Bloqueo incrementa vulnerabilidad de la defensa venezolana

CASTO OCANDO
El Nuevo Herald
STR / AFP / Getty Images
EL PRESIDENTE venezolano Hugo Chávez muestra un fusil de asalto AK-103 de fabricación rusa, durante una exposición de armamentos en Caracas en junio de este año.En medio de una agresiva confrontación con Estados Unidos y un acelerado programa de compras militares al que está dedicando miles de millones de dólares, Venezuela experimenta las consecuencias de una política de presión que el gobierno estadounidense está aplicando para restringir el acceso del gobierno de Hugo Chávez a tecnología militar de avanzada.
Hasta ahora, media docena de los más importantes fabricantes y proveedores militares del mundo, incluyendo Suecia e Israel, han bloqueado exportaciones de equipo, tecnología y servicios destinados a las Fuerzas Armadas venezolanas, como producto de la presión norteamericana.
A la lista podrían añadirse otros países como Italia, Holanda e Inglaterra, importantes socios de EEUU en la lucha global contra el terrorismo que comparten intereses comunes.
El resultado: importantes puntos del sistema de defensa de Venezuela se encuentran ahora vulnerables por falta de repuestos y servicios, mientras a la administración chavista se le hace cada vez más difícil adquirir tecnología militar de punta, principalmente de proveedores en el Hemisferio Occidental.
Equipos cuyas piezas, municiones y mantenimiento ya están bloqueados por presiones de Washington, protegen actualmente puntos sensibles de la infraestructura estratégica en Venezuela.
Una parte no desdeñable del equipamiento del Ejército venezolano, que constituye el 60 por ciento del poderío de las Fuerzas Armadas en su conjunto, forma parte del armamento cuya venta tiene una prohibición expresa.
La lista incluye desde tanques ligeros y radares móviles hasta sistemas de defensa antiaérea, pasando por aviones caza, sofisticados equipos de guerra electrónica, misiles tierra-aire y vehículos blindados.
»Desde hace tiempo, Estados Unidos ha tenido la política de negar la transferencia de tecnología a países que considera como adversarios», explicó a El Nuevo Herald Steve Johnson, analista principal para América Latina de la fundación Heritage, con sede en Washington, D.C.
Según Johnson, Washington está »tomando la opción de ejercer su propio reglamento» al negar la venta de equipos y tecnología militar a Venezuela, basado en las declaraciones del presidente Hugo Chávez, que ha colocado a EEUU como el principal enemigo de su administración.
»Cuando se toman medidas en ese orden, la dificultad de adquirir armamento para Venezuela se va a agudizar», declaró Fernando Ochoa Antich, general retirado y ex ministro de Defensa de Venezuela. »Y Estados Unidos está teniendo algún éxito con este tipo de medidas», apuntó el militar.
»De persistir este bloqueo, la Fuerza Armada de Venezuela por algunos años será la más vulnerable de la región», sostuvo Orlando Ochoa Terán, un experto en inteligencia corporativa y analista militar con base en Nueva York. »La única alternativa que le queda a Chávez es entregarse a Rusia como principal suplidor, un error gravísimo y peligroso», acotó Ochoa.
De acuerdo con un reciente informe de la firma de análisis de la industria militar Forecast International Inc, con sede en Connecticut, «las políticas antinorteamericanas del caudillo venezolano Hugo Chávez y [sus] campañas de desestabilización en naciones vecinas, han provocado preocupación por la concentración de poderío militar de Venezuela por parte de Estados Unidos y en la propia América Latina».
Luego que España y Brasil suspendieran la venta a Venezuela de armamentos con tecnología norteamericana, entre ellos un escuadrón de aviones brasileños AMX de entrenamiento avanzado [a un costo de $200 millones], otros países han decidido bloquear la transferencia militar a las fuerzas armadas chavistas.
A fines del año pasado, presiones del Pentágono obligaron a Israel a congelar un contrato de $100 millones para repotenciar la flotilla de 23 aviones F-16 fabricados por Lockheed Martin y vendidos a Venezuela en 1982.
En mayo de este año, la Casa Blanca prohibió formalmente la exportación de equipos y tecnología militar a Venezuela, alegando una falta de cooperación por parte del gobierno chavista en la lucha contra el terrorismo.
A principios de agosto, el mayor fabricante sueco de armamento, Saab, anunció que no podía continuar con el suministro de equipos antiaéreos y antitanques a Venezuela, debido al embargo de armas impuesto por EEUU.
