Comandos del Ejército custodian embajadas de EE.UU.

Washington. El Ejército estadounidense decidió colocar pequeños grupos de soldados del Comando de Operaciones Especiales en un número cada vez mayor de embajadas, desde donde recopilan información sobre terroristas.
Según el diario The New York Times, la campaña forma parte del plan del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, para reforzar las labores de espionaje del Ejército en la lucha antiterrorista, citó Efe.
La iniciativa, según relata el Times, se ha tropezado con la oposición de los cuerpos tradicionales de espionaje, como la Agencia Central de Inteligencia (CIA), que creen que el Ejército se entremete en sus asuntos.
Funcionarios del Pentágono indicaron al Times que pequeños grupos de élite están destinados en una docena de embajadas en Africa, el sureste asiático y Latinoamérica, regiones en las que se cree que los terroristas operan, planean atentados, recaudan dinero o buscan un refugio seguro.
Su misión es recolectar información que sirva de ayuda en la planificación de misiones contra los terroristas y ayudar a los militares locales a realizar operaciones contra el terrorismo, según indicó el rotativo neoyorquino.
El Comando de Operaciones Especiales se creó en el año 2004 y su cometido es liderar las operaciones militares contra el terrorismo.
Esta nueva misión podría convertirse en una tarea importante para los comandos, en plena expansión.
Responsables del Comando indicaron que ninguno de los equipos serán desplegados sin la aprobación del embajador estadounidense local.
Por otra parte, los republicanos del Senado acordaron expandir la supervisión del programa de espías domésticos del presidente George W. Bush, pero rechazaron la presión del los senadores demócratas para una mayor investigación sobre las grabaciones telefónicas, añadió Reuters.
El senador Pat Roberts, de Kansas, presidente republicano del Comité Selecto de Inteligencia de la Cámara Alta, dijo que el grupo votó para crear un nuevo subcomité de siete miembros que escrutinaría las grabaciones bajo un plan aprobado por la Casa Blanca.
La administración de Bush fue criticada por grupos de derechos humanos, demócratas y algunos republicanos por el programa de vigilancia.
La iniciativa comenzó luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001 y permitió que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) espiara sin una orden judicial las comunicaciones telefónicas internacionales y correo electrónico de estadounidenses en medio de la búsqueda de integrantes de la red terrorista Al Qaida.
Además, la Casa Blanca inició discusiones con varios senadores republicanos sobre lenguaje legislativo que pudiera regular más el programa.
«Creo que el Presidente está preparado para firmar una ley una vez que el Congreso materialice su deseo», dijo Roberts tras la reunión del comité.

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