Entrenan a guardias territoriales en los Valles del Tuy

TIBISAY SOTO
AFP/EL UNIVERSAL
«Pegué cinco tiros, tengo cinco enemigos menos», dijo a la AFP Carmen Tovar, luego de su práctica de tiro en el curso de Guardia Territorial (GT), quinto nuevo componente de la Fuerza Armada creado con civiles por el presidente venezolano Hugo Chávez.
«Estoy feliz porque todavía a esta edad puedo defender a mi patria», agregó Carmen, de 56 años, enfermera del llamado plan sanitario Barrio Adentro.
«El FAL (fusil automático liviano) siempre va apuntado a la silueta, el armamento tiene que estar asegurado, no colocar el dedo en el disparador sino cuando vayan a disparar», dice el instructor al pelotón de Carmen, conformado por entre 20 y 30 nuevos guardias civiles de uno y otro sexos y edades.
Un total de 600 nuevos aspirantes (350 reservistas y 250 GT), hombres y mujeres, asistieron a este entrenamiento, el cuarto de 20 jornadas.
Los participantes reciben almuerzo y 7,45 dólares (unos 15 mil bolívares).
La Guardia Territorial fue creada por la nueva Ley del Ejército en septiembre de 2005.
«La reserva decide la victoria en el combate; buenos días, mi comandante», dice el mayor José Graterol al reportar la falta de 250 inscritos, al comandante del 205 Batallón de Reserva Combate Charallave, teniente coronel Rafael Faría.
La integración es voluntaria, por eso no habrá sanciones para el que no asista.
Pero el jefe de pelotón los visitará. Indagará las razones de su ausencia y los estimulará a asistir al siguiente entrenamiento, explicó Faría.
Hay alrededor de 180.000 efectivos activos en la FAN, pero el presidente Chávez afirma que requiere de un millón de hombres armados.
Venezuela aspira a reentrenar a 2,4 millones de reservistas y formar 2 millones de los conocidos como guardias territoriales.
Hasta ahora hay 20 batallones y se crearán en abril 22 más. Según Faría, en su batallón hay más de 7.000 y que en total ya se superaron 2 millones.
El Fuerte Guaicaipuro está ubicado en los Valles del Tuy, 40 km al suroeste de Caracas, cerca de poblados pobres que suman 700.000 habitantes.
El mayor Graterol dice que no afronta mayores problemas en el entrenamiento de civiles.
«Tienen un alto espíritu de patriotismo. Creen en esta revolución. Se sienten guardianes de Venezuela contra cualquier agresión», enfatizó.
Los guardias territoriales practican técnicas de infiltración, se arrastran bajo alambradas y se introducen en fosas en medio de disparos de fogueo.
Aprenden esgrima y posturas de combate cuerpo a cuerpo con bayoneta. Elaboran trincheras y se adiestran en ataques a blancos fijos y móviles.
«¡Por Venezuela!», «¡por Chávez!», gritan dos mujeres tras superar las alambradas, una de las pruebas más temidas por las «guerreras».
Ellas aprovechan las charlas de instrucción para colocarse bronceador.
«Quisiera que mis hijos me vieran. Esto es como estar en una guerrilla. Me gusta este trabajo», señala Lucy Alvarez a sus camaradas, todas con rostros ennegrecidos con carbón, durante la práctica.
No solo la defensa de la patria es el motivo que las lleva a incorporarse. En muchos casos es una respuesta a la soledad, o por distracción o para demostrar a sus familiares de qué son capaces.
«Tengo 30 años viviendo sola y aquí me distraigo», dijo Marta Moreno, de 67 años.
Elutiz Beltrán (70), se rinde ante el sol inclemente y, sentada en el suelo, anota en una pequeña libreta apoyada en un libro del Nuevo Testamento las reglas para disparar.
Aunque sus fuerzas no le dan para hacerlo, dice: «Si me lo conceden lo haré».
«Estaba deambulando por la calle, ahora vengo aquí y vivo en la Policía Municipal», apuntó Ramón Delgado, reservista de 61 años.

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