Matan en Perú a importante líder de Sendero Luminoso

La muerte a manos de la policía del dirigente de Sendero Luminoso Víctor Aponte Sinalagua, alias Clay, pone fin al liderazgo militar de esta banda terrorista causante de la guerra interna que asoló Perú durante 20 años.
El ministro del Interior de Perú, Rómulo Pizarro, explicó a EFE que la muerte el domingo del líder terrorista se produjo tras un operativo policial, durante el cual fueron detenidos otros dos miembros de la banda.
Agregó que se trata de ‘la captura más importante de los últimos diez años’, ya que en este periodo no se había logrado capturar a ningún dirigente relevante de Sendero Luminoso en la zona selvática donde se concentran los remanentes de esta organización terrorista.
Pizarro detalló que ‘el camarada Clay’ fue responsable, entre otras acciones, de la muerte de ocho policías en diciembre pasado en el departamento de Huánuco.
La caída de ‘Clay’, de unos 45 años de edad, según la fuente, tuvo lugar en el caserío Alto Pacae, en Tingo María, a 558 kilómetros al noreste de Lima.
Su muerte tiene lugar tras ocho meses de intenso trabajo por parte de la inteligencia policial y la infiltración de agentes entre los senderistas, en la misma zona donde el año pasado murieron cerca de 50 policías y militares y 42 civiles.
En 1993, un año después de la captura del líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, el Gobierno del ex presidente Alberto Fujimori consiguió un acuerdo de paz y el cese de la lucha armada, iniciada en 1980.
Sin embargo, los dirigentes senderistas que actuaban en la selva de Huánuco, Junín, Ayacucho y San Martín, entre ellos, Oscar Ramírez Durand, alias ‘Feliciano’, capturado en julio de 1999, y el ‘Camarada Artemio’, no acataron la medida adoptada por Guzmán.
Desde entonces ‘Artemio’ lidera la propuesta rebelde llamada ‘Proseguir’, que agrupa a un contingente de cerca de 200 personas en la zona más inhóspita de la selva de Perú, donde se ha diluido la ideología maoísta y sobreviven brindando seguridad a los narcotraficantes y cultivando hoja de coca.
Este grupo mantiene además secuestrado a un centenar de indígenas de la comunidad ashaninka desde mediados de los años ochenta, quienes bajo condiciones de vida miserable trabajan para los senderistas en labores agrícolas y dan apoyo a los terroristas, según los testimonios de los indígenas liberados.
Hasta la muerte a manos de la policía de ‘Clay’, la facción Proseguir se había movido con relativa libertad en un área selvática ubicada a unas 40 horas de viaje por carretera y posteriormente de navegación por el río, donde no llegan los servicios básicos.
‘Artemio’, líder político de Proseguir, y ‘Clay’, quien hasta el domingo era el jefe militar de la banda, organizaron, entre otras acciones, un secuestro en 2003 de 71 trabajadores de la empresa argentina Techint, de ellos siete extranjeros, en Tocate, en la selva del departamento de Ayacucho.
Aquel secuestró se resolvió con la liberación de todos los rehenes tras el supuesto pago de un rescate.
Desde la captura de Guzmán, en 1992, las autoridades militares y policiales se habían visto imposibilitadas de actuar contra el grupo que dirige ‘Artemio’ y el fallecido ‘Clay’, lo que había causado preocupación entre los peruanos por temor a un rebrote del terrorismo.
Abimael Guzmán, encarcelado en la prisión de máxima seguridad de El Callao, no reconoce a los rebeldes de Proseguir como miembros de Sendero, mientras que su abogado defensor, Manuel Fajardo, negó el domingo que su cliente dirija las acciones terroristas de ‘Artemio’ en la selva peruana
Fajardo agregó que Guzmán ‘no conoce a los camaradas Artemio y Clay’.
Desde septiembre pasado, Guzmán, alias ‘presidente Gonzalo’ y causante de la mitad de las 69.280 víctimas contabilizadas de la guerra interna que asoló Perú entre 1980 y 2000, según la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, está siendo procesado por terrorismo en agravio del Estado y homicidio calificado.
El histórico dirigente es juzgado junto a otros once miembros del Comité Central de Sendero Luminoso, entre ellos su compañera sentimental y número dos de la organización, Elena Iparraguirre.

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