Pornografía infantil en España es un "goteo constante"

El crecimiento de la ciberdelincuencia ha obligado a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad a crear sus propios departamentos especializados.
Delitos de fraudes on line, piratería o pornografía infantil son perseguidos por el Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil y la Brigada de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional. Dos cuerpos cuyos correlatos provinciales en Andalucía han desarrollado importantes operaciones.
Los caminos de la ciberdelincuencia son inescrutables. Piratería de software, juegos, música o cine; estafas y transacciones económicas fraudulentas; phishing; delitos de exhibicionismo y provocación sexual; relativos a la prostitución y a la corrupción y pornografía de menores; descubrimiento y revelación de secretos; fraudes de telecomunicaciones (telefonía fija, móvil,…); acceso ilícito a sistemas informáticos; delitos contra el derecho a la intimidad; amenazas, injurias, calumnias y extorsiones; tráfico de estupefacientes, órganos humanos, etc.; grupos organizados, terrorismo,… La lista se antoja interminable cuando se trata de tipificar su casuística. Mucho más cuando estas conductas delictivas, que se practican a través de medios informáticos, se multiplican a un ritmo exponencial.
Tanto es así que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se han visto obligados a crear un departamento específico y especializado en investigar y perseguir los delitos que se sirven de Internet o de las Nuevas Tecnologías para su comisión. De este modo, nacen el Grupo de Delitos Telemáticos (GDT) de la Unidad Central Operativa de la Policía Judicial, adscrito a la Guardia Civil, y la Brigada de Delitos Tecnológicos y contra la Propiedad Intelectual e Industrial de la Policía Judicial, perteneciente al Cuerpo Nacional de Policía. Ambas jurisdicciones tienen su base de trabajo en Madrid, sin embargo, cada una de ellas tiene su correlato a nivel local en sus respectivas unidades de investigación provinciales. Un dispositivo que en Andalucía ha desarrollado importantes operaciones en los últimos tiempos.
El GDT fue creado en 1997 -por aquel entonces con el nombre de Grupo de Delincuencia Informática- con la intención de centralizar, dentro de la Unidad Central Operativa de Policía Judicial de la Guardia Civil, los esfuerzos para combatir la ciberdelincuencia. En estos años ha vivido alegrías y sinsabores pero, de lo que no hay duda, es que no ha gozado de treguas: entre el 2000 y el 2004, cada año se ha duplicado el número de actuaciones en este ámbito y el ejercicio pasado se saldó con 200 operaciones y 30 detenidos.
El GDT en Andalucía
Algunas de sus más sonadas gratificaciones han llegado desde la unidad provincial de Sevilla, cuyos efectivos desmantelaron el pasado mes de febrero un timo relacionado con la banca electrónica y el teletrabajo. La denominada ‘Operación Sablazo’ puso al descubierto varias ofertas de trabajo que circulaban por Internet y que resultaron ser una serie de estafas apoyadas en correos electrónicos fraudulentos enviados para enganchar a las víctimas. Además, dio al traste con un delito de phishing consistente en suplantar la identidad de entidades bancarias españolas que conmina al internauta a actualizar sus datos bajo la amenaza de cancelación de su cuenta.
La Benemérita de Córdoba rubricó un febrero de oro con la culminación de la ‘Operación Gaviota’, un operativo montado en colaboración con la Guardia Civil de Huelva que supuso la detención en la localidad califal de Pozoblanco del supuesto autor de varios delitos de pornografía infantil en la Red. La denuncia de un ciudadano sirvió para identificar a J.A.C.M., de 58 años, que invitaba a los menores a una conversación privada previo contacto en un foro para, posteriormente, enviarles vía e-mail imágenes obscenas protagonizadas por niños. “Los casos de pornografía infantil son un goteo constante. Recibimos tantas denuncias que no damos abasto. La investigación y la detención de los encausados es lo más fácil de estas operaciones, pero el problema es que después son muy pocas las veces que logramos identificar al menor para ayudarlo”, afirma a este respecto Juan Salom, comandante jefe del GDT.
No menos productivo resultó el mes de enero. El GDT detuvo en Écija al presunto creador y propagador del virus Tasin, un gusano que se difundía a través de un fichero adjunto a e-correos escritos en castellano y que afectó a miles de ordenadores de hispanohablantes. Conocida como ‘Operación Astigi’, puso fin a los ataques de A.R.B., un joven de unos 20 años y vecino de la localidad hispalense. “Los autores de los virus son los más difíciles de identificar y detener. Para evitar infecciones hay que poseer un buen antivirus y un cortafuegos, mantener todos los programas actualizados, no entrar en las redes P2P y no abrir el correo electrónico sospechoso. Aunque lo más importante es inculcar en la sociedad la cultura de la seguridad informática”, afirma el máximo responsable del GDT.
