Acribillado jefe policial de Cancún

De los Corresponsales
El Gráfico
Miércoles 28 de junio de 2006
En Cancún, Quintana Roo, fue ejecutado Wilfrido Flores Saucedo, jefe de Estado Mayor de la policía local y encargado de la reestructuración y limpia interna de la policía municipal, y su escolta, Alejandro Morales Xicoténcantl.
Los agentes fueron emboscados cerca de la medianoche del lunes cuando se dirigían a su domicilio a bordo de una patrulla.
El alcalde del municipio Benito Juárez, con cabecera en Cancún, Francisco Alor, detalló que la patrulla fue interceptada por dos vehículos en la calle de Kabah, una de las principales avenidas de la ciudad, desde donde dispararon con ametralladoras AR-15, dando muerte a los dos policías.
El gobernador de Quintana Roo, Félix González Canto, señaló que el crimen tiene el sello de la delincuencia organizada y nos pone en alerta máxima.
Unas horas antes de esta ejecución, en Chetumal, el gobernador estatal declaró una lucha frontal contra la delincuencia organizada. El comisionado de Seguridad Pública en Cancún, Adrián Samos, dijo que el expediente de Wilfrido Flores era impecable, lo que fue confirmado por sus subalternos.
Orquestaba la limpieza
La ejecución del jefe policiaco, por otro lado, tambaleó a la corporación. El ex coronel retirado del Ejército orquestaba la limpieza de la institución, como parte del programa piloto para el Sistema de Planeación y Control Policial que, dos semanas atrás, se presentó oficialmente al presidente Vicente Fox como el nuevo modelo de policía de este destino turístico, diseño que pretende replicarse en todo el país.
El hecho está ligado presuntamente al crimen organizado; el ex coronel participó en el diseño de mapas geodelictivos de la ciudad, que identifican -entre otras cosas- los horarios en que aumenta la incidencia delictiva, zonas de alto riesgo y sitios donde operan bandas inmersas en el narcomenudeo, solapadas por elementos de la institución.
Dicho esquema de coordinación se diseñó para reconstruir los cuerpos de seguridad pública de esta ciudad y superar el rezago de la corporación que, al final de la pasada administración, enfrentó el incremento de mafias al interior, descoordinación, adhesión de nuevos elementos sin preparación alguna, carencia de recursos y equipo para salvaguardar a sus casi 800 mil habitantes.
«Esto (la ejecución) salió directamente de la corporación, nada que ver con el narcotráfico como quieren hacer aparecer; Wilfrido se distinguía por su honestidad; él quería hacer todo bien, todo recto; lo que pasa es que descubrió los malos manejos, las mafias y estaba dispuesto a darlo a conocer», narró un oficial preventivo, quien prefirió el anonimato.

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