Traficante gallego se había implantado huellas

Arrestados en Almería dos guardias civiles relacionados con un transporte de hachís
La policía detuvo en un lujoso chalé de Alicante a Francisco Javier Martínez San Millán, Franky, uno de los traficantes españoles de cocaína más buscados tras su huida en 1994, que habría transportado y almacenado en Galicia decenas de miles de kilos de cocaína para Laureano Oubiña, Ricardo Portabales o Manuel Charlín, entre otros. El detenido, que anoche se encontraba en Madrid a disposición del juez Baltasar Garzón, se había cambiado las huellas dactilares, algo «nunca visto en España hasta ahora», según indicaron fuentes policiales.
La detención de Franky, nacido en 1962 en San Pedro Bercianos (León), se produjo sobre las siete de la tarde de ayer en un chalé de lujo de Alicante. Los investigadores de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la policía estaban tras sus pasos en la ciudad costera desde hace semanas. Pese a que estaba en busca y captura desde 1994 y que estaba en la lista de los 10 fugitivos más importantes de España, las fuentes consultadas consideran que seguía activo y que, supuestamente, habría estado tras algunos de los últimos envíos de cocaína en barco desde Colombia a la costa gallega.
Franky fue procesado en la operación Nécora, en cuyo juicio fue condenado a 14 años de prisión, pero cuando tenía que ingresar levantó el vuelo. También fue procesado en la operación Temple en rebeldía. Los investigadores consideran que Martínez San Millán ha movido decenas de toneladas de cocaína para los narcos gallegos y para distintos carteles colombianos. De hecho, fue implicado con Alfredo Cordero en una descarga de cocaína en Tapia de Casariego (Asturias), pero también logró eludir el cerco policial.
La policía investiga ahora las propiedades que habrían sido localizadas a nombre de Franky y sus testaferros en varias localidades gallegas. También trata de determinar su supuesta participación como transportista en varios grandes envíos de cocaína interceptados por la policía a lo largo de los dos últimos años. Anoche se encontraba prestando declaración ante el juez Garzón, ayer en funciones de guardia en la Audiencia Nacional, pero que fue quien procesó a Franky en las operaciones Nécora y Temple.
Por otra parte, la Guardia Civil detuvo en El Ejido (Almería) a dos agentes de este mismo cuerpo acusados, junto a 10 personas más, de participar en el transporte de 9.000 kilos de hachís camuflados en la cubierta de una embarcación de pesca profesional denominada Caty y Pedro, con matrícula de Cartagena (Murcia) y base en el puerto de Carboneras (Almería).
La operación se desarrolló el martes sobre las 14.30 en puerto deportivo de Almerimar, donde fueron detenidos siete tripulantes y el conductor del camión que esperaba la droga. Dos horas después, los agentes localizaron en el mismo puerto al propietario del pesquero y a otro implicado. Entre la noche del jueves y la noche de ayer fueron detenidos los guardias civiles, acusados de omisión del deber y de revelación de secretos.

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