Médicos sin Fronteras describe el miedo cotidiano de los colombianos

Miedo e Incertidumbre. Son dos palabras que, según la organización Médicos Sin Fronteras (MSF), ilustran lo que vive la población civil colombiana como consecuencia del conflicto armado en el país.
En su último informe «Colombia: vivir con miedo. El ciclo de la violencia», la organización señala que busca llamar la atención de las autoridades colombianas hacia lo que padece la población en zonas rurales o urbanas.
«Miles (…) viven sumidos en un círculo vicioso de violencia sin un lugar seguro dónde sentirse en casa», señala el informe.
«Como resultado de ello, miles de personas carecen de acceso a la atención médica y viven traumatizadas en una existencia en que reina el miedo y la incertidumbre», agrega.
Tragedia humana
El estudio se basó en testimonios y datos médicos recogidos por MSF en más de 40 aldeas en las provincias de Norte de Santander y Córdoba. La información se ha venido recogiendo durante dos años.
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«Cuando empezó la violencia no nos quedó otra elección más que dejarlo todo e irnos a la ciudad. Nunca imaginamos que el desplazamiento iba a convertirse en un viaje sin fin, sin punto de llegada», señaló a MSF un campesino que, como todos los testimonios, no es identificado por razones de seguridad.
«Uno nunca deja de ser ‘desplazado’. Es un estigma una forma de vida», añade este campesino.
MSF estima que más de un millón de personas se ha visto obligada a dejar su vivienda, debido a que «en zonas de conflicto las masacres, ejecuciones e intimidaciones provocan un miedo insoportable en la población».
Pero además está el tema de los muertos. La organización calcula que 221 de cada 100.000 hombres que fallecen son víctimas de homicidios; y 17 de cada 100.000 mujeres pierde la vida en actos violentos.
Mente perturbada
No obstante, además del riesgo (o daño) físico, también la organización alerta del impacto psicológico, que «es mucho más grave».
Los Wounaan se desplazaron hacia Istmina.
MSF señala que en algunas provincias apenas hay un psicólogo disponible para atender las necesidades de poblaciones que se ven desplazadas por la violencia y agobiadas por difíciles condiciones de vida.
«Todas las familias han sufrido. Una vez pregunté a los alumnos de mi clase, de niños de 11 años, cuántos de ellos habían perdido a un familiar cuando los paramilitares estaban aquí. De 28 en total, 20 habían perdido por lo menos a un miembro de sus familiares a manos de grupos armados», indicó en el informe un maestro de una zona rural.
El informe cuenta con una ilustración gráfica del miedo de la población colombiana en una muestra fotográfica que se exhibe en Bogotá, con muestras del belga Stephan Vanfleteren, la holandesa Dana Lixenberg y el colombiano Jesús Abad Colorado.

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