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WASHINGTON
PABLO MARTINEZ MONSIVAIS / AP
EL FISCAL general de Kansas, Phill Kline, habla sobre la pena capital en su estado. Los jueces de la Corte Suprema discutieron ayer apasionadamente sobre la forma en que los distintos estados del país ejecutan a los asesinos condenados a muerte. Uno de los jueces señaló que las inyecciones letales que se usan para ejecutar a los reos no se emplearían en perros y gatos, mientras otro argumentó que las ejecuciones no tienen que estar exentas de dolor.
En enero, la corte impidió a última hora que la Florida ejecutara a Clarence Hill, mientras Hill ya había sido preparado para su ejecución. Los jueces discutieron el caso de Hill de manera enérgica y en ocasiones en un tono francamente enconado, al tiempo que hablaban sobre el método en que los estados aplican la pena capital. La determinación de la corte determinará si un reo puede presentar una apelación de derechos civiles de última hora en la que reclame que su muerte podría ser un castigo cruel e inusual.
»El procedimiento que usted emplea se prohibiría para perros y gatos», le dijo el juez John Paul Stevens a Carolyn Snurkowski, fiscal general adjunta de la Florida.
Por otra parte, el magistrado Antonin Scalia señaló que la Constitución no exige una muerte indolora. »La horca no era una forma rápida y fácil de irse de este mundo», le dijo al abogado de Hill.
Poco a poco, los estados han dejado de utilizar la horca, así como los pelotones de fusilamiento, la cámara de gas y la silla eléctrica. En la actualidad el gobierno federal y todos los estados que tienen pena capital, excepto uno, usan la inyección letal, ya que se considera una forma de ejecución más humana. Todavía Nebraska emplea la silla eléctrica, pero su uso se ha cuestionado en los tribunales.
Los que critican la inyección letal han encontrado respaldo en un estudio del 2005 que se publicó en la revista médica Lancet, el cual indica que si se le da un calmante al prisionero al inicio de la ejecución, el medicamento puede perder su efecto antes de que el reo muera.
El abogado de Hill, D. Todd Doss, dijo que Hill acepta que lo ejecuten por haber asesinado al policía Stephen Taylor en Pensacola hace 24 años. Lo único que no quiere es sufrir, señaló.
La Florida argumenta que ya es demasiado tarde para que Hill cuestione la forma en que será ejecutado.
Por su parte, John Roberts, presidente del Tribunal Supremo, dijo que si se les permite a los abogados de los sentenciados a muerte presentar recursos legales de última hora, podrían demorar mucho las apelaciones.
En la Florida se usa una combinación de tres drogas similar a la de otros estados. El calmante pentotal de sodio es seguido por una sustancia química, bromuro de pancuronio, que paraliza al reo. La última droga es cloruro de potasio, que causa un mortal ataque al corazón.
La Florida es uno de 30 estados que limitan la utilización de un agente como el bromuro de pancuronio a la hora de aplicar la eutanasia a los animales, indicaron tres veterinarios en un informe a los jueces.
Varios magistrados parecieron sorprendidos de que el estado tenga leyes que indiquen cómo deben matarse a los animales, pero que no tenga una que diga cómo debe ejecutarse a seres humanos.
La determinación de la corte se anunciará en julio.