Ascienden a $ 16 millardos las pérdidas por piratería marítima

A medida que aumentan los valores de las cargas transportadas por vía marítima también aumentan las actividades de piratería en el mar. Y es un tema de creciente preocupación en los medios oficiales y privados por su amenaza al comercio mundial…
La concentración de buques mercantes de toda índoles en las grandes zonas de confluencia de este tráfico, facilita las posibilidades de que las bandas organizadas asalten a los buques para robar especies personales, alterar las rutas para saquear las cargas e incluso para hacer desaparecer al buque mediante matriculas falsas y cambios en sus superestructuras para engañar a sus perseguidores.
Al interés económico hay que agregar el interés político ya que en casi todos los casos reportados en los dos últimos años, este crimen aparece unido a la búsqueda de fondos para grupos extremistas separatistas. Se unen así, el terrorismo y la piratería como una amenaza creciente al comercio internacional que agrega costos adicionales a la industria del transporte marítimo. Es imposible suprimir totalmente el riesgo de un ataque terrorista en las múltiples rutas del transporte global ya que esta amenaza no sólo se cierne en el ámbito marítimo sino que también en el del transporte aéreo.
Respuesta internacional
Los esfuerzos internacionales para disminuir esta amenaza se han concentrado en los procesos de seguimiento de las cargas desde su origen hasta el lugar de su destino, en las medidas de control de los transportes de embarque y desembarque, accesos y supervigilancia de las personas que toman parte en estos movimientos y en la búsqueda de conexiones entre los grupos terroristas y las tripulaciones, como una manera de cortar las cadenas de coordinación de estas acciones. Las medidas a nivel del Foro APEC como los acuerdos START y las coordinaciones binacionales entre los países por donde pasan las rutas marítimas que siguen sus exportaciones, son cada vez más necesarias y urgentes.
Los costos anti piratería y anti terrorista, sin embargo son un precio menor ante el daño que podría significar un hecho de estas características en la industria del transporte marítimo si no se tuviera preparada una respuesta adecuada para suprimirlo, o a lo menos disminuirlo al máximo. Una de las soluciones más efectivas para evitar estos crímenes es el desarrollo de una conciencia de alerta ante situaciones anormales, sospechosas o sorpresivas. Esto demanda una educación de seguridad, que se encuentra en una etapa incipiente. Pero estas amenazas también representan la oportunidad para una coordinación más eficiente a nivel regional y mundial.
Riesgo para Chile
Para Chile este tema tiene la mayor importancia ya que la columna vertebral de su desarrollo pasa por la oportuna llegada de sus exportaciones a los mercados compradores. Las rutas que siguen sus embarques pasan necesariamente por las áreas de mayor riesgo como los accesos al mar del Sur de la China incluyendo el Estrecho de Malaca, los Estrechos que comunican al Océano Indico con los mares interiores de Indonesia, las rutas frente a las Filipinas y el mar del Este de la China.
Y, precisamente este tráfico desfila frente al borde costero de la China, el espacio de mayor desarrollo de esta economía y que concentra también, a la población con el mayor ingreso per cápita de ese mercado.
Las estadísticas de la Organización Marítima Internacional muestran que desde el año 2003 se han informado 445 ataques piratas con el asesinato de 92 marineros, incluyendo desaparecidos y el robo de las pertenencias personales a 359 de ellos, muchos de los cuales fueron tomados como rehenes.
En 2004 se informaron 471 asaltos y en 2005 370, pero el número de buques secuestrados aumento a 16. Si se suma los pagos de los seguros comprometidos que incluyen las cargas, las pérdidas ascienden a US$ 16 mil millones por año.
Pero en otros mares del mundo también florece esta actividad ilícita. Los informes indican focos en el mar Arábigo, en las costas oeste del África, en las aguas de Sri Lanka y también en las costas del Pacífico Ecuatorial americano, especialmente entre la salida del Canal de Panamá y las costas de Colombia y Ecuador.
Los blancos más frecuentes son los yates de turismo que se dirigen al sur en tránsito para visitar la costa de Perú y Chile. Y en nuestro país, con cierta frecuencia se informan robos de la pesca realizada frente a las costas de la VIII Región que obliga a las autoridades marítimas a un permanente patrullaje. La época de verano, con la llegada de los grandes buques de turismo, plantea un problema adicional ya que no sólo hay que dar seguridad en tierra a estas visitas sino que también en el mar.
La importancia de la piratería marítima y su impacto en la economía global tiene que comprenderse ahora cuando aún es tiempo para organizarse en las tareas colectivas de protección y de coordinación. La creación de una conciencia de las amenazas existentes ayudará a esto.

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