Gobierno iraquí prepara campaña contra terroristas
Bagdad.-El Gobierno iraquí renovó su compromiso de tomar fuertes medidas contra militantes, luego de que un ataque suicida masivo con un camión bomba causó la muerte a 135 personas en una zona mayormente shií de Bagdad.
El ataque del pasado sábado fue el más sangriento desde la invasión liderada por Estados Unidos en 2003. Incluso impactó a los iraquíes ya acostumbrados a la continua violencia que amenaza con llevar al país a una guerra civil sectaria a gran escala, indicó Reuters.
Escalada sangrienta
Aproximadamente mil personas han perdido la vida en Irak en los últimos días en ataques suicidas, tiroteos y enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y militantes, de acuerdo con cifras entregadas por fuentes oficiales.
Las autoridades hospitalarias dijeron que además de los muertos, 305 personas resultaron heridas por la potente explosión que destruyó las paredes de los edificios aledaños al mercado Sadriya, donde explotó el camión conducido por un atacante suicida.
Mujeres, niños y hombres vendados colmaron la capacidad de los hospitales, y numerosos cadáveres permanecían en el piso de la morgue, que ya no tenía más lugar.
Trabajadores de rescate buscaban más cadáveres entre los escombros manchados de sangre. Una excavadora fue llevada al lugar para despejar el área de los restos de edificios.
El primer ministro de Irak, Nuri al Maliki culpó de la explosión a los partidarios de Saddam Hussein y otros militantes suníes.
«El Gobierno está resuelto a librarse de los terroristas y anarquistas. El ataque de ayer sólo evidencia más su maldad», aseguró una fuente de alta jerarquía del Gobierno.
En una declaración el despacho de Maliki dijo que «cortaría sus rutas, sus fuentes y sus partidarios».
El primer ministro decidió en enero lanzar una serie de severas medidas en la capital a fin de derrotar a los insurgentes que han desafiado los intentos de su gobierno de controlar el país, pero la campaña aún no se ha iniciado.
Los iraquíes, mientras tanto, enfrentaban otra jordana de ataques dinamiteros y tiroteos el domingo, con la muerte de al menos 22 personas.
Mientras tanto, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, está enviando un refuerzo de 21.500 militares que tomarán parte de la ofensiva en Bagdad, a pesar de la oposición por parte de demócratas que ahora controlan ambas cámaras del Congreso.
Los iraquíes están frustrados por la incapacidad del Gobierno de reducir la violencia. Los shiíes en Sadriya pidieron que la milicia del Ejército Mehdi, dirigida por el clérigo shií Moqtada al Sadr, debería hacerse cargo de la seguridad, no las fuerzas del Gobierno.
