Hurtos repetidos detectan en el Hermitage

ALEXANDR KÁRPOV (EFE)
SAN PETERSBURGO (RUSIA).- Más de 20 años después de que la ‘Dánae’ de Rembrandt fuera mutilada por un demente, el museo del Hermitage, ubicado en San Petersburgo, ha revelado la misteriosa desaparición de 221 piezas de sus fondos.
«No hay duda de que esto no hubiera ocurrido sin la colaboración de los empleados del museo», señala el comunicado difundido por la pinacoteca, una de las más prestigiosas del mundo junto al Louvre y el Prado.
Durante el inventario de los fondos del museo, los conservadores detectaron la desaparición de 221 joyas y esmaltes valorados en casi 4 millones de euros.
«La mayoría de las piezas desaparecidas se encontraban en el departamento ruso del museo», que acoge más de 300.000 piezas, señala la nota.
De inmediato, las autoridades abrieron una investigación para esclarecer las circunstancias de la desaparición de las piezas, obra de artistas de los siglos XVII, XVIII y XIX, y poner en marcha su recuperación.
Por otra parte, el director de la pinacoteca, Mijaíl Piotrovski, ha dasvelado que las piezas desaparecidas no estaban aseguradas ya que «los objetos que se encuentran bajo llave no están asegurados. Sólo se aseguran las piezas que son expuestas en el museo, en otras ciudades o en el extranjero».
‘Dánae’, de Rembrandt. (Foto: elmundo.es)
Por si fuera poco, coincidiendo con el escándalo el museo anunció la muerte de una de las ‘custodias’ de los fondos «al poco de iniciarse el proceso de inventario». La mujer murió en «su puesto de trabajo», señala el comunicado, sin especificar las razones de su fallecimiento.
No hizo falta mucho tiempo para que los medios de comunicación rusos vincularan la muerte de la ‘custodia’ con la misteriosa desaparición de las piezas. Sin embargo, el museo matizó que «no merece la pena relacionar la desaparición de las joyas y esmaltes con ese hecho concreto».
Al mismo tiempo, alertó sobre «los problemas morales y los defectos que aquejan al sistema de conservación cultural basado en la presunción de inocencia de los funcionarios de los museos».
La Oficina de Conservación Cultural de Rusia echó más leña al fuego al recordar que «éste no es el primer caso de desaparición de piezas y documentos de gran valor cultural e histórico de los museos y archivos de Rusia».
Este escándalo trajo a la memoria el fatal suceso ocurrido el 15 de julio de 1985 cuando Bronius Maiguis, un lituano de 48 años, roció con ácido sulfúrico la ‘Dánae’ de Rembrandt, una de las obras de arte más famosas del mundo.
Antes de ser reducido por los guardias, el gamberro aún tuvo tiempo de propinar al lienzo dos cortes de 12 y 2,5 centímetros de largo con un cuchillo de cocina. Tras su detención, la Policía encontró varios explosivos en los bolsillos de Maiguis, declarado enfermo mental por las autoridades soviéticas.
El cuadro retornó al museo el 14 de octubre de 1997, aunque en esta ocasión protegido por un vidrio blindado y acompañado de fotografías sobre el estado de la obra tras el atentado y durante los trabajos de restauración.
La ‘Dánae’ de Rembrandt, adquirida en 1772 por la emperatriz rusa Catalina II a un noble francés, sigue siendo una de las obras más valiosas del Hermitage, que tiene más de tres millones de piezas en su colección.
Numerosos robos en el museo
Posteriormente, unos ladrones robaron en 1994 un jarrón egipcio de oro del siglo III antes de Cristo valorado en 500.000 dólares y las desapariciones no han dejado de repetirse en los últimos años.
Una de las salas del Hermitage. (Foto: EFE)
En 2001 el cuadro ‘Piscina en el harén’ (1876) de Jean-Léon Gérome fue robado de la tercera planta del museo y aún no ha sido recuperado, y hace un año un jarrón del siglo XIX también desapareció sin dejar rastro.
La falta de medios ha impedido que las autoridades del museo pudieran cumplir su sueño de proteger los cuadros más valiosos con vidrios que no reflejen la luz.
La historia del museo, fundado en 1764 por Catalina II, está íntimamente vinculada con los avatares vividos por Rusia durante los últimos 200 años.
Tras el estallido de la Revolución Bolchevique de 1917 la colección fue trasladada a Moscú y durante la Segunda Guerra Mundial los tesoros del Hermitage fueron evacuados a Yekaterimburgo, en los Urales.
El edificio que acogía el museo fue víctima de los bombardeos durante los casi 900 días de bloqueo a San Petersburgo, entonces Leningrado, por lo que tuvo que ser restaurado entre 1944 y 1945.
El Hermitage, emplazado en el Palacio de Invierno, acoge pinturas originales de Leonardo Da Vinci, Picasso, Goya, Rafael, Velázquez, Miguel Ángel, Manet, Mattisse, entre otros genios de la pintura, además de esculturas de Rodin e innumerables iconos.

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