Ethel Bonet
El Cairo- El Gobierno de Hamas, que atraviesa una de las peores crisis políticas desde que inició su legislatura, se desvinculó ayer de las declaraciones del líder de la red terrorista Al Qaida, Osama Ben Laden, quien afirmó que el rechazo de Occidente al Gobierno palestino liderado por los islamistas es una prueba de la «guerra de los cruzados y los sionistas contra el islam». El portavoz del movimiento de resistencia islámica, Sami Abu Zuhr, dejo claro que su ideología es muy diferente a la de la Al Qaida. «La ideología de Hamas es totalmente diferente de la del jeque Ben Laden», subrayó. Sin embargo, aseguró que «el asedio» internacional al pueblo palestino «creará tensión en el mundo árabe e islámico» y agregó que esta tensión podría dar la impresión de que hay «una alianza entre Occidente e Israel trabajando contra los palestinos». No obstante, puntualizó que su organización está interesada en tener buenas relaciones con Occidente.
En el mensaje de audio difundido ayer por la cadena Al Yazira, Ben Laden citó otros ejemplos de esa guerra, que él considera de los «cruzados», en Irak, Pakistán, Chechenia y Sudán». En lo referente a Sudán, criticó los acuerdos de paz firmados entre Jartum y los rebeldes del sur sudanés porque tienen por objetivo, «separar la parte meridional de Sudán», al tiempo que instó a los «muyahidín» (combatientes islámicos) a que se preparen para una «larga guerra contra los cruzados» en la región de Darfur, en el oeste de Sudán.
El portavoz del Ministerio sudanés de Asuntos Exteriores, Yamal Mohamed Ibrahim, respondió a las palabras de Ben Laden diciendo que sus declaraciones contribuirán a empeorar y a complicar aún más la situación en esa zona. «Sólo ayudarán a aumentar el sufrimiento de los civiles», advirtió Ibrahim. También aseguró que su Gobierno está comprometido con los tratados internacionales y coopera con la comunidad mundial en la lucha contra el terrorismo, por lo que «no acogerá a terroristas ni permitirá su entrada en Sudán» y reiteró que su país sólo aceptará el despliegue de fuerzas extranjeras en Darfur «cuando se alcance un acuerdo de paz» con los rebeldes de esa zona.
El líder de Al Qaida acusó a Estados Unidos de «aprovecharse de las diferencias entre las tribus» (en Darfur) para intentar atizar el conflicto civil en la región y «robar el petróleo sudanés». En la grabación, Ben Laden también mencionó su anterior llamamiento a una «tregua» con Occidente a cambio de la retirada de las tropas de los países islámicos, y denunció que esta negativa de occidente significa que «insisten en seguir adelante con la campaña de los cruzados contra nuestra Nación, ocupar nuestras tierras, apoderarse de nuestras riquezas y convertirnos en esclavos». También criticó que tanto Europa como Estados Unidos «comparten con sus respectivos gobiernos la responsabilidad de la guerra contra el islam, pues esa guerra continúa y esos pueblos renuevan su apoyo a sus gobernantes y sus señores». «Ellos [las naciones occidentales] envían a sus hijos a los ejércitos para que nos combatan, y dan su apoyo moral y financiero a sus gobiernos, mientras que se incendian nuestros países, nuestras casas se bombardean y nuestros pueblos son masacrados», agregó. El líder terrorista se refirió a la crisis de las viñetas de Mahoma y exigió que se castigue a los responsables de su publicación porque «los infieles están despreciando nuestra religión». Ben Laden calificó a los musulmanes que se expresaron a favor de un diálogo con Occidente tras la crisis de las viñetas de «derrotistas».