Bagdad. Un grupo iraquí liderado por la red terrorista Al Qaida desestimó un informe sobre el arresto de un hombre descrito como el número dos de la organización en Irak y lo catalogó como un intento de las fuerzas estadounidenses y del gobierno iraquí por cubrir su propia derrota.
En un comunicado publicado en Internet, el Consejo Mujaidín Shura no desmintió el arresto, pero dijo que «tiene buenas noticias para nuestros hermanos: Todos los líderes están bien», señaló Reuters.
El asesor de seguridad nacional de Irak anunció que las fuerzas estadounidenses e iraquíes arrestaron a Hamed al Suaidi, el segundo de Al Qaida en ese país, y que mataron a 20 militantes.
«Las labores de inteligencia de las fuerzas iraquíes y la fuerza multinacional occidental han asestado un severo golpe a la organización de Al Qaida en Irak», declaró el viceprimer ministro iraquí, Barham Salé al referirse a la detención de Al Suadi, conocido como «Abu Hammam».
Trascendió que 14 «terroristas» murieron y al menos 200 sospechosos fueron arrestados, en las últimas 24 horas, en una operación de gran envergadura que las fuerzas iraquíes efectuaron contra la insurgencia al sur de Bagdad, anunció la oficina del Primer ministro iraquí Nuri «Jawas» al Maliki.
Sin embargo, la violencia continuó en Irak.
El portavoz del Ministerio del Interior, el general de brigada Abdelkarim Jalaf, declaró que tres oficiales de policía fueron gravemente heridos en el ataque con bombas perpetrado en la plaza de Al Wabhiq, en el distrito mayoritariamente shií y cristiano de Karrada, en el centro de Bagdad.
La violencia causó también estragos en la provincia de Diyala, escenario de una guerra entre facciones suníes y shiíes. Al menos un civil fue muerto a balazos y otros cinco resultaron heridos.
Los insurgentes suníes han seguido atacando a las fuerzas de la coalición lideradas por Estados Unidos y encargadas de proteger al gobierno de Al Maliki.
Dos marines murieron en una «acción enemiga» en la provincia occidental de Al Anbar, bastión de la insurgencia suní, según fuentes militares.
Estos decesos elevan el número de militares estadounidenses muertos en Irak desde la invasión, en marzo de 2003, a 2.647, según el Pentágono.
Entretanto, continúan las fricciones entre los líderes árabes de Bagdad y la minoría kurda del norte, una vez que Al Maliki declaró que la bandera actual iraquí debe ondear en todo el país.
Al respecto, los kurdos prohibieron que ondee dicha bandera en los edificios de Kurdistán porque asocian el distintivo nacional con el partido de Saddam Hussein.