Saab, que ha estado suministrando armamento a Venezuela durante los últimos 20 años, informó que la prohibición entrará en vigor el 1ro. de octubre próximo.
»Estados Unidos está haciendo saber a sus aliados y no aliados que negociar armas con Chávez tiene un costo», explicó Ochoa Terán. »Y es posible que este formato se repita con otros países aliados de Estados Unidos en la OTAN», acotó.
Respondiendo al embargo y a las críticas, Chávez dijo en un reciente discurso: «Nosotros no andamos en ninguna carrera armamentista. Sí necesitamos algunas armas para defender nuestro territorio, las mínimas».
Durante su reciente visita a Rusia, el mandatario aclaró que no era »un agresor», y explicó: «Simplemente [es que] el armamento de nuestro ejército ya esta viejo y gastado, y queremos cambiarlos por otro más nuevo y confiable».
Pero las preocupaciones sobre las posibles verdaderas intenciones no han disminuido.
La Casa Blanca y los departamentos de Estado y de Defensa han expresado frecuentemente su preocupación por los efectos de una escalada armamentista por parte del gobierno chavista.
Cuando Venezuela firmó un acuerdo con Rusia para adquirir 100,000 fusiles AK-47, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, manifestó abiertamente en Moscú su preocupación sobre la venta de armas rusas a Venezuela.
»Hemos hablado con claridad de que sentimos cierta preocupación por cuestiones relacionadas con el comercio de armas de parte de Rusia a Venezuela», subrayó Rice.
En una decisión poco usual, en julio pasado el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, pidió a su homóloga chilena, Vivianne Blanlot, el voto de su país para evitar la elección de Venezuela al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, argumentando razones estratégicas.
El Pentágono aprobó la venta este año a Chile de un paquete de $547 millones de 10 aviones caza F-16, misiles y repuestos, y un programa de entrenamiento de pilotos chilenos, a la vez que prohibía la venta de repuestos para aviones de este mismo tipo que posee Venezuela.
Según expertos, los efectos para la infraestructura de seguridad y defensa podrían ser notables si se amplía el embargo de armas a Venezuela, pues la nación sudamericana posee:
• Sistemas de misiles tierra-aire Barak, fabricados por la corporación israelita Rafael, que protegen instalaciones petroleras en Venezuela. Israel también proporciona los sistemas de multicohetes LARS, operados por el ejército, y los sistemas de comando de las seis fragatas misilísticas que posee Venezuela, fabricados por Elbit. El sistema de guerra electrónica de estas fragatas estuvo a cargo de la hebrea Elisra Electronic Systems.
• Tres escuadrones de artillería para defensa aérea equipados con sistemas suecos Guardian y Roland, que protegen, respectivamente el mayor complejo de refinerías de Venezuela, en Paraguaná; la base aérea Libertador, en Caracas, y la represa del Guri, al sur, donde se ubica la mayor central hidroeléctrica del país. Por otro lado, el ejército venezolano cuenta con dos grupos y una batería independiente de artillería antiaérea dotado de misiles RBS-70 y radares Giraffe, desplegados en Fuerte Tiuna, la más importante guarnición militar del país.
• Casi una treintena de aviones, entre ellos siete de transporte aéreo Lockeed C-130H Hercules, dos aviones cisternas Boeing 707-320C para reaprovisionamiento en el aire, y 21 cazas F-16 A/B, que fueron vendidos por fabricantes estadounidenses y quedarán sin repuestos, al igual que los vehículos blindados de transporte táctico Dragoons del ejército.
Aunque Inglaterra no ha declarado un embargo de armas, los expertos estiman que los suministros ingleses se reducirán al envío de repuestos y mantenimiento de los 84 tanques ligeros Scorpion que, junto a los franceses AMX-30, forman la columna vertebral del ejército chavista.
De acuerdo con el ex ministro de Defensa venezolano Ochoa Antich, «las fuerzas armadas ya están teniendo algunas dificultades para su operatividad por las medidas tomadas por el gobierno de Estados Unidos».
Johnson, el experto de la fundación Heritage, aseguró que dado el historial de Venezuela de adquirir armamento para reemplazo sin preocuparse por el mantenimiento, cualquier nuevo armamento que adquiera, corre el riesgo de perder su operatividad.
»Si [la fuerza armada venezolana] no presta atención al mantenimiento, en dos o tres años los nuevos equipos no van a servir», afirmó el analista.

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