Bogotá. Algunos paramilitares que depusieron sus armas en negociaciones de paz con el Gobierno colombiano optaron por delinquir, ante la falta de oportunidades, y han tomado como centro de operaciones territorio venezolano, donde en 2006 han asesinado a unas 33 personas, señala la revista colombiana Semana en su más reciente edición.
Los ultraderechistas desmovilizados han copado varias de las localidades fronterizas con Venezuela, en donde extorsionan a los comerciantes y ganaderos, y con el dinero adquirido han empezado a sobornar a funcionarios, policías y fiscales, agrega la publicación.
«Hombres armados llegan hasta los locales y los obligan a pasar a un sector llamado Juan Frío, en Villa del Rosario (Noreste), a lo mejor con complicidad de unos funcionarios nuestros», dijo el gobernador de Táchira, Ronald Blanco, informó DPA.
Según informa el semanario, citando a la Policía venezolana, en lo transcurrido de 2006 los sicarios al servicio de paramilitares ya desmovilizados han asesinado a 33 personas, mientras que en 2005 hubo 63 muertes violentas.
Las autoridades de Táchira señalaron que muchas de las muertes del año pasado se debieron a «ajustes de cuenta» entre desmovilizados de los paramilitares y delincuentes comunes.
Una de las mayores preocupaciones de las autoridades venezolanas tiene que ver con el poder corruptor de esos nuevos grupos y el riesgo de que cometan atentados contra los puestos de control fronterizo.
«El pasado 17 de febrero, en Táchira, fueron detenidos nueve fiscales y seis miembros de la policía por supuestos nexos con grupos paramilitares colombianos», añadió el reporte periodístico.
Además señala que «por toda esa zozobra, parlamentarios de la región estudian presentar una propuesta al presidente Hugo Chávez, para decretar un estado de excepción en estas ciudades».