Ex agente demandó a la CIA por violar su libertad de expresión

Un ex integrante de la CIA está demandando a la mencionada agencia de inteligencia del gobierno estadounidense por supuesta violación de sus derechos constitucionales a la libre expresión.
En una demanda ante las cortes federales, TJ Waters dijo que la CIA ordenó retirar decenas de fragmentos de texto en su libro acerca del entrenamiento de espías, después de haber aprobado inicialmente el documento.
Los agentes actuales y pasados tienen permiso de escribir libros.
Pero los textos deben ser revisados antes por una junta especial que se encarga de asegurar que no contengan información clasificada.
Waters, de 40 años de edad, pertenecía a la primera promoción de la CIA posterior al 11 de septiembre de 2001, y trabajó para esa agencia entre 2002 y 2004.
Las 300 paginas de libro ofrecen una crónica de su año en un centro de entrenamiento en el que los reclutas aprenden a utilizar disfraces y a sobrevivir un interrogatorio.
«Detalles clasificados»
Waters dijo que en mayo de 2004 había presentado a la agencia su libro Class 11: Inside the CIA´s First Post-9-11 Spy Class.
Según Waters, cuatro meses después sólo unas cuantas palabras fueron suprimidas del texto publicable.
Pero el ex funcionario alega que el mes pasado la CIA le informó que se necesitarían nuevas supresiones de textos, muchas de ellas involucrando material que había sido previamente aprobado.
Waters cree que el director de la CIA, Porter Goss, se opone a que los agentes escriban libros, y ha puesto al personal de revisión de publicaciones bajo presión para hacer más lento el proceso.
Pero la vocera de la CIA, Jennifer Dyck, negó que Goss buscara demorar el proceso de revisión.
«El objetivo es aprobar los manuscritos en el menor tiempo posible, pero libros más complejos que se involucran en detalles clasificados sí toman más tiempo», concedió Dyck.
Los corresponsales dicen que recientemente Goss ha sido bastante crítico del perjuicio causado por fugas de información clasificada.
El mes pasado, los medios estadounidenses informaron que las agencias de inteligencia de ese país han estado removiendo del acceso público miles de documentos históricos que ellos consideran una «entrega precipitada» de información delicada.

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