De Argentina llega dinero para Hezbollah

BAALBEK, Líbano.– “De la Argentina llega dinero para Hezbollah.”
La afirmación, que no incluyó ninguna precisión sobre el monto, corresponde a Muafak Jammal, una de las cabezas políticas de Hezbollah (el Partido de Dios) y persona de extrema confianza del líder de la agrupación, Hassan Nasrallah. De hecho, es uno de los responsables del grupo terrorista islámico que el 12 de julio pasado capturó a dos soldados israelíes, episodio que originó la guerra que duró 33 días y dejó más de 1200 muertos.
“Llega dinero no sólo de la colectividad musulmana en la Argentina, sino también de cristianos que son libaneses comprometidos con el esfuerzo de la reconstrucción después de la guerra”, afirmó Jammal a LA NACION.
Hezbollah ha sido acusado por Israel de estar detrás de los dos atentados terroristas cometidos contra la comunidad judía en la Argentina.
Jammal lamentó la decisión del gobierno de Néstor Kirchner de no enviar tropas de paz a la frontera con Israel. “Me gustaría saber por qué se adoptó ese camino”, dijo. A la hora de conjeturar, mencionó la escasa tendencia de países de la región a enfrentarse con los Estados Unidos, y mencionó también a la nutrida colectividad israelí que vive en la Argentina.
Sucesor político de Nasrallah en el valle de la Bekaa, la región del Líbano donde nació Hezbollah, Jammal comparó la posición del gobierno argentino con la del socialista español que, según dijo, estuvo entre los primeros en rechazar el discurso que tilda al movimiento de «terrorista» y en «condenar el destrozo israelí en este país».
No fue ayer un día cualquiera para este profesor de literatura de 42 años, casado, «enamorado de la política», como se definió él mismo, y poseedor de un modo de hablar tan inquietantemente sereno como el de su jefe, el buscado Nasrallah.
Se repitieron en toda la región los funerales oficiales a militantes de Hezbollah que murieron durante los bombardeos israelíes, lo que abrió una ocasión para interrumpir el secretismo y la baja exposición de estos días.
«Vamos a hacer lo posible», prometieron dirigentes del partido cuando LA NACION solicitó la entrevista. Se concretó luego de varias vueltas y cambios de auto, hasta llegar -en la última etapa- al legendario y, en estos días, absolutamente desierto, hotel Palmyra.
No había nadie más. Con tanto destrozo, ni siquiera había luz; sólo, velas en el edificio colonial. Los pasos retumbaban en el esplendor decadente que en su momento alojó a Charles de Gaulle, al emperador de Prusia o a Kemal Ataturk, y que hoy, frente a las ruinas alcanzadas por los bombardeos, carcome la humedad.
El dirigente del partido enemigo de Israel y de los Estados Unidos, que conoce a Nasrallah desde comienzos de los años ochenta, cuando pasó a integrar la resistencia libanesa, prefirió una mesa en el desierto jardín.
Fueron más de 90 minutos en los que el entrevistado se mostró sereno y amable.
«Está bien, está bien. Sáqueme una foto, pero no se la dé a ningún enemigo», aceptó.
Según Jammal, que en esta última guerra cumplió con ciertas tareas militares que prefirió no precisar, Hezbollah no se desarmará.
Además, destacó que el desafío actual del movimiento terrorista es «consolidar la victoria militar con la reconstrucción» del país arrasado por la ofensiva israelí. La conversación fue en árabe, con la ayuda de un intérprete.
-¿Qué impacto tuvo la guerra en Hezbollah?
-Aumentó su credibilidad y, naturalmente, aumentaron las bases. El liderazgo consolidó su credibilidad; no ha fallado a la gente. Y, a su vez, se compromete más, empujado por la mayor lealtad de los militantes.
-¿Cuál es el siguiente paso?
-El primer paso, después de la victoria, es conservarla y utilizarla dentro del Líbano para unir al pueblo libanés alrededor de la idea de resistencia. Que no hay nada que proteja al país, sino la resistencia, pero no de un modo unilateral, sino con todas las fuerzas políticas.
-¿Y nada más?
-Tenemos que consolidar esta victoria para que no haya más problemas con Israel, y empezar, entonces, la reconstrucción del país.
-¿Y de dónde viene el dinero?
-Esa es la diferencia de Hezbollah. Tradicionalmente, todos los movimientos revolucionarios piden plata a la gente; muchas veces, se la quitan por la fuerza o de modo compulsivo. Hezbollah es lo contrario: el dinero nuestro es para la gente. Ahora, cada casa que se destrozó durante la guerra será reconstruida con dinero del movimiento y alquilaremos casas a quienes no tengan donde vivir hasta que termine la reconstrucción.
-Pero… ¿de dónde sale tanta plata?
-Del Khoms , que es el quinto que están obligados a pagar todos los musulmanes sobre sus ingresos.
-¿Es dinero de la colectividad chiita en todo el mundo?
-No; es dinero de todo el mundo, pero no necesariamente chiita.
-La idea es que viene de Irán
-No sólo de allí. Por ejemplo, la autoridad sunnita de Egipto dio orden de que parte del quinto que allí se colecta vaya a Hezbollah, para la reconstrucción del país. Es algo que une al mundo chiita y al sunnita.
-La inteligencia de los Estados Unidos dice que el grueso del dinero de ustedes viene de Irán.
-Ocurre que Irán es un país musulmán con dinero y en el que el pago del quinto se cumple. Viene mucho dinero de allí, pero no solamente de allí. Hay gente multimillonaria que nos da mucho dinero.
-¿Llegan envíos de la Argentina?
-Llegan de todos los países donde hay musulmanes. Pero en el caso de la Argentina, llega dinero de libaneses, que hay muchos. Y no necesariamente de los musulmanes; llega también de cristianos que son libaneses comprometidos. Cualquier libanés, dondequiera que esté, nos está enviando dinero para reconstruir. No soy yo quien está en el tema de las cifras, pero llega dinero.
-¿Cuánto tienen?
-Todo lo que haga falta para reconstruir el país.
-¿Cómo evalúa Hezbollah el anunciado despliegue de tropas internacionales en la frontera con Israel?
-Es una decisión en la que tuvimos parte, de modo que, naturalmente, la acatamos.
-¿Y de la presencia del ejército español?
-Será un ejército muy bienvenido aquí porque la población y el gobierno español fueron los primeros en Occidente en rechazar la destrucción israelí en el Líbano. El presidente [José Luis Rodríguez] Zapatero entiende, además, que esto no es terrorismo, sino resistencia.
-¿Qué piensa del hecho de que la Argentina no envíe tropas de paz al Líbano?
-Los países de América latina no suelen ir contra los Estados Unidos. En el caso de la Argentina, honestamente me gustaría saber por qué se niega. Puedo conjeturar. A lo mejor no quiso complicarse en un conflicto tan sensible como éste. Tengo dos preguntas: ¿hay muchos judíos sionistas en la Argentina? Y la otra: ¿llega a su país el canal de televisión Al-Manar, la televisión de Hezbollah?
Por Silvia Pisani
Enviada especial

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