"Paseo millonario" hicieron a esposa de ex árbitro argentino

El ex árbitro y secretario en Seguridad del Fútbol, Javier Castrilli, sostuvo hoy que el secuestro exprés de su esposa fue «al voleo», y atribuyó ese tipo de delitos a la «situación social que se vive desde hace años».
Castrilli dio detalles al salir esta mañana de su casa del secuestro exprés de su mujer ocurrido ayer, y dijo que fueron tres delincuentes que la obligaron a subir a un auto y dieron vueltas hasta que la llevaron a un cajero automático.
Aseguró que la llevaron a un solo cajero y que probablemente la liberaron rápidamente porque habrían visto patrulleros en dos oportunidades durante su recorrido.
El hecho. Según indicó el funcionario en diálogo con numerosos periodistas, su esposa estaba caminando a la vuelta de su casa, por la calle Bonifacio, en el barrio porteño de Flores, y tres hombres la obligaron a subir a un auto para hacerle extraer dinero de cajeros.
Como la mujer había sacado dinero el día anterior, tuvieron que esperar hasta que se cumpliera el plazo para poder realizar otra extracción, alrededor de una media hora, en la que los delincuentes la llevaron a dar vueltas «para hacer tiempo».
Castrilli señaló que su esposa le contó que los delincuentes estaban generalmente en silencio, pero que oyó algunas frases que se dijeron, como «cuidado», luego «otro más», y finalmente «tirá el paquete», lo que interpretaron como que habían visto primero un patrullero y luego otro, y que debían deshacerse de algún elemento como armas o dinero.
Liberación. Finalmente, la mujer fue dejada en libertad en la calle Armenia, en el barrio porteño de Palermo, y según relató el ex árbitro, «caminó dos o tres cuadras y encontró un patrullero y contó qué le había pasado».
Los delincuentes, que no la maltrataron, antes de dejarla, le robaron la cartera.
Al voleo. «Todo hace suponer que fue un hecho al voleo», especuló Castrilli, quien dijo que por la hora en que su mujer estaba secuestrada, recibió un llamado telefónico «pero nadie contestó del otro lado», aunque señaló desconocer si ello tenía alguna vinculación con el asalto.
A la hora de interpretar lo sucedido, Castrilli consideró que la ola de delincuencia «es consecuencia de una situación social» crítica que ya lleva «años».

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