Mercenarios colombianos en Irak denunciaron estafa

35 ex militares y ex policías aseguraron a la prensa local, desde Bagdad, que recibieron amenazas por su decisión de retornar a Colombia.
Todos ellos salieron en junio del aeropuerto de Bogotá con la promesa de recibir un salario de entre 2.500 y 5.000 dólares mensuales por custodiar intereses estadounidenses en Irak.
Sin embargo, momentos antes de abandonar Colombia, los representantes de la empresa ID Systems -filial en Colombia de la estadounidense de seguridad privada Blackwater, que según la revista Semana trabaja para Washington-, los obligaron a firmar un contrato donde se reducía sustancialmente el salario.
«Cuando llegamos (a Bagdad) lo primero que pedimos fue que nos explicaran por qué el contrato decía que nos iban a pagar 1.000 dólares (mensuales) cuando nos habían prometido 2.700», aseguró el mayor (r) del Ejército, Juan Forero.
La misión de los 35 mercenarios colombianos, que previo al viaje recibieron un curso de reentrenamiento en una base militar de Bogotá, consistía en reemplazar a un grupo de contratistas de Rumania que habían finalizado su contrato, añadió la revista.
«Cuando estábamos haciendo el empalme con los rumanos nos preguntaron que por cuánto nos habían contratado y les dijimos que por mil dólares. La reacción de los rumanos fue de burla. ‘Nadie cuerdo en el mundo se viene a Bagdad por sólo 1.000 dólares’, nos dijeron», añadió Forero.
Según el ex militar, mientras a ellos se les pagaba 1.000 dólares por custodiar intereses estadounidenses en Irak, los rumanos recibían 4.000 dólares por el mismo trabajo; los ingleses, 10.000 dólares; y, cada mercenario estadounidense, 15.000 dólares mensuales.
Según el relato de los mercenarios colombianos, después de presentar una carta quejándose por la situación, representantes de ID Systems y de Blackwater optaron por decomisarles el boleto aéreo de regreso a Colombia y les amenazaron con «cerrarles las puertas» de su país a la hora de buscar empleo.
«Para forzarnos a cumplir con el contrato, nos empezaron a presionar. Nos amenazaban con sacarnos de las instalaciones de la base a plena calle en Bagdad en donde uno queda expuesto a que lo maten o en el mejor de los casos lo secuestren», lamentó, a su turno, el ex capitán Esteban Osorio.
Según la revista, las amenazas van más allá. «Tenemos miedo por las consecuencias, no sólo por el hecho de arriesgarnos a que nos dejen sin trabajo cuando volvamos a Colombia, sino porque nos han dicho que nos acordemos que tienen los datos de nuestras familias e hijos y eso, en términos simples, es una amenaza», concluyó el mayor Forero.
Los mercenarios sudamericanos son el «tercer nivel», tras los soldados iraquíes y los militares georgianos de la coalición internacional, que se ocupan de salvaguardar las instituciones iraquíes y las embajadas estadounidense y británica de los continuos y mortíferos atentados que sufre el resto de Bagdad.

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