Informe parlamentario reveló negligencia gubernamental frente al huracán Katrina

LARA JAKES JORDANAssociated PressWASHINGTON – El gobierno a todos sus niveles mostró indiferencia hacia los preparativos para posibles desastres después de los ataques terroristas del 2001, lo cual dejó a la costa del Golfo de México innecesariamente vulnerable al huracán Katrina y «costó vidas», concluyó una investigación.
La indagación de la Cámara de Representantes, que encontró fallas desde la Casa Blanca hasta los funcionarios de los condados locales en Luisiana, concluyó que las autoridades no se movieron con rapidez para proteger a la población, incluso cuando recibieron advertencias con días de antelación en torno a la gigantesca tormenta del 29 de agosto pasado. El informe final será dado a conocer el miércoles.
El texto, redactado por un comité especial de la cámara baja en el que predominan los republicanos, fue obtenido por The Associated Press el martes por la noche. Algunas partes fueron difundidas el domingo pasado.
«La pasividad fue la que más daño causó», concluyó el informe de 520 páginas elaborado por el comité, el cual está presidido por el representante republicano Tom Davis, encargado de investigar la lenta respuesta ante Katrina.
«La falta de iniciativa costó vidas, alargó el sufrimiento, y dejó a los estadounidenses justificadamente preocupados de que el gobierno no está mejor preparado para proteger a la población de lo que lo estaba antes del 11 de septiembre, incluso si sí lo estamos».
«Los preparativos para el huracán Katrina y la respuesta ante éste deberían preocupar a todos los estadounidenses», señaló el informe.
El informe de la Cámara de Representantes representa las primeras conclusiones oficiales finales sobre las numerosas fallas que quedaron expuestas tras el paso de Katrina, que dejó más de 1.300 personas muertas, decenas de miles sin hogar y miles de millones de dólares en daños.
A pesar de que el presidente George W. Bush aceptó la responsabilidad completa de los errores del gobierno federal, la respuesta a la tormenta continúa generando fuertes críticas y acusaciones generalizadas.
En testimonios ante el Senado la semana pasada, el ex director de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, Michael Brown, señaló al Departamento de Seguridad Interior y a su jefe, el secretario Michael Chertoff, como una burocracia confusa que envió la ayuda con lentitud a la costa del Golfo de México. La Casa Blanca y Seguridad Interior respondieron a su vez, al describir a Brown como un rebelde que no obedeció las órdenes que recibió.
El informe de la cámara baja también halla fallas en la labor de Chertoff, por no activar un plan nacional para generar una ayuda rápida; y en su departamento, por supervisar a un equipo de respuesta a emergencias inexperto y limitado a lo básico.
También concluye que el presidente Bush podría haber agilizado la respuesta si se hubiera involucrado en la crisis antes, y dijo que él no recibió orientación de un especialista en desastres que comprendiera el alcance la destrucción causada por la tormenta.

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