Cambio analiza el "efecto CSI"

Bones es la serie de la cadena Fox que viene a sumarse a las ya famosas CSI¸ Law and Order, Forensic files y al programa Los archivos del FBI del canal Discovery, cuyos protagonistas son expertos en ciencias forenses que combinan experiencia, intuición y, sobre todo, tecnología de punta para resolver los casos de muerte violenta que llegan a sus laboratorios. Rayos X, toxicología, biología, entomología, balística, química aplicada, análisis de ADN, dactiloscopia, odontología forense, grafología, planimetría, análisis de imágenes y muchos más son instrumentos que sirven a los forenses para desentrañar los misterios que esconden los cadáveres que llegan a la sala de autopsias.
En el primer capítulo de Bones, Néstor Olivos, hijo del embajador de Venezuela, aparece ahorcado y la antropóloga forense Terry Brennan, junto al agente especial del FBI Seeley Booth, debe descubrir si fue suicidio o asesinato. Un buen motivo para mirar hasta qué punto la ficción se cruza con la realidad en la investigación criminalística.
Según el médico forense Máximo Duque, director del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, «el buen nombre del forense se ha visto reivindicado por estas series de televisión, pues ya no nos ven como vampiros, como una raza de necrófilos». Sin embargo, destaca dos efectos colaterales negativos. En primer lugar, que los programas también los ven los delincuentes y ahora «están recogiendo las vainillas de las armas de fuego, borran evidencias en la escena del crimen». Y en segundo lugar, que hay riesgo de que el tema se convierta en negocio o caiga en manos inexpertas. «Con frecuencia aparecen en televisión peritos que saben de todo un poco», dice. Es lo que en los congresos internacionales de ciencias forenses se conoce como «el efecto CSI».
«Por las series de televisión a los forenses ya no nos ven como vampiros.» Máximo Duque, director Medicina Legal.
En Colombia, los estudios de ciencias forenses son muy nuevos –datan de 1992– y, por ejemplo, de las siete promociones de la Universidad de Antioquia, han salido hay 60 especialistas, la mayoría de los cuales trabaja en el Eje Cafetero, Medellín, Valle, Tunja, Bucaramanga y Bogotá. Pero hay preocupación en Medicina Legal porque, según el director del Laboratorio de Antropología Forense, César Sanabria, en el primer semestre de 2005 abrieron cerca de 150 escuelas de educación no formal en el tema forense, que «han generado cierta promiscuidad en la disciplina».
La víctima, motivo de estudio
Curiosamente, la moda forense en las series de televisión coincide con la puesta en práctica del nuevo sistema penal acusatorio, que convierte a Medicina Legal en parte de la rama judicial e introduce cambios en el procedimiento penal. En primer lugar, el paso de un sistema de recolección de pruebas fundado básicamente en testimonios, a uno que comprende recolección, embalaje, rotulado, custodia y disposición final de los elementos, materiales probatorios y evidencia física. En segundo lugar, el hecho de que las víctimas se conviertan en motivo de estudio, tan importante como cualquier elemento que aporte información útil al proceso –arma de fuego, prenda de vestir, colilla, huella, etc–.
Se trata de un proceso en el que las ciencias forenses se convierten en herramienta fundamental. «Necesitamos saber cómo se dieron las cosas –dice la entomóloga forense Sandra Pérez, coordinadora de la especialización en Ciencias Forenses de la Universidad de Antioquia–. Y para eso, el trabajo de laboratorio es primordial». De esta manera, el informe de los peritos deja de ser un complemento del expediente, por lo general voluminoso, y se convierte en pieza clave del proceso judicial.
La contribución del forense es fundamental para los fiscales porque aporta a la investigación pruebas contundentes. Pero, además, puede dar información que sirva de apoyo a políticas, programas y actividades de control y prevención de violencia. En este sentido, la información que Medicina Legal dio a las autoridades de Bogotá fue decisiva para tomar medidas como la prohibición de la pólvora, la «hora zanahoria», la utilización obligatoria de chalecos reflectivos, luces encendidas y casco por los motociclistas, el diseño de campañas educativas para prevenir que haya conductores pasados de tragos y el incremento de las sanciones para éstos.
En resumen, la ciencia forense no se practica en forma fría y descarnada sobre los cadáveres, como es su principal razón de ser, pues uno de sus objetivos al analizar la muerte, es obtener y difundir información que sirva para la vida.
Algunas especialidades
Además de necropsias y la evaluación de lesiones personales, Medicina Legal realiza actividades científicas en diferentes áreas, entre ellas:
Documentología y grafología: cotejo de firmas y manuscritos, impresiones de sellos, papel moneda, billetes de lotería, documentos de identidad, títulos valores, etc.
Psiquiatría y psicología: para determinar imputabilidad, condición de la víctima de delito sexual, farmacodependencia, etc.
Clínica: apoyo pericial en lesiones personales, delitos sexuales, embriaguez, evaluación de edad, determinación de si hay o no enfermedad grave
Biología: estudio de muestras de origen biológico –sangre, semen, pelo,etc–.
Física: para determinar trayectoria y velocidad de automotores, huellas, marcas y propiedades mecánicas de elementos y artefactos, alteraciones, etc.
Química aplicada: para analizar fragmentos de pinturas, fibras textiles, pólvora, explosivos, tintas, pigmentos, restos de incendios, etc.

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