Dos días de motines en cárceles brasileras

Associated Press
BRASILIA
Después de 48 horas de rebelión, las autoridades brasileñas informaron ayer que culminó una rebelión carcelaria que provocó la muerte de dos reclusos.
Los presos de la penitenciaria Viana liberaron a un agente de seguridad, a 214 mujeres y cerca de 50 niños, parientes de los reclusos, que quedaron dentro de la prisión desde el sábado, día de visita, y cuando comenzó la revuelta, indicó un despacho del servicio oficial de noticias Agencia Brasil.
Los internos de la cárcel de Viana, en el estado de Espírito Santo, en la costa del sureste del país, depusieron su rebelión tras negociaciones con el secretario de Justicia del estado, Angelo Rocalli, dijo Agencia Brasil, sin ofrecer detalles de esas conversaciones.
Durante el fin de semana, imágenes de la televisión mostraron a reos que golpeaban a un guardia en Espírito Santo, y luego lo colgaron con sogas improvisadas con sábanas desde el borde de un muro de unos 12 metros de altura de la prisión.
La revuelta en Viana fue una de las 11 que reportaron las autoridades de los estados de Espírito Santo, Sao Paulo y Río de Janeiro el sábado y domingo.
Los motines tuvieron lugar a sólo un mes de que líderes encarcelados de la poderosa banda Primer Comando de la Capital (PCC) lanzaron el 12 de mayo una ola de motines carcelarios y ataques en el estado de Sao Paulo.
El gobierno de Sao Paulo dijo que los ataques fueron una reacción del PCC al traslado de cárceles de cientos de sus miembros aquella primera semana de mayo.
Los presos estaban armados con cinco pistolas y dos granadas y negociaron el fin del motín con la presencia de representantes de la Pastoral Carcelaria de la Iglesia Católica, indicó la agencia O Globo.
El domingo fueron conjurados sendos motines en otras dos cárceles de ese estado. En una de ellas, en el Centro de Detención Provisoria de Vila Velha, un detenido murió asfixiado el miércoles pasado, cuando empezó el movimiento.
Los presos reclamaban la transferencia a la cárcel de cinco reclusos considerados de alta peligrosidad que estaban bajo control de la Policía Federal, dijo la cadena de noticias Globo News.
El gobierno federal despachó a Espirito Santo a unos 300 agentes de la Fuerza Nacional, un grupo de elite creado en el 2004.
Además de las rebeliones en Espírito Santo, se registraron ocho motines en el interior del estado de Sao Paulo, que no dejaron víctimas y fueron controlados por la policía.
Grupos de derechos humanos han dicho que sospechan que escuadrones de la muerte de la policía mataron también a inocentes durante la semana de los ataques en Sao Paulo. Veintitrés reos también murieron en los motines carcelarios de aquella semana.

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