La seguridad ha incrementado el turismo en España

Expertos europeos avisan de la caída paulatina del gasto medio por turista en todo el continente. Valencia logró un espectacular aumento del 30 % en las llegadas por las aerolíneas de bajo coste.
Los desastres naturales y las amenazas del terrorismo internacional son los dos factores que más influyen en la actualidad en el negocio mundial del turismo y los viajes. Y España ha sabido ofrecer al visitante mundial una imagen de turismo seguro y de buena calidad como para aprovechar el nicho de mercado de los millones de turistas internacionales que no quieren arriesgarse en países que estén cerca de los principales focos de conflicto o implicados en uno u otro bando.
Esa es una de las principales conclusiones de los expertos europeos de la European Travel Comisión, que reúne a organismos especializados de 34 países (entre ellos Turespaña) y analiza cada año la evolución y las perspectivas del sector a nivel europeo y mundial. Según el último informe publicado este mes de abril, ese efecto de destino seguro o de refugio, según se mire, del que España se beneficia ante la inestabilidad mundial, se une a la gran transformación que ha tenido su oferta en los dos últimos años. Con ello explican el fuerte aumento de las llegadas a España del año pasado, un 6 por ciento más, y las buenas perspectivas de este ejercicio, en el que se puede pasar de casi 56 a unos 58 millones de turistas.
Adaptación
Los expertos (“grupo de inteligencia” del sector, se autodenominan) consideran un acierto el freno que se ha puesto en España a la contratación masiva de paquetes turísticos de sol y playa, a favor de un turismo más independiente y organizado de forma personalizada. “Cultura, historia, salud y turismo de ciudades como alternativa o al mismo tiempo que el sol y playa”, señala el informe como base del cambio iniciado en la oferta española, que se añade a su demostrada trayectoria como destino seguro en un momento en el que “el terrorismo y los desastres de diferentes clases son la gran preocupación del público que viaja”.
Ese proceso se complementa, además, con la “agresiva” campaña de Turespaña en el exterior para dar a conocer las “atracciones menos conocidas” de España, atraer a los turistas de mayor edad y lograr unas estancias de mayor duración.
Líder en ingresos
Todo ese proceso es lo que, a juicio del grupo de expertos europeos, permitió a España el año pasado aumentar las llegadas de turistas y los ingresos derivados de ello muy por encima de la media del resto de los socios comunitarios. En Europa se produjeron el año pasado casi 444 millones de llegadas de extranjeros, lo que supone un aumento de 4,3 por ciento sobre el año anterior, pero que está lejos del 6 por ciento que logró España. Los turistas se dejaron en el Viejo Continente 272 millones de euros, un 3,6 más que un año antes, mientras que en el caso español ese aumento fue del 4,6 por ciento.
Aunque sea pronto para sacar conclusiones dados los datos contradictorios de otros años (ver gráfico), la tendencia es que las llegadas en toda Europa crecen a un ritmo mayor que los ingresos, lo que supone una caída paulatina del gasto medio de cada turista en toda Europa. La salvedad en España es el mayor volumen y aumento logrado, que parece que se repetirá este año. Los técnicos del grupo europeo de análisis del sector destacan este hecho como una excepción importante, ya que se ha logrado a pesar de los recortes de las líneas aéreas de bajo coste y la reducción de las pernoctaciones que todo el sector ha sufrido.
Valencia, espectacular
El estudio advierte, además, que hay que distinguir entre los datos sobre países y la evolución turísticas de ciudades concretas. Después de repasar 22 destinos concretos en 24 países, la conclusión es que el turismo de ciudad creció en el año pasado un 20 por ciento en Europa, cinco veces más que el conjunto del continente.
Es más, se han estudiado tanto ciudades principales clásicas (París o Londres) y destinos de los denominados secundarios. Y el resultado es un espectacular aumento del 30 por ciento en el caso de Valencia, gracias a la llegada masiva de líneas de bajo coste, que duplicaron la llegada de turistas británicos a Levante. En España, le siguió Barcelona con un 10 por ciento en llegadas y un nueve en pernoctaciones. Sólo capitales de mercados emergentes del Este, como Dubronik, con un 23 por ciento, se alinean con los destinos españoles.
Fuente:www.eleconomista.es

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