Muestras gratis de heroína dan "narcos" a colegiales

Denuncian que narcotraficantes dan muestras gratis de heroína a jóvenes en los colegios
Red de hospitales mentales alerta sobre incremento en empleo de la droga. En Risaralda, siete de cada diez pacientes son menores de 20 años.
A colegios y universidades de Pereira está llegando una ‘degustación’ que tiene atrapados a no pocos estudiantes.
La prueba gratuita se está llevando también a sectores populares y discotecas y está dejando más de un adicto a las drogas.
Son dosis de heroína que está distribuyendo el narcotráfico para acrecentar el consumo local. Dos o tres pruebas dejan ‘encadenado’ al joven y le brindan otras con la condición de “presentar amigos, potenciales clientes”.
A Betty*, estudiante de 16 años, se la dieron para inhalarla o fumarla sin los riesgos de las dosis inyectadas, que son comunes en Estados Unidos y Europa.
Seis meses después su adicción era tan grande y los conflictos familiares, académicos y sociales tan profundos que tuvo que acudir a consulta para desintoxicación. Ahora está mejor, pero su familia y los médicos temen una recaída, algo muy común en este tipo de dependencia.
No es un caso aislado. En el 2004, en el Hospital Mental de Pereira no hubo ninguna consulta por esta causa, pero en el 2005 fueron 8 y en los primeros cuatro meses de este año sumaron 12.
Eso sin contar los diagnósticos privados. Los reportes que tiene el secretario de Salud de Risaralda, el siquiatra Uriel Escobar Barrios, apuntan a que el problema de consumo de heroína, la llamada ‘droga maldita’, puede ser mucho mayor.
“Las primeras consultas eran de personas que venían del exterior, pero en los dos últimos años casi todos los casos son de gente que vive en el país. En lo que va de este año hemos atendido 42 personas en el departamento”, dice.
Agrega que el problema se agrava, “pues el 70 por ciento son menores de 20 años. Se ha detectado que se está induciendo a estudiantes de último año de bachillerato y a algunos universitarios. Les regalan las primeras dosis y quedan atrapados”.
El siquiatra Francisco Flores expresa su preocupación por la motivación que habría en muchas consultas. “Hay interés en una terapia, pero en algunos casos el trasfondo es adquirir una formulación de metadona, que se administra dosificada a los pacientes para evitar el corte brusco y el síndrome de abstinencia”.
Por todo el país
Adriana María Patiño Gómez, directora de la Asociación de Instituciones Prestadoras de Salud Mental (Ascomen), que agrupa a 10 de estos hospitales en todo el país, dice que el problema se está replicando por varias regiones.
Preocupa sobre todo lo que pasa en Cúcuta, una ciudad usada por el narcotráfico para mover cargamentos de droga hacia Europa y Estados Unidos a través de Venezuela, y que hoy reporta el mayor número de consultas por consumo de heroína.
Allí un gramo de heroína se consigue en 25 mil pesos, menos de la mitad de lo que costaba hace un tiempo.
Y las autoridades dicen que los ‘narcos’, para salir de cargamentos que no han podido mover por los controles de la Policía y para aumentar su clientela, están bajando precios. En Pereira, incluso, se consigue por menos plata. Entre 5 mil y 7 mil pesos vale un ‘toque’, que los adictos gastan en dos o tres cigarrillos.
Es una situación sobre la que desde hace un tiempo se vienen oyendo voces de alerta. En un reciente informe sobre consumo de droga en Colombia, la ONU advirtió que el uso de todas las sustancias ilegales está creciendo.
En los primeros meses de este año se reportan 35 consultas por adicción a la heroína en Cúcuta. Van 11 en Medellín y 18 en el Quindío.
* Nombre cambiado
No hay control
«La dependencia empieza con una dosis y puede llegar a 20 o más diarias. Es un problema agresivo. Al principio es una especie de reto: ‘no voy a llegar a lo de otros; me puedo controlar’. Pero siempre se termina mal”.
Adriana Patiño, directora Ascomen
Salir no es fácil
Una vez la persona se encierra en el mundo de la heroína, empiezan a hacerse notorios los cambios en su comportamiento.
Abandona o muestra desinterés por sus actividades cotidianas y sus círculos de amistades. Para satisfacer su consumo empieza a vender sus cosas, luego miente para conseguir el dinero y empiezan a desaparecer cosas en la casa. Incluso se sabe de algunas muchachas que han llegado a prostituirse.
