilegales.
Para su creación, hace 28 años, el grupo contó con el apoyo de miembros de la Fuerza Pública, ganaderos y empresarios de la región, así como de políticos.
En la década de 1980 se expandió en la región del Magdalena Medio con la ayuda de los narcotraficantes Pablo Escobar Gaviria, Gonzalo Rodríguez Gacha, Gilberto Molina y Jairo Correa, miembros principales del Cartel de Medellín, y de las mafias de las esmeraldas.
«Botalón», su jefe, según un informe del Programa Presidencial para los Derechos Humanos, fue miembro de la organización de Rodríguez Gacha y recibió, hace cerca de dos décadas, instrucción militar del mercenario israelí Yair Klein.
En el Magdalena Medio, donde confluyen los departamentos de Antioquia, Bolívar, Boyacá, Caldas, Cesar, Santander y Cundinamarca, cuya capital es Bogotá, las AUC sembraron el terror y «exportaron» a otras zonas del país su actividad delictiva, con el argumento de que combatían a las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), porque el Estado no lo hacía.
Durante esa guerra por territorios y riqueza, en la que insurgentes, paramilitares, narcotraficantes y otras mafias se disputaron el control regional, la población civil fue víctima de unos y otros.
De los centenares de víctimas de las matanzas, quedan muchas familias que no tienen aún hoy suficiente claridad de lo que pasó con sus muertos y desaparecidos, ni quiénes fueron los responsables.
Asimismo, hay millares de personas que fueron desplazadas a la fuerza de ese vasto territorio y que perdieron sus parcelas, sus viviendas y su modo de ganarse la vida.
La desmovilización de hoy antecede a la prevista para el martes entrante, de unos 1.700 miembros del Bloque Central Bolívar de las AUC, que comanda Ramón Izasa, alias «El Viejo», en la aldea de Buena Vista, en el municipio de Santa Rosa del Sur, a unos 350 kilómetros al noroeste de Bogotá, en el Magdalena Medio del departamento de Bolívar.
Sin embargo, Isaza se desmovilizará en la aldea La Merced, en el municipio de Puerto Triunfo, vecino de Puerto Boyacá, en donde el Gobierno autorizó la concentración de las AUC del Magdalena Medio, en el mismo lugar en el que se cometieron las primeras acciones de esa organización, a finales de los años 70.
En los días previos a la entrega del armamento y la desmovilización, funcionarios de la Fiscalía han llevado a cabo labores para la plena identificación -huellas dactilares, carta dental, ADN y fotografías de frente y perfil-, de cada uno de los miembros de la organización armada ilegal.
«El Viejo» y «Botalón» son señalados por la inteligencia del Ejército, según medios locales, de tener presuntos vínculos con el narcotráfico, con centros para la cristalización de la cocaína en las selvas del Magdalena Medio antioqueño y santandereano y con el robo de carburantes de los oleoductos que atraviesan la región.
En Puerto Triunfo, el capo del narcotráfico Pablo Escobar Gaviria, que entró en 1983 a «limpiar la región», tuvo la hacienda Nápoles, que fue centro de sus operaciones delictivas, a la que llevó animales salvajes traídos de Africa y en la que realizó fastuosas fiestas a las que invitaba a personalidades.
Cerca de 16.700 combatientes de las AUC se han desmovilizado durante el actual Gobierno, conforme a los acuerdos suscritos en julio de 2003 en Santa Fe de Ralito (Córdoba).
Con EFE
Historia de las Autodefensas de Puerto Boyacá
Fue en esta localidad en donde hombres como Jaime Eduardo Rueda Rocha, el ex parlamentario liberal Pablo Emilio Guarín, Gonzalo de Jesús Pérez, su hijo Henry Pérez y Ariel Otero dieron vida y consolidaron las autodefensas del Magdalena Medio, que terminaron por ser absorbidas por la mafia del narcotráfico en cabeza de Gonzalo Rodríguez Gacha, ‘El Mexicano’, y luego de Pablo Escobar.
El ‘modelo Puerto Boyacá’ creció en medio de guerras de ‘narcos’ y esmeralderos y dio origen a un esquema narcoparamilitar protagonista de las más horrorosas masacres que recuerda el país, todas, en medio de disputas por terrenos y poder.
Puerto Boyacá fue incluso la cuna del grupo ‘Muerte a Secuestradores’, refugio de capos de la droga, sitio de ostentación de su riqueza y laboratorio para el entrenamiento de temibles asesinos por mercenarios extranjeros como Yair Klein.
La desmovilización de los hombres de ‘Botalón’, considerado junto con Ramón Isaza los máximos comandantes de las poderosas autodefensas del Magdalena Medio, se da una semana antes de que entregue las armas la estructura de Isaza, señalado por Estados Unidos como uno de los grandes capos.
‘Botalón’, el duro en el Magdalena Medio
Víctor Rafael Triana Arias integra las autodefensas del Magdalena Medio hace más de dos décadas. Llamado ‘Botalón’ o ‘Absalón Samudio’, integró la organización de Gonzalo Rodríguez Gacha, que en los 80 trajo mercenarios israelíes e ingleses para entrenar criminales al servicio de la mafia.
En 1998 la cúpula de las Auc lo expulsó por el asesinato de dos oficiales de la Dijín que investigaban al cartel de la gasolina en el Magdalena Medio y en el 2001 sonó como reemplazo de Carlos Castaño, tras una división en la organización.
En el 2004 refugió a Diego Montoya, ‘Don Diego’, cuando E.U. le puso precio a su cabeza. Ese país requiere a ‘Botalón’ por tráfico.
Que haya verdad
“Hay expectativa con la desmovilización de ese grupo ilegal y de los demás que hacen presencia en el Magdalena Medio. Las víctimas, por ejemplo, tienen la esperanza de que colaboren con la administración de justicia, digan la verdad y ayuden a esclarecer qué pasó y dónde están los desaparecidos del 16 de mayo de 1998, cuando asesinaron a siete barramejos y desaparecieron a otros 25. Los familiares necesitan saber en dónde están sus seres queridos o dónde se encuentran sus cadáveres”.
Jorge Gómez Lizarazo, defensor del Pueblo en el Magdalena Medio
“El anhelo es que sea verdad este proceso de desmovilización y se desarticule el aparato de muerte que han implantado en esta región por más de 20 años. Que entreguen las armas que usan y que se desmovilicen quienes realmente están inmersos en delitos atroces y violaciones a los derechos humanos. Sabemos de mucha gente que se acoge a estos procesos en nombre del actor ilegal sólo por el beneficio económico y en realidad nunca han tenido nada que ver con ellos.”
Francisco Campos, defensor de derechos humanos

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