NOGALES, Arizona.- La geografía, lo solitario del desierto y las necesidades de los migrantes han hecho una realidad su presencia en zonas estratégicas siempre esperando a sus presas. Son mexicanos o estadounidenses los que han generado una «nueva profesión» al amparo del fenómeno migratorio. La Patrulla Fronteriza los califica como tumbadores, y los reportes de la corporación indican que en la frontera entre México y Estados Unidos se dedican a asaltar a los migrantes, abusar sexualmente de las mujeres, pero también a robarles la droga a los burreros y revenderla.
Conocedores maestros del desierto de Sonora, el cual se extiende desde México hasta Nogales, Arizona, los tumbadores (porque le tumban pertenencias a las personas) andan armados y ubicando los puntos ciegos al igual que los indocumentados para ponerse a salvo de la migra, que los busca las 24 horas a través de sensores, aviones no tripulados y cámaras infrarrojas.
Es ahí donde los migrantes y burreros (personas conocidas también como mulas por transportar droga) pueden ser vejados y asaltados. En ocasiones los propios guías y polleros o coyotes de los grupos están coludidos con los tumbadores y los dirigen a sus fauces.
Pero un elemento adicional es que los burreros, dependiendo del número de personas que conformen el grupo, también vienen armados y dispuestos a defender la mercancía.
El vocero de la Patrulla Fronteriza del sector de Tucson, Gustavo Soto, reconoce por ello que la violencia en esta zona se ha incrementado dramáticamente, pero dice que nada puede escapar de la ley pese a la adversidad en la que se trabaja en este terreno sinuoso.
Apenas hace una semana la Patrulla Fronteriza auxilió a un burrero que fue agredido por un tumbador, quien huyó con el paquete de poco más de 20 kilos de mariguana que cargan en la espalda las mulas, que se alquilan por 200 dólares para transportar hacia Estados Unidos el estupefaciente.
Tan sólo en el año fiscal 2005 (1 de octubre de 2004 a 30 de septiembre de 2005) la Patrulla Fronteriza decomisó, de camionetas y de burreros por este sector, 222 toneladas, que equivalen, según los cálculos de la institución policiaca federal, a 391 millones de dólares. De octubre pasado a la fecha se han decomisado 150 toneladas de droga, que en comparación con el 2005 en el mismo periodo que se interceptaron 105 toneladas, representa un incremento de 43%.
La cantidad que conforma un grupo de burreros puede variar. Uno de los más grandes detenido en 2005 lo conformaban 40 personas, de las que al menos tres portaban armas de fuego.
Juan Bernal, vocero también de la Patrulla Fronteriza e integrante de la unidad de rescate de la institución (Borstar por sus siglas en inglés), comenta que a él le ha tocado atender de heridas graves a los migrantes, burreros y tumbadores.
No obstante, los agentes de la Patrulla Fronteriza no se han librado de agresiones y muertes. En junio de 1998 el oficial Alexander Kirpnick, de origen ucraniano pero nacionalizado estadounidense, fue asesinado en un incidente con narcotraficantes en esta zona del centro de Nogales. Esta año fiscal los agentes han tenido que enfrentar 91 asaltos, donde los han agredido con rocas y armas de fuego.
Rechazan muro y la militarización de la frontera
Pese a todos los incidentes con polleros, indocumentados, burreros y tumbadores, la Patrulla Fronteriza considera innecesario la construcción de un muro en la frontera o la militarización de la zona.
Interrogado respecto de si considera que un muro violaría los derechos humanos de las personas, Gustavo Soto, vocero de la Border Patrol, asegura que cualquier país tiene derecho a salvaguardar la integridad de sus ciudadanos a través de la protección de sus fronteras y eso, dice, no es restringir las libertades de las personas.
Lo necesario, a decir de los oficiales, es mejorar la tecnología y la capacitación a los agentes que de octubre de 2005 a la fecha han detenido a 171 mil indocumentados de diferentes nacionalidades. En el mismo periodo del año pasado habían asegurado a 186 mil 977 personas.
El total de detenciones en 2005 fueron 438 mil 898 personas, casi 90% eran mexicanos. La Patrulla Fronteriza reconoce incluso que ninguna muralla a lo largo de toda la frontera detendrá a los inmigrantes. Dicen que la conjunción de buena tecnología, más agentes y vallas edificadas en zonas estratégicas pueden ser su mejor solución.
Otra de las preocupaciones de los agentes migratorios son también las muertes de los migrantes, quienes seducidos por los traficantes de personas o polleros pagan de 500 a 2 mil dólares para internarse a territorio estadounidense por esta región. Hasta ayer la cifra de muertos en su intento por atravesar la frontera era de 28 personas.