Grandes claves del cese al fuego en país vasco

(jueves 23 de marzo de 2006)
Por qué ETA da el paso
JORGE M. REVERTE
La decisión de ETA de anunciar una tregua «permanente» no se corresponde con un impulso repentino, sino que es fruto de un proceso de maduración, en el que han jugado varios factores. Todos ellos coincidentes en una conclusión: una organización armada de carácter minoritario no puede obtener la victoria sobre un Estado democrático. El primero de esos factores fue el rechazo del plan Ibarretxe por el Congreso. La inmensa mayoría de los representantes democráticos se negaron a aceptar un proyecto que iba contra las normas básicas del juego constitucional. Es decir, ni la acción de todos los nacionalistas, apoyándose en el argumento de la pacificación, pudo quebrar la convicción de los partidos mayoritarios. Los otros, la actuación de la policía y la judicatura. Ahora resta que se convenzan de que no hay negociación política a cambio de sangre.
Por qué el PP es reticente
JOSÉ LUIS MARTÍNEZ IBÁÑEZ
ETA ha alterado el escenario de la política antiterrorista. De ahí la reticencia de Rajoy al analizar el alto el fuego anunciado por la banda. Desde ayer, ya no vale desgastar al Gobierno con el terrorismo, porque la opinión pública es consciente de que se ha iniciado un proceso que requiere ninguna frivolidad y mucha responsabilidad. La frialdad del líder del PP al acoger la noticia es comprensible. Los conservadores no pueden eliminar de un plumazo toda la demagogia vertida en años, ni desguazar su convicción de que con ETA sólo vale el aniquilamiento policial y judicial. Necesitan tiempo –y voces internas, como la de Gallardón o la de Matas– para admitir que la política es una vía contra la violencia y para valorar la fuerza que tiene la unidad de los demócratas. De momento, Rajoy ha tendido la mano a Zapatero. Y eso, en el PP, es un gran cambio.
Por qué Batasuna busca la paz
CARLES PASTOR
El brazo político de ETA necesita precisamente poder hacer eso: política, y ser reconocido como interlocutor para dibujar con los demás partidos un futuro de paz en Euskadi. El endurecimiento legal iniciado bajo el Gobierno del PP, con una ley de partidos que ilegalizó a Batasuna, y la doctrina Garzón, que equipara a los militantes aberzales con terroristas, han puesto a la organización contra las cuerdas. Sin dinero y sin capacidad de actuar en las instituciones, Batasuna perdió su razón de ser: traducir a la actividad legal los objetivos políticos de la organización terrorista. A la necesidad de la organización de Otegi de volver a respirar se une la conveniencia de que las decenas de miles de vascos que se sienten representados en ella no queden al margen del proceso de paz. Por eso, la nueva situación abre la puerta a la legalización.
Por qué la justicia tiene margen
JOAN J. QUERALT
El escenario judicial del alto el fuego es doble: los procesos en marcha y el penitenciario. La justicia se mueve por el principio de legalidad y no por el de oportunidad. Pero como legalidad no es automatismo, algún margen existe. La Fiscalía dispone de una de las llaves para iniciar y/o proseguir los procesos, aunque otra llave está en manos de las asociaciones de víctimas personadas en las causas. También tienen margen los tribunales para aplicar los tiempos procesales y para interpretar los tipos penales, en especial los más difusos. No tendría sentido generar procesos que, antes o después, acabarán en libertad; el destino final de los condenados, actuales y futuros no está en la cárcel. En fin, el mayor margen lo tiene Batasuna: su condena inequívoca de la violencia como acción política la devolvería a la legalidad y facilitaría el fin de los procesos actuales.
Por qué contar con las víctimas
REYES MATE
«Celebro la derrota de los terroristas por la democracia», decía J. R. Recalde, víctima de ETA. Y por ahí hay que empezar. Ahora queda el difícil camino de conjugar dos términos que se compadecen mal: víctimas y generosidad. Ésta limita con los derechos de aquéllas. Lograr que lo que ahora es antagónico se complemente es el desafío del Gobierno. En el comunicado están todos los ingredientes del proceso de paz: armas, Estado, País Vasco, democracia. Falta el principal. Ha sido invisible muchos años, pero ahora hay que contar con él: son las víctimas. La banda habla de «una paz basada en la justicia». ETA y su entorno tienen que comprender que para la democracia moral, de valores, que les espera fuera se trata de la justicia que se debe a las víctimas, aunque ellas no decidan la política antiterrorista. Lo que llaman paz es reconciliación.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *