Detectan trata de blancas en Argentina

Agence France Presse
BUENOS AIRES
Argentina pasó a integrar un circuito mundial de trata de personas, un creciente negocio de $12,000 millones anuales basado en la explotación sexual y laboral principalmente de niños y adolescentes, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La OIT sostiene que las ganancias por la trata de personas son actualmente algo inferiores al comercio ilegal de drogas, pero están por encima del tráfico de armamentos.
El informe del 2005 de esta agencia de las Naciones Unidas calculó que por cada menor de edad obligado a la prostitución, el tratante puede obtener beneficios de $13 mil mensuales o, en caso menos favorecidos, $130 mil anuales.
La trata de personas es el nombre actual para la »trata de blancas», la explotación de prostitutas así llamada para distinguirla del comercio de negros esclavos, pero aquella expresión quedó desactualizada porque ya no se trafica sólo con mujeres, sino también con niños, niñas y adolescentes varones.
En Argentina, la Organización Internacional para las Migraciones puso al descubierto la existencia de una ruta de trata interna en la cual las provincias del norte actúan de proveedoras de mujeres, niñas y niños para los distritos ubicados más al sur.
La investigación señala que las provincias de Salta, Jujuy, Tucumán, Chaco y Catamarca, y sobre todo Misiones, son los lugares de origen de las niñas y adolescentes que después pueden ser encontradas en Buenos Aires, Córdoba y en las provincias patagónicas, particularmente en las ciudades portuarias.
Muchas provincias son a la vez punto de origen y destino de las víctimas, una situación que es más habitual en la zona central del país, en Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, la ciudad y la provincia de Buenos Aires.
Un caso particularmente notable es el de Misiones, que suministra un flujo constante de menores de edad, incluso para países vecinos, y al mismo tiempo desarrolló una red de explotación interna que se combina con aspectos de turismo sexual infantil, en el que la OIT calculó hay casi cuatro mil víctimas.
El mismo circuito es usado para el comercio de niños y adultos que son utilizados en trabajos semiesclavos de las grandes ciudades y en zonas rurales del interior.
La mayoría de los argentinos fueron sorprendidos por el descubrimiento en marzo de este año de las aberrantes condiciones de trabajo en los talleres textiles clandestinos, cuando un incendio arrebató la vida de seis personas de origen boliviano, cuatro de ellas niños, en el barrio Flores, de Buenos Aires.
La presencia de extranjeros es una constante en el tráfico de personas. Un estudio hecho en Paraguay mostró que 60 por ciento de las mujeres que salieron del país y luego ejercieron la prostitución residieron largo tiempo en Argentina.

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