ELMUNDO.ES | EFE
SAN SEBASTIÁN.- El Príncipe de Asturias ha condenado rotundamente en San Sebastián las «inaceptables acciones, amenazas y extorsiones de los terroristas» a los derechos y libertades que están sufriendo los empresarios vascos.
Felipe de Borbón, al que no es frecuente escucharle declaraciones tan contundentes, expresó su repulsa a estas extorsiones durante la inauguración de la nueva sede de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Guipúzcoa, acto en el que estuvo acompañado por Letizia Ortiz.
En su discurso, el Príncipe reconoció el «trabajo bien hecho» de los empresarios vascos, les transmitió el respaldo de la Corona, y declaró que «el pleno respeto a nuestro marco de libre y pacífica convivencia democrática nos permitirá continuar el creciente progreso económico y social del País Vasco y del resto de España».
Felipe de Borbón recordó el inmenso cariño de la Familia Real y el suyo propio por esta tierra, como lo demostró al elegir San Sebastián como uno de los destinos de su viaje de novios en mayo de 2004.
En este mismo sentido se pronunciaron también el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, el presidente de la Cámara, José María Etxarri, y el lehendakari, Juan José Ibarretxe.
Ibarretxe aseguró en sus palabras que en sus 49 años de vida no había conocido la paz. «Vosotros tampoco», añadió dirigiéndose a los empresarios reunidos en la nueva sede. El lehendakari explicó que es necesario que los políticos arriesguen para conseguir la paz, y que en medio de las sombras hay un mensaje de esperanza. «Vamos a ver la paz todos juntos», auguró.
Una creciente amenaza
La banda terrorista viene realizando desde hace año y medio sucesivas campañas de extorsión en las que ha ido incrementando la intensidad de las amenazas. Pasó de enviar una carta amenazadora a remitir hasta cinco sucesivas; después retomó los coches y paquetes bomba y, últimamente, parece haber adjuntado a las cartas intimidatorias fotos con los familiares de los empresarios a los que intenta extorsionar.
En esta última campaña, fraguada hace unas semanas cuando más fuertes eran los rumores sobre un hipotético alto el fuego por parte de ETA, también han sido incluidas las empresas que han sufrido atentados en los últimos meses. De hecho, la organización advierte a los propietarios de estas compañías de que el hecho de haber sido objeto de atentados terroristas en alguna ocasión no les exime de pasar por caja. Por contra, les reclama cantidades que oscilan entre los 30.000 y los 210.000 euros (entre cinco y 35 millones de las antiguas pesetas). A estas sumas, ETA les añade el interés del 5% por cada año no pagado, que en la mayoría de los casos supone un retraso acumulado de 10 años.