Inhalada, fumada o inyectada, la sensación es de bienestar y placidez, pero cada vez se requieren mayores consumos. Una sobredosis puede llevar a la muerte, como ocurrió con dos jóvenes universitarios a comienzos de año en Medellín.
El problema crece porque casi siempre los padres se niegan a aceptar la dura realidad que afecta a sus hijos.
John Jairo Ramírez Cardona, director científico del Hospital Mental de Risaralda, dice que la desintoxicación debe ser gradual.
“Cuando hay suspensión brusca viene el síndrome de abstinencia, con sudoración profusa, dolor abdominal, náuseas, vómito y diarrea persistente que lleva a la deshidratación e incluso puede ocasionar la muerte”, explica el médico.
CÚCUTA PREOCUPA
92 personas llegaron en el 2005 a entidades médicas de Cúcuta buscando ayuda para enfrentar su adicción a la heroína. Las autoridades creen que el aumento del consumo está amarrado a la condición de sitio de paso de las rutas de los ‘narcos’.
ALERTA EN ANTIOQUIA
34 casos fueron reportados desde Medellín. Varias universidades montaron planes de apoyo a los estudiantes que tienen problemas con las drogas. El año pasado, los médicos atendieron 30 emergencias por sobredosis de heroína.
QUINDÍO, EL TERCERO
26 adictos pidieron ayuda para desintoxicarse en Filandia, un pequeño municipio del Quindío. Allí está la única entidad pública que atiende casos de salud mental en el departamento, y de allí el alto número de casos reportados.
UN CASO EN EL VALLE
1 solo caso fue reportado en Cali, a pesar de que en toda la ciudad hubo 526 consultas el año pasado por consumo de más de una droga sicoactiva. Seis pacientes buscaron ayuda por uso de otros derivados de la amapola.
ONU exalta labor de Carisma
El subsecretario de las Naciones Unidas y director de la Oficina contra las drogas y el crimen, Antonio María Costa, llegará hoy a Antioquia para exaltar el trabajo de la Empresa Social del Estado Carisma, reconocida por su labor en prevención y tratamiento de la drogadicción.
Costa, segundo en la jerarquía de la ONU después del secretario Kofi Annan, hará un recorrido por las instalaciones de Carisma, ubicadas en el barrio Belencito, corazón de la Comuna 13, en el occidente de Medellín.
‘En la U recibí el primer toque’
ARTURO PEÑALOZA PINZÓN
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
CÚCUTA
Mariana* había fumado de todo, pero tocó fondo cuando se metió con la heroína. Estudiaba en una universidad de Pamplona para convertirse en bacterióloga, cuando un compañero le regaló “el primer toque”.
“La fumé mezclada con marihuana y seguí porque el consumo tiene que ser diario”. Con la adicción a la heroína llegó el abandono de la universidad. La joven, de 23 años, se fue a vivir a Cúcuta.
“Comencé con un gramo diario, luego consumía dos y hubo días en que consumí hasta tres. Unas veces me la fumaba y otras me la inyectaba.
“Hay gente que se la entrega a muchachos para que vendan. Cuando se pierden los contactos es solo preguntarle a un amigo quién la está vendiendo. Un gramo de heroína cuesta en Cúcuta 25.000 pesos; uno de cocaína, 5.000, y la marihuana se consigue hasta por 1.000 pesos.
“Me volví solitaria. Todo me fastidiaba. Pensé que era un juego y la que estaba jugando conmigo era la heroína, porque me ató por completo”.
Mariana comenzó a consumir drogas hace seis años. A mediados del 2005 fue internada por una sobredosis.
“Me dio hepatitis tóxica. Casi se me estalla el hígado”.
La crisis fue el comienzo de un largo tratamiento de recuperación, que incluyó tres meses de desintoxicación en el Hospital Mental Rudesindo Soto.
Cuando salió aguantó dos meses y medio sin consumir, pero a finales del año pasado la ansiedad la hizo recaer.
“Si uno deja la marihuana siente pereza y ansiedad. Con la coca es lo mismo; con las pepas (éxtasis) la depresión es grande, pero con la heroína es terrible. Me empezó a doler todo, la espalda, la columna, las articulaciones, no pude caminar, mover los dedos, levantarme de la cama. Duré cuatro días tirada hasta que me llevaron al hospital”.
En la recaída perdió 13 kilos. La talla 4 ya no le quedaba y tuvo que comprar ropa de niña. Ahora dice haber cumplido seis meses de abstención.
* Nombre cambiado
IVÁN NOGUERA
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
PEREIRA.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *