Estrenan barco destructor en Florida

ALEJANDRA CHAPARRO
Especial para El Nuevo Herald
Por primera vez el Puerto de Miami será el escenario de la ceremonia de poner en servicio activo un nuevo barco dotado de una tecnología extraordinaria. El evento se realizará el próximo 10 de febrero ante unas 6,000 personas incluyendo visitantes, militares y altos mandos del Departamento de Defensa de Estados Unidos.
Ese día, también se realizará la numeración del destructor Clase Aegis que lleva el nombre del capitán Charles V. Gridley de la Marina estadounidense, cuyo barco, el USS Olympia, que daño seriamente la flota española en una importante batalla, en las Filipinas, durante la guerra hispanoamericana, en 1898.
Aunque poco se ha caracterizado por su fuero militar, La Capital del Sol estrenará una nueva cara ante el resto de la nación al convertirse en la sede de ceremonias que suelen realizarse en los puertos de Virginia o Washington.
La idea de traer el destructor, que se está construyendo en el astillero de Bath, en Maine, surgió del comisionado del condado José »Pepe» Díaz y del director de mercadeo de la firma INTL Consilium, Raúl Mas Canosa, quienes hace dos años empezaron a trabajar en el tema hasta conseguir que el Pentágono aprobara la propuesta.
»No existe [en Miami] conciencia de lo que son las fuerzas armadas, quizá porque no hay grandes bases militares, a pesar de que existe una de ellas en Homestead. También tenemos miembros de la reserva que han estado en Irak y en Afganistán», aseguró el comisionado Díaz. El destructor, el USS Gridley, el cuarto que lleva ese nombre, costó unos $1,000 millones, mide 510 pies de eslora, pesa 9,200 toneladas y puede albergar una tripulación hasta de 300 hombres. Es capaz de realizar una variedad de operaciones de forma simultánea que incluyen ataques marítimos y aéreos con misiles dirigidos Tomahawk.
»Los sistemas de comunicación son excepcionales, tiene dos helicópteros y un avanzado sistema de ingeniería que permite defender las líneas costeras en donde exista la posibilidad de un ataque terrorista», explicó el comandante del buque, Steve Shinego.
El comandante, de 42 años, creció en Hallandale Beach, y su padre fue detective de la Policía de Miami por más de 20 años .
»Nuestra misión es acabar con el terrorismo global y defender la nación», agregó Shinego.
El puerto de Miami, por su parte, está preparándose con la adecuación de un espacio cerca de la zona de carga para evitar que el área de cruceros y sus respectivos visitantes se afecten. Las medidas de seguridad serán extremas, y sólo podría asistirse con invitación, pues el evento no estará abierto al público.
Mas Canosa, el director del comité organizador, tiene la responsabilidad de garantizar que el evento, de una semana de duración, sea un éxito.
Para lograrlo, realizará actividades en las que espera recaudar $150,000 para dar a la tripulación la atención necesaria.
«Durante este tiempo vamos a hacer actividades con los marineros y con la comunidad; queremos que ellos nos ayuden en la construcción de casas para las personas pobres».
Por cuenta del USS Gridley, las arcas de la ciudad recibirán más de medio millón de dólares, pronosticó Mas Canosa.
»Vamos a estar ocupando muchos hoteles, lo que significa un impacto económico inmediato gracias a la gente que está llegando y que viene por dos o tres días», agregó.
El comisionado y el comité organizador también se encuentran trabajando con los organizadores del Super Bowl, que tendrá lugar el 3 y 4 de febrero, para ver de qué forma pueden integrar a los marineros en el evento deportivo y tener mayor impacto en la ciudad.
Para el analista de negocios Emery Sheer, de la firma Berenfeld Spritzer Shechter & Sheer Florida, «el que un destructor se una a la Marina en el sur de la Florida nos pone en foco como un importante puesto militar».
»Este reconocimiento al sur de la Florida tiene el potencial de traer empleos y negocio a la zona que se perdieron después del huracán Andrew y el cierre de la base aérea de Homestead», agregó Sheer.
achaparro@miamiherald.com

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