Actuaciones de la Policía
La Brigada de Delitos Tecnológicos y de la Información de la Policía Nacional no va a la zaga de la Guardia Civil y también cuenta con unidades provinciales en nuestra Comunidad Autónoma que, en la mayoría de los casos, tratan de abortar fraudes y delitos contra la propiedad intelectual. La de Sevilla, gestada en junio del año pasado y cuyo embrión hay que buscarlo en el viejo Grupo de Delitos Económicos, ha practicado más de diez operaciones que han significado la detención de unas cuarenta personas y el desmantelamiento de varios centros de reproducción y distribución de material audiovisual pirata, así como la desarticulación de una veintena de puntos de venta de copias ilegales.
En cuanto al fraude telefónico, ha esclarecido más de 30 denuncias en relación con líneas de tarificación especial y contratación fraudulenta de teléfonos móviles. Una estafa por valor de más de 40.000 euros es uno de los últimos casos resueltos por la Policía sevillana, cuyos funcionarios detuvieron en Carmona -también en febrero- a dos piratas informáticos que habían engañado a varias entidades financieras mediante la obtención de préstamos con documentación falsa. La actuación policial se inició después de que una de las entidades afectadas denunciara que a través de la Red habían sido gestionados fraudulentamente dos créditos por valor 9.000 y 15.000 euros, respectivamente, de los que el primero había sido hecho efectivo.
Ya en abril, la Brigada Provincial de la Policía Judicial de Sevilla neutralizó en el barrio de Nervión a cuatro individuos como presuntos autores de un delito contra la propiedad intelectual y, a continuación, desmanteló dos centros de reproducción ilegal de CD y DVD. Tras varios meses de intensas investigaciones de las redes de copia y distribución ilegal a gran escala de productos fonográficos y audiovisuales, consiguió requisar un material valorado en, aproximadamente, unos 80.000 euros. Para Salom, el problema de la piratería es su enorme generalización: «Si hablamos de delitos de propiedad intelectual, la mitad de los españoles somos delincuentes, pero no se puede perseguir a los miles de usuarios que se bajan películas y música por Internet, sólo a los que se lucran por ello».
Modus operandi
Amén de no contar con un título específico en el Código Penal que tipifique los coloquialmente llamados delitos informáticos, estos cuerpos especiales de ciberpolicías se ven obligados a operar de acuerdo a unas coordenadas muy particulares: primero realizan una investigación policial clásica; cuando hayan al sospechoso, buscan y siguen sus archivos; posteriormente, se procede al seguimiento de las personas y al análisis de los efectos intervenidos; y finalmente se traduce la investigación para que la autoridad judicial la interprete con corrección.
«Identificamos y localizamos al delincuente por medio de los datos de tráfico, que nos permiten identificar el destino y el origen de la comunicación», señala Salom como origen de toda actuación, aunque reconoce que «muchas veces es imposible identificar al usuario, porque la máquina ha sido utilizada en empresas, cibercafés, universidades o conexiones inalámbricas”. Consideraciones como éstas han sido brindadas por Juan Salom en una conferencia sobre delitos telemáticos que tuvo lugar el pasado 18 de mayo en el campus universitario de Jerez, adscrito a la Universidad de Cádiz.
Este experto en seguridad sostiene que el incremento del uso de las NT repercute proporcionalmente en el aumento de la ciberdelincuencia: “Internet ofrece la posibilidad de ser autodidacta y enseña modalidades delictivas. Año tras año se ven multiplicados por dos los delitos de hacking, fraude y pornografía infantil. Es difícil cuantificar cuántos se producen porque, además, el índice de denuncias es sólo de un 20%”. Para invertir esta situación, el comandante jefe del GDT apuesta decididamente por potenciar la seguridad mediante la adquisición de cultura informática.
Encuentro latinoamericano de Ciberpolicías
La ciudad de Sevilla acogerá en octubre la reunión anual del Foro Iberoamericano de Encuentro de Ciberpolicías (FIEC), punto de encuentro entre las policías española, portuguesa e iberoamericanas para la lucha contra los delitos informáticos. Así lo adelantó el comandante Salom a Cibersur, ya que la capital hispalense ha sido escogida como sede puesto que el Grupo de Delitos Telemáticos de Sevilla ha protagonizado en los últimos tiempos actuaciones “bastante relevantes”.
El proyecto FIEC está siendo liderado por la Guardia Civil para la lucha contra este tipo de delincuencia en coordinación con las fuerzas de seguridad latinoamericanas y a su encuentro anual asistirán una treintena de responsables de las policías de Iberoamérica, Portugal y España, además del FBI y la INTERPOL.

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