655 etarras cumplen condena en prisiones de España, Francia y México. Si hay acuerdo de paz, la primera concesión será su acercamiento a Euskadi
El PNV pide cárceles pequeñas especiales para ellos.El Gobierno planea cinco nuevos grandes centros en el País Vasco, Navarra, Cantabria y Soria
Los gobiernos vasco y español buscan casa para ellos. Casas blancas con ventanas, como las que describió Ramón Gómez de la Serna para que residiera la muerte. Las buscan para los 655 presos de ETA que se reparten entre España (495 dispersos en 51 centros), Francia (155 convictos en 30 prisiones) y México (cinco en dos cárceles). Casas blancas con ventanas que los emisarios de José Luis Rodríguez Zapatero están negociando con la banda terrorista ETA. El acercamiento a Euskadi de los etarras encerrados es la primera concesión que el Gobierno pactará con la banda a cambio de la paz, como ya hiciera José María Aznar en 1998 cuando aproximó a 131 presos entre el 15 de octubre y el 7 de septiembre del siguiente año.
¿Pero hay suficientes casas blancas con ventanas para albergarlos? El 18 de noviembre de 2005 el Consejo de Ministros aprobó la construcción de 53 nuevas infraestructuras penitenciarias en toda España. Varias son sensibles de incorporar módulos expresos para etarras cerca de sus familias: Zubieta (Guipúzcoa), Nanclares (Alava), Navarra, El Dueso (Cantabria) y Soria. El problema es que ni las obras están adjudicadas ni, en la mayor parte de los casos, hay todavía terrenos donde ubicarlas. A día de hoy, hay 1.434 presos en cárceles vascas y navarras, de los cuales sólo 10 son terroristas abertzales.
El Gobierno vasco tiene su propio plan. Desea cárceles modernas, con módulos de pequeño tamaño y especializados: unos para enfermos de VIH, otros para personas con trastornos psicóticos graves; para drogodependientes; para jóvenes; para mujeres con hijos y… (esto jamás se menciona de forma explícita en el documento Líneas generales de política de ejecución penal y penitenciaria elaborado por el Gobierno vasco en marzo de 2005)… para etarras.
¿Cómo los presos arrepentidos de ETA iban a asumir ingresar en una prisión como la actual de Nanclares, con un 54% de drogodependientes, un 40% de enfermos de sida, un 52% con hepatitis B y un 54% con hepatitis C… además de problemas de salubridad como presencia de ratas en las celdas u olores a causa de la mala construcción de los pozos negros? En cuanto a la de Martutene, la directora general de Prisiones, Mercedes Gallizo, salió de su última visita reconociendo sus «pésimas condiciones» y, textualmente, que le habían dado ganas de cerrarla.
Emilio Olabarría, diputado del PNV por Alava y experto en política penitenciaria, considera que la aceleración de la construcción de las futuras cárceles vascas en el nuevo marco establecido por «deseo y voluntad de ETA» -como afirma la banda en su comunicado de paz- es posible. «En dos años podrían estar construidas. Se haría por módulos», con lo que los presos etarras, reunidos, estarían recluidos en cárceles todavía en construcción, aunque con todas las medidas de seguridad garantizadas.
Olabarría no cree que la reagrupación de presos conduzca a todos inmediatamente a Euskadi. Las cárceles de Santoña en Cantabria, la de Navarra, las de la Rioja o incluso Soria podrían garantizar a las familias de los encarcelados una cercanía suficiente como para que la situación no fuera traumática.
Sobre todo para un Gobierno vasco que ha invertido 192.300, 178.600 y 178.400 euros en financiar las visitas de las familias en los años 2003, 2004 y 2005.
El plan vasco rechaza las macrocárceles en las que insiste el plan penitenciario español. Nanclares de Oca alberga a 740 presos y tiene capacidad sólo para 550; Martutene da cobijo a cerca de 270; y Basauri cuenta con unas 300 plazas. Nanclares fue inaugurada en 1981 y tiene 560 celdas de ocho metros cuadrados. La de Martutene tiene, ni más ni menos, 65 años…
Para la construcción de una cárcel media se necesita un terreno de 35 hectáreas. El coste de construcción se estima en 53 millones, y los gastos anuales de funcionamiento se aproximan a los 2,5 millones de euros. Y el plazo medio de construcción nunca baja de cuatro años.
