Campesinos peruanos admiten reclutamiento por parte de las Farc en la frontera
El ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, saludó a los soldados peruanos apostados a lo largo de la frontera. En la localidad de Angoteros, zona fronteriza, las Farc pagan 20 dólares por carga de base de coca para que la transporten desde territorio peruano hasta la selva en Colombia.
«En agosto del año pasado llegaron unos señores que dijeron que eran colombianos y que necesitaban gente para trabajar en una empresa maderera. Cinco amigos se fueron y solo dos volvieron. Ellos contaron que los que los habían contratado eran de las Farc y el trabajo era en un cultivo de coca», afirma un joven.
Tráfico de droga y madera
Pero la coca no es lo único que trafican las Farc, según los campesinos de la frontera. Los testimonios de aserradores señalan que la guerrilla tiene contactos con los dueños de empresas madereras ilícitas o fantasmas, que se encargan de conseguir los insumos químicos para el procesamiento de la droga, pero a la vez negocian con las Farc el movimiento de la madera sobre el río Putumayo.
«Ellos le piden a la guerrilla seguridad a cambio del ingreso de los insumos», dice un campesino que vive de la pesca en el río Napo.
Precisamente, la gente asegura que entre este río y el Putumayo, las Farc mantienen un corredor de movilidad. En esta zona, entre los caseríos de Santa Matilde y Curaraí se han detectado por los menos 1.300 hectáreas de coca, donde la subversión cobraría el manejo y cosecha de los cultivos.
Frente a este tema, que tiene mucho de dónde explorar, los ministros de Defensa de Colombia, Juan Manuel Santos, y Perú se reunieron el pasado fin de semana en la zona para analizar este tema.
Ambos funcionarios siguen sosteniendo que sí hay una presencia de las Farc en la frontera, pero no de guerrilleros armados.