Parlamento inglés bloqueó proyecto de ley sobre suicidio asistido

La Cámara de los Lores votó hoy en contra de la ley presentada por el Gobierno para que se permita a los médicos ayudar a morir a pacientes con enfermedades terminales. La ley se aplicaría a aquellas personas de Inglaterra y Gales que tienen una esperanza de vida de seis meses y que están sufriendo de forma insoportable, aunque todavía mentalmente poseen capacidad para tomar decisiones.
Tanto la eutanasia como el suicidio asistido son ahora ilegales en Gran Bretaña. La ley para la Muerte Asistida para los Enfermos Terminales permitiría a los doctores recetar medicamentos a la persona enferma para que los tomara y acabara con su vida.
Según la legislación británica la muerte asistida consiste en que el médico provee de fármacos al paciente para que pueda acabar con su vida, mientras que la eutanasia voluntaria es cuando es el médico quien ayuda al paciente a morir.
Lord Joffe’s indicó durante el debate que no se debe permitir que los pacientes padezcan un sufrimiento extremo «por el bien de la sociedad en su totalidad». En cambio Lord Carlile dijo: «Todo el mundo en esta Cámara sabe que la intención de esta ley es clara y es llegar en algún momento a permitir la eutanasia voluntaria. Este ha sido siempre y continúa siendo el objetivo».
El grupo provida ‘Care Not Killing’ entregará una petición al 10 de Downing Street en la que se han recogido más de 100.000 firmas para pedir que no se cambien las leyes. En cambio el grupo ‘Dignidad al Morir’ aboga por un cambio. Su presidenta ejecutiva, Deborah Annetts, dijo que algunas personas «quieren tener esta opción».
Los líderes religiosos mostraron su descontento con la ley. El arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, se pronunciará públicamente sobre este asunto en los próximos días. Por su parte, el arzobispo de Westminster, Cormac Murphy-O’Connor y el rabino en jefe de las congregaciones de la Commonwealth, Sir Jonathan Sacks, publicaron hoy una carta pidiendo a los lores que rechacen la ley.
«Creemos que toda vida humana es sagrada y Dios la dio con un valor que es inherente, no condicional», señala. «Pedimos a los legisladores que rechacen cualquier apoyo a esta ley para asegurar que la ley británica continúa salvaguardando el principio de que la intención de matar o ayudar a matar a un humano inocente es equivocada».

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