GESTOS CORDIALES
Fuentes socialistas, dando por seguro que ZP volverá a ser investido presidente en esas fechas, estiman que el acercamiento masivo de etarras nunca comenzaría antes de 2008. Aunque no se descartan gestos cordiales antes de ese año. Los presos, el denominado frente de makos, son, además de moneda de cambio, interlocutores necesarios. En Francia será Mikel Antza, número uno de ETA hasta su detención el 3 de octubre de 2004 en Salies de Béarn. Está encerrado en París. ¿Cuándo será trasladado a Iparralde, al País Vasco-Francés, cerca de su hijo Pierre, de 10 años?
En España también está claro, al menos, un nombre: Juan Carlos Iglesias Chouzas, alias Gadafi, fue el primer preso de la historia de la banda que pidió su extradición a España. Con 19 muertes a su espalda, hizo su solicitud a los pocos días de la victoria del PSOE en las urnas, y llegó a España el 13 de septiembre del pasado año para cumplir lo que le queda de una condena de 225 años.
El día en que ETA anunció el alto el fuego permanente, 22 de marzo, dos presos de la cárcel de Aranjuez escenificaban públicamente el primer acto de la nueva era dejándose ver abrazados en el patio. El ejemplo irlandés está fuertemente instalado en la conciencia de muchos de los que integran el frente de makos.
En la isla, el programa de reinserción de presos se inició a los pocos meses de la firma del Acuerdo del Viernes Santo de abril de 1998. En dos años recobraron la libertad 194 miembros del IRA y 194 unionistas. De ellos, 166 cumplían cadena perpetua por uno o varios asesinatos. Incluidos Pat Magge, que intentó un magnicidio contra Margaret Thatcher en 1984 que dejó cinco muertos y 34 heridos; y James McArdle, que rompió la tregua de dos años en 1996 asesinando a dos vendedores de prensa. La única condición para su puesta en libertad fue la no reincidencia.
Un émulo del plan irlandés en España sería imposible. Allí había víctimas del terrorismo y asesinos terroristas de los dos bandos.«Aquí la única medida compensatoria sería tan disparatada como la puesta en libertad de, por ejemplo, el ex general Rodríguez Galindo», bromea un destacado militante del PNV que prefiere permanecer en el anonimato si esta frase es reproducida.
El diputado Emilio Olabarría, no quiere aventurar proyecciones de futuro. Él fue portavoz de la formación nacionalista en la comisión del 11-M. Recuerda que ya hace una década, el Gobierno vasco elaboró un informe interno previendo el adiós a las armas.Un informe muy semejante al fechado en marzo de 2005. Y pidiendo la transferencia, prevista en el Estatuto vasco de 1979, de la política penitenciaria a la comunidad autónoma.
-¿Algo que puede ser inminente?
-Lo que estén negociando éstos [se refiere a PSOE y ETA] en el PNV no lo sabemos. Pero está claro que la política penitenciaria adquiere un papel muy relevante en la nueva situación.
En una proyección ideal a medio plazo, los 655 presos etarras repartidos entre España, Francia y México ocuparían la mitad de las plazas penitenciarias de Euskadi (actualmente hay 1.226 encarcelados para 1.052 plazas reales). Algo que según el peneuvista Emilio Olabarría no constituiría un problema, porque se podría plantear el acercamiento a sus comunidades de centenares de presos comunes desplazados a cárceles vascas y eso dejaría plazas libres suficientes. En marzo de 2005, sólo 775 de los 1.290 presos a esa fecha tenían la residencia fijada en Euskadi. Pero, ¿si los presos comunes vascos desplazados pidieran el mismo trato…?
Todo esto si el proceso de paz sigue en marcha. Si hay desarme real, como se le exigió al IRA. Sólo entonces, casas blancas.
CERCA DE CASA
Hay 655 presos de ETA en cárceles españolas, francesas y mexicanas. En Euskadi se planean dos nuevas prisiones en las que podrían ingresar; también se prevé llevarlos a Cantabria, Navarra y Soria. Una prisión cuesta 53 millones de euros; su mantenimiento, 2,5 millones anuales. El PNV destinó 178.400 euros en 2005 a familias para visitar a etarras.
Fuente: El Mundo
02.04.06