Señalan que Castaño fue asesinado por su hermano

GONZALO GUILLEN/El Nuevo Herald
BOGOTA
Associated Press
EL JEFE paramilitar Carlos Castaño habla con un periodista en un lugar no identificado de Colombia en febrero del 2001.Carlos Castaño Gil, el desaparecido líder y cofundador de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), al parecer fue asesinado en abril del 2004 por su hermano mayor, José Vicente Castaño, con el propósito de impedirle que se entregara a la justicia de Estados Unidos y delatara la presencia y el dominio en la organización que adquirieron los principales narcotraficantes de Colombia para lograr indultos y protección estatal en calidad de rebeldes.
Testimonios de cinco testigos entregados a la Fiscalía de Colombia en julio pasado permitieron encontrar dos fosas comunes con los restos calcinados y triturados de al menos cuatro personas, dos de ellas ya identificadas como miembros del grupo de siete lugartenientes con los que Carlos Castaño huyó de la organización contraguerrillera que fundó en 1988 junto con su otro hermano, Fidel, también desaparecido.
La supuesta muerte de Castaño ocurrió el 16 de abril del 2004 en la pulpería Rancho al Hombro, en el corregimiento El Tomate, del municipio de San Pedro de Urabá, en los límites de los departamentos e Antioquia y Córdoba.
Carlos Castaño se había opuesto al ingreso de narcotraficantes, que adquirieron los frentes de guerra de las AUC hasta apoderarse de la organización, con la esperanza de negociar con el gobierno de Alvaro Uribe un desarme a cambio de indultos generales, la seguridad de no ser extraditados y el respeto a sus fortunas, como en efecto lo consiguieron, entre ellos José Vicente Castaño, alias «El Profe».
José Vicente Castaño no se ha presentado en un club de recreo cercano a Medellín en el que los jefes paramilitares deben recogerse por orden del presidente Alvaro Uribe, mientras son indultados basados en unas reglamentaciones que el gobierno expedirá próximamente.
La Fiscalía colombiana advirtió que si José Vicente no se entrega a las autoridades podría perder los beneficios a los que tiene derecho. Sin embargo, el gobierno ha dicho que no existen fecha límite para que los jefes paramilitares se concentren en el hotel de recreo adecuado para ellos.
Todos los jefes paramilitares tienen suspendidas las órdenes de arresto que existen contra ellos y tienen la promesa de Uribe de que no van a ser extraditados a EEUU. No obstante, los jefes paramilitares piden que ese beneficio sea elevado a la categoría de norma constitucional para mayor «seguridad jurídica».
De acuerdo con los testimonios recibidos por la Fiscalía, un grupo de al menos 50 sicarios, al mando de Jesús Ignacio Roldán Pérez, alias »Monoleche», jefe de seguridad de José Vicente Castaño, rodeó a Carlos y a sus hombres en la pulpería campestre que frecuentaba para abastecerse de víveres y conectarse a la internet.
Carlos recibió con fuego de fusilería a los sicarios de su hermano y los resistió durante unos 20 minutos, pero cinco de los hombres que le eran fieles fueron abatidos y dos más, que luego se convertirían en testigos, fingieron estar muertos.
De acuerdo con los testigos, lo primero que hicieron los asesinos al llegar a la pulpería fue descerrajarle en la cabeza todas las balas del cargador de una pistola a alias »Richard», quien ejercía las funciones de jefe de seguridad de Carlos Castaño.
Después del intercambio de disparos en el que Castaño perdió a sus hombres, »Monoleche» gritó: «señor Carlos Castaño, entréguese que ya su escolta se rindió».
»Yo alcancé a ver cuando sacaron al señor Carlos Castaño del granero», relató uno de los testigos al canal de televisión RCN. ‘Cuando lo llevaron a donde `Monoleche’, él dijo que quién lo había mandado … era Vicente Castaño. Yo solamente cumplo órdenes del ‘Profe’ …, usted iba a entregar a todos los líderes de las autodefensas que tenían que ver con el narcotráfico al gobierno de Estados Unidos».
Tras esta advertencia, el testigo sostiene que ‘Monoleche’ le disparó en ráfaga a Carlos Castaño »dos proveedores [cargadores]» completos de una pistola automática que llevaba.
Otras versiones sostienen que Carlos fue enlazado y llevado hasta un lugar no establecido en donde fue torturado para que dijera dónde estaban los originales de un supuesto libro en el que contaría la intimidad del narcotráfico en las AUC. Posteriormente fue asesinado.
Los testigos sostienen que Carlos Castaño y sus hombres fueron despedazados con machetes y quemados con gasolina antes de ser enterrados en varias fosas, dos de las cuales fueron ya descubiertas por la Fiscalía con la ayuda de los testigos.
Los restos de Carlos Castaño no han aparecido porque aparentemente su hermano José Vicente envió a un hombre a exhumarlos y a enterrarlos en un lugar que los testigos desconocen.
El vicefiscal colombiano, Jorge Armando Otálora, afirmó ayer en rueda de prensa que mientras no aparezcan los restos mortales de Castaño, judicialmente seguirá teniendo la condición de desaparecido.
La decisión de José Vicente de asesinar a su propio hermano habría sido presionada por los demás jefes paramilitares, quienes le pidieron demostrar si estaba del lado de ellos o de Carlos y sus planes de entregarse a Estados Unidos y delatar a los narcotraficantes mimetizados dentro de las AUC.
Entre aquellos, los testigos citan a Salvatore Mancuso; a alias »Jorge 40»; Ernesto Báez; Hernán Giraldo y a otros que son parte del grupo de los jefes paramilitares indultados y protegidos por el gobierno.
Una de las razones que también habrían empujado a Carlos Castaño a tratar de entregarse a EEUU es que su hija menor nació hace tres años con un trastorno mental conocido como »síndrome del gato» para el cual solamente existe tratamiento efectivo en ese país.
La esposa e hija de Castaño se encuentran asiladas en la Florida.

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