Temen resurgimiento de escuadrones de la muerte en Sao Paulo

Steve Kingstone
BBC, Sao Paulo
La policía ha asesinado a 107 sospechosos, según cifras oficiales.
El lunes por la noche, Ricardo Flauzino, de 22 años, fue a visitar a su novia en Jardim Filhos da Terra, un barrio de clase trabajadora en los suburbios al norte de Sao Paulo. Ella llegaría en el autobús y, como siempre, Ricardo esperaba en la cima de una escalinata que terminaba en la calle.
Momento después, se le acercó un grupo de hombres fuertemente armados, quienes dispararon a Ricardo varias veces en la espalda y en la cabeza. Vecinos de la zona afirman que los asesinos eran oficiales de la policía.
«Estaban encapuchados y usaban chaquetas oscuras sobre sus uniformes», afirma un hombre de 35 años que, como todos aquí, prefiere no dar su nombre por temor a represalias.
«Después de que mataron a Ricardo, corrieron hacia nuestras casas, donde la gente estaba conversando. Y siguieron disparando, para asustarnos y para que abandonemos el lugar», afirma, y señala los orificios que dejaron los disparos en las paredes de las casas.
El problema es saber quién es ‘malo’ y quién es ‘bueno’. Nuestra preocupación es que volvemos a la mala policía de antes, con el apoyo de la sociedad
Davi Eduardo Depine Filho, abogado público
Los vecinos afirman que luego vieron a los asesinos quitarse las chaquetas y mostrar su uniforme de policía, supuestamente para investigar el tiroteo.
«Nos preguntaban quién había matado a Ricardo», recuerda una joven mujer.
«Pero todos nosotros sabíamos que habían sido ellos. No es justo. Era un muchacho trabajador y tenía planeado casarse en julio».
El registro oficial de la policía sobre el caso simplemente afirma que los oficiales fueron convocados para investigar un incidente con armas de fuego mientras estaban en su patrullaje de rutina. Además, agrega que no hubo testigos del tiroteo.
«Reminiscencias del pasado»
En la semana que ha pasado desde que comenzó la ola de violencia en Sao Paulo, la policía ha matado a 107 sospechosos, según estadísticas publicadas por el gobierno estatal. En comparación, en el último trimestre de 2005, oficiales de la policía mataron a 65 personas.
Muchos temen a la policía más que a los criminales.
Organizaciones de defensa de los derechos humanos afirman que la policía está llevando a cabo lo que parecen ser ataques vengativos, en respuesta a las muertes de 41 oficiales a manos del Primer Comando de Capital (PCC), una organización criminal controlada desde las prisiones del estado.
«El caso de Ricardo Flauzino es muy parecido a lo que teníamos durante la dictadura militar», afirma Denis Mizne de Sou da Paz, un grupo de lucha por los derechos humanos que trabaja para mejorar la policía de Brasil.
«Los oficiales de la policía militar se organizaban en escuadrones de la muerte, para resolver los temas de justicia por mano propia».
Los tristemente célebres escuadrones de la muerte de la época militar en Brasil estaban muy bien organizados y eran abiertamente políticos en la elección de sus víctimas.
Claramente, el clima en el Brasil democrático de hoy es muy distinto, pero los métodos de los escuadrones de la muerte tienen reminiscencias del pasado para algunos.
Vivir con miedo
La noción de justicia privada, en especial, parece atraer a los oficiales más jóvenes, algunos de los cuales apenas habían nacido cuando la democracia regresó a Brasil en 1985.
«Comenzando con la constitución de 1988, el poder de la policía fue reducido», afirma un investigador de la policía de 22 años que se niega a dar su nombre. Con sus amigos, está participando de una manifestación en la asamblea estatal para pedir mejores salarios para los oficiales.
«La constitución se aseguró de que los policías no fueran realmente capaces de ser oficiales de policía», explica el joven. «En la actualidad, el gobierno no nos apoya para enfrentar el crimen».
Los miembros del grupo usan camisas negras con la frase en portugués «esquadrao da morte».
«No investigan ciertos crímenes e individuos», afirma otro miembro del grupo, de 24 años. «Entonces lo estamos haciendo nosotros, buscando a los responsables».
Pese al brusco incremento de muertes por parte de los policías, encuestas de opinión afirman que una gran mayoría de la sociedad de Sao Paulo tienen más miedo de la PCC que de los oficiales de policía. Lo que preocupa a algunos observadores es que esos miedos podrían llevar a los brasileros a apoyar estas violaciones de los derechos humanos.
«Todos están bajo shock por la situación y creen que la policía está matando a los malos», dice Davi Eduardo Depine Filho, un abogado público.
«Pero el problema es saber quién es ‘malo’ y quién es ‘bueno’. Nuestra preocupación es que volvemos a la mala policía de antes, con el apoyo de la sociedad».
En Jardim Filhos da Terra, hay pocas dudas sobre cuál de los dos bandos genera más miedo. Amigos de la víctima, Ricardo Flauzino, viven atemorizados de más ataques de oficiales de policía que actuan fuera de la ley, quienes -afirman- dijeron que volverían.
«Todos están completamente aterrorizados», dice una mujer, cuya hija estuvo en la escena del crimen poco después de que fuera cometido. «Después de las ocho de la noche, nadie sale a las calles. Uno se arriesga a morir».

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