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WASHINGTON
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EL PENTAGONO afirma que los presos de Guantánamo asaltan a sus custodios un promedio de tres veces por semana.Los prisioneros detenidos en la Base Naval de Guantánamo durante la guerra contra el terrorismo han atacado a los guardias militares cientos de veces, fabricando armas rudimentarias a partir de urinarios rotos, utensilios, radios y hasta la cola de un lagarto, según afirman informes del Pentágono.
Los informes de incidentes revisados por la agencia Associated Press (AP) indican que los guardias militares regularmente son agredidos con cabezazos, escupidos y salpicados por »cocteles» hechos con heces fecales, orina, vómito y semen que los prisioneros recojen en tazones de comida.
En repetidas ocasiones los guardias han sido agarrados, golpeados o asaltados por los prisioneros que llegan a ellos a través de los pequeños agujeros que se usan para entregar alimentos y frazadas por las puertas de las celdas, dicen los informes.
Han ocurrido algunas agresiones más serias contra los guardias, que han ocasionado que necesiten atención médica, aunque estos casos no abundan mucho.
El detenido »logró alcanzar el rostro de un miembro de la IRF (Fuerza de Reacción Inicial, por sus siglas en inglés) y lo rasguñó, tratando de dañarle los ojos», dice un informe fechado el 27 de mayo del 2005 sobre un prisionero recalcitrante.
Desde su creación a principios del 2002, el campo de detención en la costa de Cuba ha sido un símbolo polémico de la guerra que libra el gobierno del presidente George W. Bush contra el terrorismo, lo que ha desatado acusaciones de maltrato a los detenidos, así como debates acerca de los derechos civiles y una batalla legal que pretende otorgarles derechos a los reos.
En determinado momento, más de 600 extranjeros capturados en la guerra antiterrorista estuvieron en el campo de detención. Muchos han sido liberados y enviados a sus países de origen, y la población actual se ha reducido a unos 450. Diez detenidos son acusados de crímenes de guerra, pero hasta el momento ninguno ha sido sometido a juicio.
La Corte Suprema determinó que los detenidos tienen derecho a abogados y acceso a los tribunales, y que el plan original de la administración Bush de llevarlos ante la justicia mediante juicios militares es algo ilegal.
Moazamm Begg, de 38 años, que estuvo detenido dos años en Guantánamo antes de ser enviado a Gran Bretaña, dijo que tiene sospechas de la forma en que el Pentágono ha descrito los incidentes, en especial las acusaciones de que los musulmanes prisioneros han roto sus libros del Corán o utilizado semen en los ataques.El Pentágono continúa cuestionando públicamente la inocencia de Begg.
»Nada de esto tiene sentido, sobre todo si se tiene en cuenta que para los musulmanes un ataque así es algo muy desagradable, algo que simplemente no haríamos», dijo Begg.
Los informes detallan más de 440 incidentes entre el 2002 y el 2005.